Para el Fondo perdonar es divino
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El incumplimiento de las metas del acuerdo con el FMI forzó al Gobierno a solicitar un waiver (perdón), que la misión del organismo que terminó ayer las negociaciones recomendará aprobar a su directorio. Como anticipó Página/12, la dispensa fue requerida porque, a pesar de lo que Roque Fernández afirmó durante meses, el impacto de la crisis financiera sobre el nivel de actividad económica afectó la recaudación y amplió el déficit fiscal. El mismo motivo determinó que se reestructuraran las metas para 1999, puesto que el propio equipo económico aceptó que las proyecciones previas eran inalcanzables. Dejarlas como estaban implicaba, inexorablemente, tener que pedir un nuevo perdón en poco tiempo. Aún así, los compromisos asumidos para el año que viene siguen siendo difíciles de cumplir, por lo que no se descarta que hubiera que recurrir a un nuevo ajuste de gastos. "Es una meta estrecha", reconoció el viceministro, Pablo Guidotti, en referencia a que el desequilibrio fiscal para 1999 deberá ser apenas 300 millones de pesos más amplio que el proyectado con anterioridad. De una meta de déficit de 2650 millones, se pasó a otra de 2950 millones. Pero el crecimiento de la economía será de entre 2,5 y 3,0 por ciento, de acuerdo a lo establecido en el convenio (aún resta determinar el número definitivo), en lugar del 4,8 por ciento fijado en el Presupuesto. "La reforma tributaria aportará recursos que permitirán cumplir con el compromiso", aseguró, aunque no muy convencido, el segundo de Roque Fernández. Al respecto, el acuerdo para 1999 quedó supeditado a que la Cámara de Diputados apruebe mañana la ley complementaria a la reforma impositiva. En Economía afirman que se llegó a un entendimiento con la Alianza para que ello ocurra. Fue un día de prolongadas negociaciones. Por la mañana, el chileno Tomás Raichmann, jefe de la misión del FMI, y Teresa Ter Minassian, directora para el hemisferio occidental, se reunieron con Guidotti y el jefe de asesores de Roque Fernández, Miguel Kiguel. Estuvieron tres horas en el cuarto piso del Palacio de Hacienda, pero no alcanzaron a acordar las metas definitivas para 1999. Después del almuerzo, lo que se había pensado como una reunión de tono casi formal con el ministro, para dar las puntadas finales a la nueva carta de intención, se convirtió en una extensa negociación de cuatro horas. En rigor, el FMI estaba dispuesto a apoyar al Gobierno, ya que Argentina es su mejor alumno y la situación delicada de Brasil no brinda un escenario para ponerse muy rigurosos. Por ese motivo aceptó repactar las metas para 1999. Sin embargo, a la misión del organismo y al equipo económico les costó encontrar la fórmula para determinar que el desequilibrio de las cuentas públicas el próximo año será de 2950 millones. Finalmente, el acuerdo estableció que en el primer trimestre el déficit no deberá exceder los 1300 millones. Es que en esos meses se espera el mayor impacto de caída en la recaudación. Para el segundo trimestre, en tanto, la exigencia es un rojo máximo mucho más moderado: 375 millones. Entre julio y setiembre tendrá que ubicarse en 575 millones y en la última parte del año, en 700 millones. La misión del FMI no quiso flexibilizar más la meta de déficit para no complicar la aprobación del acuerdo por parte del directorio del organismo. Por lo tanto, con una economía creciendo al 2,5 por ciento, es probable que el Gobierno se vea obligado a realizar un nuevo ajuste de gastos, que desea evitar en medio del año electoral. Para contrarrestar el efecto de desprestigio que conlleva ante los inversores internacionales incumplir el acuerdo con el FMI, el equipo económico intentó que se hiciera una corrección a las metas de este año, sin que figurara bajó el nombre técnico de waiver. Sin embargo, eso trababa la firma de una nueva carta de intención para 1999, debido a que el directorio del FMI hubiera demorado en concederla, y eso generaba a la vez la misma incertidumbre que se quería esquivar. En las últimas semanas, Kiguel se dedicó a anticipar ese incumplimiento de 300 millones en el déficit fiscal a los inversores locales y extranjeros. En cuanto a otras proyecciones para 1999, se fijó que el déficit externo se ampliará a 4,5 puntos del PBI, desde el 4,3 --renegociado-- de este año. Por último, se convino en que la rebaja de aportes patronales de 10 puntos se hará en forma gradual, con una baja de 3 puntos en abril, otros tres en agosto y los cuatro restantes en el último mes del actual gobierno.
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