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Entre un sistema obsoleto y la falta de conciencia

 

Por Mariana Carbajal


t.gif (67 bytes)  La situación de los desagües es grave. Hay que agrandarlos", evaluó el ingeniero Armando Sánchez, profesor de Hidráulica Aplicada de la UBA. "Habría que hacer inversiones", consideró Carlos Lebrero, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos. "Hay solución pero es costosa", advirtió el urbanista Julio Keselman. "Hay que concientizar a la gente para que no saque la basura fuera de hora y aumentar la capacidad de absorsión de una ciudad que quedó completamente pavimentada", aconsejó el arquitecto Fernando Brunstein, investigador de temas ambientales urbanos. Si no se toman medidas, la ciudad se convertirá en "una trampa mortal", alertó Alberto Viladrich, ex secretario de Recursos Hídricos de la Nación. Cinco especialistas en urbanismo e inundaciones dieron su parecer sobre cómo enfrentar los recurrentes anegamientos de Buenos Aires y evitar que el próximo temporal se trague otra vida humana.

"El territorio quedó totalmente enmascarado (con el entubamiento de los ríos) y la gente perdió la noción de que hay lugares peligrosos. Es evidente que hacen falta señalizaciones, como en áreas montañosas se advierte que puede haber deslizamientos. Si alguien tuviera una idea de que por debajo de una calle pasa un arroyo no se bajaría a empujar un auto en medio de la correntada", analizó en diálogo con Página/12 el arquitecto Brunstein, miembro del Centro de Estudios Urbanos y Regionales.

Para los especialistas se combinaron distintos factores que pusieron una vez más la infraestructura de Buenos Aires al borde del colapso:

* La red de desagües, diseñada en 1919, quedó obsoleta. Desde hace 59 años que no se ha agregado un metro a los casi 450 kilómetros de canalizaciones que se empezaron a construir en 1926.

* El relleno del Río de la Plata y las construcciones sobre la costa taponaron las bocas de salida de los arroyos entubados.

* La ciudad aumentó cada vez más su superficie pavimentada y redujo la capacidad de absorsión. Además, al reemplazar adoquines por pavimentos lisos se incrementó la velocidad de deslizamiento del agua.

* Los vecinos sacan la basura fuera de los horarios acordados y los residuos taponan algunas alcantarillas, lo que ocasiona que otras bocas reciban un caudal superior de agua y aumente la presión en los desagües.

"Hasta ahora lo que hemos venido haciendo ha sido para empeorar la situación", consideró el presidente de la Sociedad Central de Arquitectos. Lebrero criticó la falta de inversiones en infraestructura. "Nadie, hoy en día, invierte para dentro de 10 años" porque "tiene poco rédito político", cuestionó.

Para el arquitecto Keselman, es "fundamental" destapar el río. "Todas las bocas de salida, tanto cloacales como pluviales, han sido taponadas u obstruidas en gran parte. Pero tiene solución. Simplemente se necesitan inversiones que el municipio tiene que hacer", agregó el urbanista.

Según el ingeniero Sánchez, otro factor que debe resolverse es el drenaje de los desagües provenientes de la provincia de Buenos Aires. "Habría que hacer algo para que no atraviesen el territorio porteño y así evitar que contribuyan con las escorrentías de la ciudad", señaló el profesor de Hidráulica Aplicada de la Facultad de Ingeniería.

 

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