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Cuatro peritos y el propio padre
desarmaron la defensa de Tablado

Los expertos descartaron que el asesino de las 113 puñaladas sea inimputable. El papá del acusado aseguró que el crimen fue “terrible y doloroso”. El fiscal pidió prisión perpetua.

Miguel Angel Tablado, el padre de Fabián, emocionó a la sala con un gesto de humildad.
“¡Quiero que me dejen hablar! No quiero justificar lo que hizo Fabián, que fue terrible y doloroso.”

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Por Carlos Rodríguez

t.gif (67 bytes) ¡Yo quiero que me dejen hablar! No quiero justificar lo que hizo Fabián, que fue terrible y doloroso.” Contrariando la estrategia de la defensa de su hijo, Miguel Angel Tablado, 48 años, el padre de Fabián Gerardo Tablado (22) –quien podría ser condenado a cadena perpetua por haber asesinado de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló (17)–, más que apelar por clemencia sólo dijo: “Yo también quiero justicia” (ver aparte). Antes, en el juicio oral que se realiza en los tribunales de San Isidro, cuatro peritos neurólogos habían terminado virtualmente de cerrar la posibilidad de que el acusado pueda ser declarado inimputable, como solicita la defensa. “Si alguien mata a puñaladas durante un ataque de epilepsia es imposible que pueda cambiar de arma, porque su arma es el mango”, dijo el neurólogo José Víctor Graber, aludiendo a que un paciente no estaría en condiciones de evaluar en plena crisis que debe cambiar de cuchillo para poder matar, como sí hizo en tres oportunidades Tablado cuando asesinó a Carolina.
“La epilepsia –sostuvo Garber– es una crisis reiterada, es una reiteración de la crisis, de manera que el síntoma tiene que obedecer a una falla estructural” en el organismo de la persona que atraviesa por una situación de esas características. Tanto Garber como los neurólogos Carlos Alberto Romero, Francisco José Meli y Félix Becerra confirmaron que en los estudios realizados al acusado (electroencefalogramas, resonancia magnética, entre otros) quedó confirmado que “no padece ninguna anormalidad” que indique que pueda haber sufrido un ataque de epilepsia.
También en la audiencia, el médico Edgardo Piaggio, que realizó la pericia psiquiátrica, sostuvo que Tablado sufría “fantasías homicidas” y que también “sentía placer, se sentía bien cuando cometía una situación de venganza”. Piaggio no tuvo dudas en cuanto a que “muchos aspectos de sus vivencias megalómanas estaban relacionados con matar”. Piaggio, junto con las psicólogas Dolores Lojo y María del Carmen Ogando y la psicoanalista Esther Romano, coincidieron al testimoniar en la noche del lunes –con diferentes argumentaciones– en cuanto a que Tablado era totalmente consciente de las acciones que realizaba.
Los defensores siguen aferrados a la teoría basada en el supuesto de que el acusado sufrió “un trastorno mental temporal” provocado porque sufre desde chico “una patología que se denomina borderline” y que provoca “un desarrollo mental deficiente que lo lleva a establecer vínculos afectivos muy fuertes”. Tal sería el que mantenía con Carolina Aló. Los abogados Omar Breglia Arias y Adrián Tenca sostuvieron que son “vínculos anacríticos donde el afectado busca respaldo, sostén, apoyo”. Dijeron que, ante la posibilidad de una ruptura del noviazgo con Carolina, “apareció la locura por su afán de aferrarse al vínculo”. Según ellos, esta situación derivó en los “actos bizarros” que terminaron con la vida de Carolina. Un grupo de amigos de Carolina y de Tablado, abonó parcialmente la hipótesis del vínculo enfermizo. Varios testigos aseguraron que “ambos se pegaban”, aunque todos remarcaron que “era como un juego, donde no había violencia”. De todos modos, en la audiencia, el fiscal Julio Novo demostró, incluso a través de un informe de los peritos de la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires, no sólo que Tablado “estaba en condiciones de comprender la criminalidad de sus actos” sino que también había protagonizado hechos de violencia desde la niñez. En la adolescencia, fue echado dos veces de otras tantas escuelas secundarias por mal comportamiento.
Anoche, en una sesión maratónica, el tribunal compuesto por los doctores Fernando Mancini, Celia Vázquez y Fernando Maroto, terminó de recibir la prueba testimonial y comenzó a escuchar los alegatos del fiscal y los defensores. El titular del ministerio público solicitó que el delito sea calificado como “homicidio agravado por ensañamiento y alevosía” y pidió la pena de prisión perpetua para Tablado. “La forma de matar del acusado fue insidiosa y con mano cruel”, fue uno de los argumentos expuestos porel fiscal. La sentencia podría ser dada a conocer hoy o en su defecto el lunes de la próxima semana.

 


 

TESTIMONIO DEL PAPA DEL HOMICIDA
“Nos destrozó la vida”

Por C.R.

t.gif (862 bytes) Más que formar parte de una declaración testimonial, las palabras del carpintero Miguel Angel Tablado ante el Tribunal de San Isidro sonaron a confesión íntima, a una sesión de terapia abierta al público. “No quiero que me hagan preguntas y que me interrumpan, yo he venido para hablar, para sacar todo lo que tengo adentro”, les dijo con fuerza a los defensores de su hijo, Fabián Tablado, cuando quisieron orientarlo como parte de la estrategia exculpatoria. El presidente del Tribunal, Fernando Mancini, había advertido que un padre “no puede acusar” a su hijo, pero Miguel Angel Tablado tampoco estaba allí para justificar un crimen.
“Carolina (Aló) vivía mucho tiempo en nuestra casa, nos alegramos mucho, al comienzo, por el noviazgo con Fabián, por eso cuando pasó lo que pasó, nosotros también perdimos a Carolina, perdimos a nuestro hijo y ahora estamos a punto de perder nuestra casa” por un juicio indemnizatorio que inició la familia de la víctima. Esa casa es, precisamente, la ubicada en Albarellos 348, donde se produjo la tragedia.
“La libertad se había convertido en libertinaje”, aseguró Tablado padre en un momento. Lo dijo en relación con las interminables horas que Carolina y Fabián pasaban encerrados en la habitación del joven, sin que nadie pudiera atreverse siquiera a golpearles la puerta para saber qué estaba pasando. No aclaró si lo suyo era una simple reserva moralista o si sospechaba que la relación había tomado rumbos tenebrosos.
“Como padre yo lo retaba, trataba de que fueran a estudiar los dos (Carolina y Fabián iban a la misma escuela), pero nunca pude imponerme”, sostuvo Tablado padre. También lanzó dardos hacia el padre de la víctima, Edgardo Aló. Lo acusó de “obligar” a Carolina a un aborto indeseado y de tentar “con dinero” a su hijo Fabián, para que dejara de trabajar con él en la carpintería.
Mientras Aló padre, aparentemente tranquilo, mascaba un chicle, el padre del acusado se largó a llorar desconsoladamente en varios pasajes de su declaración. Sin hacer una sola mención en favor de su hijo, Tablado, al final, pidió abrazarlo. Cuando lo hicieron, ambos lloraron sin control. Y el carpintero se fue buscando todavía las respuestas a un hecho que, dijo: “Nos ha destrozado la vida”.

 

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