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EL SATELITE NACIONAL FUE LANZADO CON EXITO AL ESPACIO

La Argentina ya se puso en órbita

El SAC-A gira a 380 kilómetros de altura. Servirá para estudiar la ballena franca y para prevenir incendios e inundaciones

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Por Pedro Lipcovich
Desde el Centro Espacial Teófilo Tabanera, Córdoba


t.gif (67 bytes)  "Miremeló, que no me carga bien la batería." Tratándose de un satélite, la respuesta no puede ser: "Le ponemos un alambrecito ...", aunque el satélite sea argentino. Una noche de angustias vivieron los técnicos del SAC-A, luego de que, a la 1.30, el artefacto fuera eyectado desde el transbordador espacial "Endeavour", que lo puso en órbita: es que, según los primeros datos, el acumulador de energía parecía peligrar, lo cual hubiera significado el fracaso de la misión. Hubo que reprogramar todas las actividades previstas; recién a las 12.39, cuando el satélite pasó por segunda vez sobre el cielo de Córdoba, se verificó que la batería estaba bien. Todo estaba bien en el SAC-A, y los ingenieros lloraron de emoción. Durante los próximos diez días seguirán examinando lo que llaman el "estado de salud" del satélite, y después empezará su verdadera misión: poner a prueba sus instrumentos de registro de datos ecológicos y económicos del territorio argentino.

Entre otras aplicaciones, el satélite SAC-A posibilitará la prevención de inundaciones; podrá detectar zonas con riesgos de incendio; servirá para obtener datos sobre el clima y cultivos y, sobre todo, permitirá un estudio detallado de la ballena franca del sur (ver aparte).

Rostros muy tensos hubo en el Centro Espacial Teófilo Tabanera. Los técnicos habían pasado la noche sin dormir, pero eso no era nada: el problema era que la batería del satélite SAC-A no funcionaba bien. A la 1.30, hora argentina, había sido eyectado desde el trasbordador "Endeavour", que lo llevaba en su bodega. El SAC-A quedó así en órbita, a 380 kilómetros de altura y a una velocidad de casi 25.000 kilómetros por hora. Se había logrado lo que no pudo conseguirse con su antecesor, el SAC-B, que, por deficiencias del cohete lanzador --norteamericano-- sigue hasta ahora pegado a otro satélite, ambos inutilizables.

El siguiente paso era activar los paneles solares, vitales para la provisión de energía. El mecanismo estaba programado para hacerlo 7 minutos y medio después de la eyección; antes, hubiera perturbado los sistemas de comunicación del "Endeavour". La tripulación del "Endeavour", que miraba el satélite con prismáticos, confirmó que, a unos 300 metros de la nave, el satélite argentino había aumentado de tamaño, lo cual correspondía al despliegue de los paneles solares. Desde el Teófilo Tabanera, los técnicos veían la operación en tiempo real por Internet.

Para datos más precisos había que esperar a que el SAC-A pasara por la primera estación rastreadora. El satélite, como todos los de órbita baja, sólo puede trasmitir información a una porción reducida de la superficie terrestre, y su órbita, que dura sólo 90 minutos, va pasando cada vez por distintos lugares. Sólo cerca de las 11 de la mañana podría establecer contacto con el Teófilo Tabanera pero a las 2.34 de la madrugada iba a pasar sobre la estación rastreadora de Wallops, en Estados Unidos, y a las 2.50 sobre la estación de Trapani, en Italia.

Aquí empezaron los problemas: los datos de Wallops indicaron que la batería del satélite no estaba suficientemente cargada; la estación de Trapani no funcionó por un problema de tierra. Si la dificultad en la batería persistía, la misión fracasaría, y esta vez no habría culpa ajena.

La primera pasada sobre Córdoba iba a ser a las 10.56 y no duraría más de tres minutos. El control de la misión decidió no activar el satélite durante esta pasada. "Se prefirió no prenderlo porque iba a ser una pasada muy corta, de sólo 3 minutos, y era peligroso que pudiera quedar prendida la batería", explicó después el ingeniero Enrique Bottinelli. Mejor aguardar a la siguiente pasada, que sería a las 12.29 y duraría 10 minutos. Los técnicos pasaron toda la noche reprogramando las actividades.

