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El festival de los sobrevivientes

Este año, el Monsters of Rock pondrá el acento en las agrupaciones que prefieren el clacisismo a la renovación del fin de siglo.

Soulfly es la nueva banda del ex Sepultura Max Cavalera.
En el “Monsters of Rock” abundan los grupos tradicionalistas.

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Por Mariana Enriquez

t.gif (67 bytes) Si hay alguna manera de explicar la escena del heavy metal mundial a fin de siglo, podría decirse que se trata de un rompecabezas de estilos donde, por un lado, los sobrevivientes pelean por mantenerse con algún grado de dignidad, y los nuevos heavies, con las más variadas influencias, convocan al grueso del público adolescente. El Monsters of Rock, que se realiza hoy en el estadio de Vélez, podría llamarse un festival de sobrevivientes. Sólo Soulfly, la banda del ex Sepultura Max Cavalera, es una muestra de las nuevas tendencias del género a nivel mundial: los números fuertes de la noche (Iron Maiden, Slayer, Helloween) son grupos que, si bien cuentan con una afición fiel, hace tiempo que no aportan nada nuevo a la escena y que, sobre todo, ya no representan al fan heavy adolescente. El “neoheavy” abandonó muchos clichés del género: los guiños satánicos, los héroes de la guitarra, los peinados batidos, las ropas ajustadas y con tachas, los solos de guitarra y las influencias de la música clásica y la imaginería medieval.
Los bandas heavies de hoy, con representantes como Korn, Coal Chamber, Soulfly, Sepultura y los locales A.N.I.M.A.L se nutren de influencias como el hip hop, el hardcore, el punk, lo tribal (representado sobre todo por Sepultura y su fusión musical con indígenas brasileños), los tatuajes místico-tribales, un abandono de la imaginería del mal para dar paso a una crítica de la sociedad moderna y su hipocresía (Korn) o una reivindicación de la vuelta a los orígenes (Sepultura). Cuando el “mal” aparece lo hace en una forma mediática, como puede verse en artistas como Rob Zombie, cuya estética bizarra lo acerca más a los films clase B que al satanismo. O en la malignidad fashion de Marilyn Manson. El nuevo fan heavy, mucho menos radicalizado, tiene otro look: peinados rastas, ropas amplias, tatuajes y una actitud combativa positiva donde palabras como “tribu” y “unión” son los nuevos clichés.
Poco de esto se verá en el Monsters Of Rock, un festival donde los dinosaurios son mayoría. Iron Maiden (en su tercera visita a Buenos Aires), dejó de sorprender hace tiempo. Su nuevo disco, Virtual XI, no tuvo éxito de crítica ni de ventas, y los fans parecen no poder dejar de pensar que Blaze Bayley, el reemplazante del mítico cantante Bruce Dickinson, no puede compararse con su antecesor. Slayer, otra banda clásica (que tocó aquí durante la fatídica noche terrible de 1994 cuando, siendo soportes de Kiss, un fan murió en el estadio de River), tiene un disco nuevo, Diabolos in musica, siempre cercano al “satanismo” que los caracteriza como una de las bandas más densas de la escena. Helloween es otro fenómeno de supervivencia: una banda alemana de más de 15 años de trayectoria y reacia a las modernizaciones. Los más clásicos de todos, quizá con la excepción de Angra, una banda brasileña en la vereda de enfrente de Sepultura, que es un fenómeno de proporciones en la Argentina. Ya estuvieron dos veces por aquí, haciendo shows importantes en Cemento, y vienen con nuevo disco, Fireworks, que tiene todo aquello que el fan heavy tradicional busca.
En síntesis, Soulfly es la banda más interesante de la noche para quien quiera escuchar y ver algo más moderno. Con un disco autotitulado, la banda continúa la tradición tribal/pesada, densa y positiva, la epítome del nuevo heavy, oscuro pero pleno de influencias y riesgo. Sólo resta ver si en vivo y sin sus compañeros Cavalera puede reproducir la intensidad de los shows que Sepultura supo dar en la Argentina. Las puertas del estadio de Vélez se abrirán a las 14.30. O’Connor –la banda de Claudio O’Connor, ex Hermética y ex Malón, en la línea del heavy tradicionalista criollo– estará sobre el escenario a las 16.15. Angra hará lo propio a las 17, y Helloween una hora después. Soulfly comenzará a las 19.20 y Slayer a las 20.30. El cierre, con el sufrido Iron Maiden sin Dickinson, comenzará a cerrar la noche pesada a las 22.20.

 

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