Clinton va a
tener que usar casco en Israel
El ejército israelí mató ayer a dos
manifestantes palestinos que reclamaban la libertad de presos políticos, mientras el
presidente estadounidense se aprestaba a llegar en una difícil misión.
Bill
Clinton va a zona de combates. Dos jóvenes palestinos murieron ayer tiroteados por el
ejército israelí, en la localidad cisjordana de Kalkiliya, mientras participaban en una
movilización en la que se reclamaba la libertad de los presos políticos. Estos dos
nuevos fallecimientos se producen en vísperas de la llegada del presidente norteamericano
Bill Clinton a la región, prevista para hoy, en lo que ya se anticipa como un difícil
ejercicio diplomático.
Kamal Adwane y Mohamed Slimane, ambos de 18 años, fueron alcanzados por balas del
ejército israelí, cuando se manifestaban y lanzaban piedras contra los soldados, en las
cercanías de una mezquita, donde habían participado en la ceremonia religiosa habitual
de todos los viernes. Los cuerpos sin vida de Kamal, con una bala en el ojo, y Mohamed,
con sendos proyectiles en la cabeza y en el pecho, fueron trasladados rápidamente al
hospital que la oficina de las Naciones Unidas para los refugiados UNRWA
mantiene abierto en la localidad. Cerca de 50 jóvenes más resultaron asimismo heridos de
diversa consideración en el transcurso de los mismos incidentes, según aseguraron ayer a
la prensa fuentes hospitalarias. Con estas bajas se eleva ya a cerca de 1000 los
palestinos heridos y a cuatro el número de muertos desde que hace dos semanas se iniciara
este nuevo episodio de la Intifada. Clinton, vil, vuelve para jugar con las
chicas gritaron por su parte centenares de jóvenes en la ciudad de Nablus, al norte
de Cisjordania, mientras participaban también en una manifestación en favor de los
presos palestinos. Los muchachos, que habían sido convocados por el movimiento islamista
Hamas y por el Frente Popular y Democrático para la Liberación de Palestina, lanzaron
piedras y cócteles molotov contra un vehículo del ejército israelí.
Por su parte, Benjamin Netanyahu reiteró ayer públicamente su decisión de no liberar a
los presos palestinos con las manos manchadas de sangre y aseguró además que
no participaría en ninguna reunión, junto con americanos y palestinos, para resolver el
problema de los detenidos, tal y como había sugerido horas antes el emisario de la Casa
Blanca, Dennis Ross.
Mientras tanto, en Jerusalén, Belén y Gaza se inició ayer, bajo la supervisión de la
CIA, un importante despliegue de las fuerzas de seguridad, que protegerán a Bill Clinton
y a su séquito durante los tres días que durará la visita. Israel ha asignado para esta
custodia a más de 15.000 policías y soldados, 500 de los cuales configurarán un
cinturón de seguridad en torno a su residencia, el hotel Hilton, muy cerca de la ciudad
vieja.
La fecha clave de la visita será el lunes, cuando Clinton aterrice en el aeropuerto
internacional de Gaza, lo que es interpretado como un respaldo a las aspiraciones
palestinas de un Estado independiente. Israel ha sido muy crítica respecto a esta visita,
con ministros del gabinete pidiendo su cancelación y carteles callejeros que reclaman:
Clinton, go home.
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