A las 12.39 todos se abrazaban en el Teófilo Tabanera. Y a Bottinelli se le quebró la voz al pronunciar una frase tan neutra como "Los valores están muy nominales": eso quería decir que el esfuerzo de 30 personas, a tiempo completo durante un año, no había fracasado. La batería funcionaba.

En tanto, y luego de su misión de doce días en el espacio, el trasbordador "Endeavour" regresará a Tierra hoy, tras haber cumplido con éxito su principal tarea: poner en marcha la construcción de la Estación Espacial Internacional.

 


Secretos en el espacio

 

* Resortecito. ¿Cómo se eyecta un satélite desde un trasbordador espacial? Simple. El satélite va embalado en una especie de canasta: está sobre un sistema de resortes comprimidos y fijado con bulones llamados "de pirotecnia". En el momento preciso, el piloto del trasbordador oprime un botón, la pirotecnia rompe los bulones y, liberados los resortes, el satélite sale por la puerta abierta de la bodega, en la misma órbita pero hacia atrás, con una velocidad de medio metro por segundo que se resta a la velocidad del trasbordador, superior a los 7 kilómetros por segundo.

 

* Depilación. El sufrimiento de las mujeres que se depilan con cera parafinada no ha sido en vano. Una sustancia muy parecida es la que se usa para desplegar los paneles solares del satélite SAC-A. Esas grandes alas, plegadas están sujetas por un perno a su vez sostenido por una masa de cera. Para desplegarlas se activa una resistencia eléctrica cuyo calor derrite la cera y, entonces, el perno se desliza y se abren los paneles que aprovechan la energía del sol. El despliegue tarda unos 3 minutos.

 

EL SAC-A ESTUDIARA EL COMPORTAMIENTO DE LA ESPECIE

Un espía para las ballenas

 

t.gif (862 bytes) En la vida de las ballenas francas que habitan en el hemisferio austral existía --hasta ahora-- un período desconocido por el hombre: cuando llega la época de reproducción, estos mamíferos se alejan de las zonas costeras y es imposible seguirles el rastro. El año próximo, con la puesta en órbita del satélite argentino SAC-C, se investigará de cerca a estos ejemplares, sobre todo cuando se internan en el océano, por lo que este espacio de su historia no quedará en blanco.

El SAC-A llevará la delantera en el estudio de esta especie que corre peligro de extinción: tendrá como misión poner a prueba el equipo que realizará el seguimiento de la ballena franca, recabando información geográfica, biológica y oceanográfica, proveniente de los sensores que especialistas de la Universidad Nacional de La Plata colocan en el cuerpo de unos 20 ejemplares, en Puerto Madryn.

Todos los datos que recabe serán enviados a la Estación de Monitoreo en Córdoba. De esa manera, se ajustarán los equipos que transportará el SAC-C, que está desarrollando la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y cuyo lanzamiento está previsto para 1999.

Las cámaras de teleobservación podrán determinar la posición de la población de ballenas en el Atlántico sudoccidental, y registrarán datos fundamentales, como rutas migratorias, zonas de alimentación, comportamiento alimentario, comportamiento de natación y buceo y los hábitat críticos. Pese a que tradicionalmente se consideró que las ballenas eran fieles al área de reproducción, luego se descubrió que tras la época de parición se alejan de las zonas costeras. Y nunca pudo identificarse ni las rutas migratorias ni las áreas de alimentación.

Este desconocimiento general influye negativamente a la hora de desplegar políticas de conservación y preservación de esta especie, sencillamente, porque se ignora dónde están.

Con la intención de develar estos misterios, se puso en marcha el "Proyecto de Seguimiento Satelital de la ballena franca austral", bajo la coordinación de la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación y de la Conae. La primera fase del proyecto será de prueba, lo que implica el desarrollo y testeo del sistema que incluirá el diseño de los equipos para registrar información a nivel prototipo. Es decir, verificar el buen funcionamiento de unidades de adquisición de información, la unidad transmisora de datos al satélite, las fuentes de alimentación, y el sistema de aplicación y fijación.

De acuerdo con los resultados obtenidos en esta etapa, se diseñará la estrategia a aplicar en el seguimiento, en cuanto a la cantidad de ejemplares en los que se instalará el equipo en cada temporada, momento y lugar donde se realizará la implantación y tipos de ejemplares en los que se aplicará.


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