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La "gloriosa JotaPé" resistió 24 años
en una casa abandonada

Era una unidad básica en Munro y la allanaron en 1974. Estuvo cerrada hasta el 6 de diciembre, cuando un grupo de ex militantes decidió recuperarla. Encontraron una verdadera cápsula del tiempo.

Agrupación Felipe Vallese, Montoneros, Evita y el bombo, las señales intactas de una generación.
"En el terreno del frente hacíamos las ollas populares en los conflictos, pero ahora casi no quedan fábricas en Munro."

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Por Luis Bruschtein

t.gif (67 bytes) "Comunicado del pueblo y la Juventud Peronista de Vicente López:
ron2.gif (93 bytes)  Las playas son desde ahora y para siempre propiedad del pueblo.
ron2.gif (93 bytes)  En el área de las playas recuperadas por el pueblo se creará una zona de turismo          popular.
ron2.gif (93 bytes)  El dinero que se recaude en dicha zona turística servirá para el funcionamiento de escuelas y centros culturales"
ron2.gif (93 bytes)  El mantenimiento de la zona turística estará a cargo de milicias voluntarias de la JP y el Frente de Villas".
"Viva la Patria" - "Perón o Muerte" - "Venceremos".

El bando está pegado sobre una pared carcomida por el tiempo. Hay otro cartel más grande, azul y blanco, con la foto de Perón: "Todos a recibir al General". El bando de la JotaPé es de 1973, el cartel de 1972, del primer regreso de Perón a la Argentina. No hay luces y las manchas de humedad se disputan los techos y las paredes con los carteles. La instalación eléctrica quedó inservible y sólo las luces mortecinas de algunas lamparitas traídas con cables iluminan las piezas. Las paredes, con sus inscripciones y carteles, transmiten actividad febril, idas y venidas, grandes noticias buenas y malas, reuniones intensas, gente joven envuelta en un trajinar frenético y decisivo.

La casa está en la esquina de Mitre y Malaver, en Munro. Durante los años 60 fue un boliche nocturno y en los 70 funcionó como la Unidad Básica "El Combatiente Peronista" que dirigían los hermanos Jorge y Miguel Lizaso, un apellido que resonaba desde los años de la Resistencia Peronista. Carlos Lizaso, hermano de Jorge y Miguel, había sido uno de los fusilados en José León Suárez. Jorge fue asesinado en la ESMA y Miguel murió en un enfrentamiento en 1977. El hermano mayor, Arnaldo, nunca volvió del exilio y murió en el exterior. Pedro, el padre, había sido intendente peronista de Vicente López en 1947 y murió exiliado en Montevideo, poco después de enterarse del fusilamiento de su hijo Carlos.

En 1974 la unidad básica fue allanada por la policía y nunca más abrió sus puertas. El domingo 6 de diciembre pasado, un grupo de ex militantes decidió recuperarla. Se encontraron con las mismas paredes que habían dejado 24 años atrás. Las mismas pintadas, las mismas señales, las consignas y las marcas, como si no hubiera pasado el tiempo. Esa noche hicieron un pequeño acto, recordaron a sus compañeros desaparecidos y prendieron velas por cada uno de ellos. En el frente pintaron: "Casa de la Resistencia y la Memoria, Jorge 'Nono' Lizaso".

"Trelew, la patria fusilada" dice un cartel que tiene una mano dibujada con una herida sangrante en la palma y los nombres de los fusilados por la Marina el 22 de agosto de 1972. Hay otro cartel que convoca a un acto en homenaje a Manolo Belloni y Diego Frondizi, de los primeros militantes de la Juventud Peronista muertos en los 70. El acto será en el Club Juventud en el Rincón de Milberg, en Tigre. "La justicia y la libertad no se regalan, se conquistan, se defienden, y muchas veces hay que morir por ellas. Juan Perón", dice el cartel añoso pegado en la pared.

"Una vez un vecino quiso poner una calesita en el terreno de adelante, pero un milico lo sacó a las patadas --relata Lita Artola-- y cuando entramos, encontramos una bolsa con la insignia de la Armada. Abandonaron aquí unas máquinas que parecen de lavandería. Realmente no sé por qué no tocaron nada más, dejaron intactas las paredes. Será por los fantasmas..."

La entrevista se interrumpe cuando una mujer asoma tímidamente la cabeza hacia la penumbra. Pregunta si allí funcionó la unidad básica "El Combatiente Peronista". Tiene 34 años y llegó hace poco de España. Quiere reconstruir la historia de su padre que desapareció cuando ella estaba en el exilio con su madre. Muestra unas fotos. "Le decían Roco" agrega. "Quedamos clandestinos en el '75, yo tenía 12 años. Después me fui con mi mamá y nunca más supimos de él. Mi abuela no quiso hacer la denuncia en la Conadep". La foto pasa de mano en mano, alguien se acuerda del nombre pero nada más. Habrá que preguntarle a otros sobrevivientes.

"JTP, Trasvasamiento sindical para el socialismo nacional" dice una pintada hecha con plantilla y aerosol. Hay pintadas de agrupaciones de la Sanidad, de la Pintura y metalúrgicos.

"Desde el domingo que abrimos hasta hoy deben haber venido unas 200 personas. Algunos que militaron aquí y varios chicos que sabían que sus padres militaban en Zona Norte. Esta unidad básica funcionaba como una coordinadora de la Regional 1. Por aquí pasaban militantes de todos los frentes, barrial, sindical, villero y demás. Aquí vino Sabino Navarro y se efectuaron reuniones de la conducción de Montoneros", explica Lita.

Llevaron un cartel a la Marcha de la Resistencia de las Madres de Plaza de Mayo, donde explicaban el hallazgo y la propuesta de que la casa se declare de interés histórico para que funcione como centro cultural y de activismo barrial. "Varios chicos se nos acercaron para preguntarnos por sus padres y nos dijeron que vendrían a visitarla" afirma Lita.

Un grupo de muchachos se mueve en la penumbra con lamparitas y linternas. Sobre otra pared está pegado el "Bando del regreso Nº 2" con las instrucciones "para que el retorno de nuestro conductor el general Perón sea una fiesta sin inconvenientes". Era el preludio del 20 de junio de 1973 en Ezeiza. En la misma pared está la Orden General del 27 de julio de 1819 del general San Martín al Ejército de los Andes. Primero hay una frase de Perón: "Que todos los argentinos se mantengan alertas y vigilantes. El porvenir de la Patria ha costado demasiado caro en la sangre de sus mártires como para dormir en los laureles conquistados". Luego sigue el texto de San Martín, con el último párrafo subrayado: "Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje".

 

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