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| Por Carlos Rodríguez
La audiencia de ayer duró menos de un minuto. Tablado, que desde el segundo día del juicio cambió el look informal del inicio, vestía traje gris, camisa negra y una corbata beige. De los tribunales se retiró en un patrullero de la Policía Bonaerense y a su paso recibió insultos de parte de familiares y allegados a la familia Aló. "Hijo de puta, asesino", le gritó una mujer rubia, que le pegó un puntapié a la puerta del vehículo. Edgardo Aló, el papá de Carolina, reiteró el mismo insulto y también golpeó con el puño cerrado --apretando un teléfono celular--, el techo del rodado, muy cerca del lugar donde estaba sentado Tablado. "¿Te lastimaste?", le preguntó la señora rubia al padre de la víctima, que respondió: "Este hijo de puta (en alusión a Tablado) ya me lastimó hace mucho tiempo". La respuesta del acusado llegó minutos después, cuando bajaba del patrullero para ser llevado hasta el calabozo de la comisaría primera de San Isidro donde está alojado. "Sí, yo estoy arrepentido (por haber cometido el crimen), pero el que también tiene que estar arrepentido es el padre de Carolina". De acuerdo con lo que se dijo en la audiencia, los dos hombres mantuvieron --en vida de Carolina-- un enfrentamiento para ver quién imponía su voluntad sobre la joven. La sorpresiva postergación del fallo generó reacciones optimistas tanto de parte de la defensa como de los letrados patrocinantes de la familia Aló. Roberto Damboriana, que representa a los Aló, sostuvo que el tribunal "ya contó el final de la película al decir que Tablado es imputable y esto es un hecho positivo porque con la prueba colectada está claro que fue un homicidio con ensañamiento y alevosía que merece la perpetua". Para Damboriana, lo único que falta es que "los jueces cuenten el argumento del filme", que desde su óptica debería terminar con la condena a perpetua. Los abogados defensores, Omar Breglia Arias y Ariel Tenca, especularon que los miembros del tribunal, Fernando Mancini, Celia Vázquez y Fernando Marotto, "todavía tienen dudas y eso es positivo" para sus aspiraciones. A pesar de que se les cayó el argumento de la "inimputabilidad", suponen que su defendido "será condenado por homicidio simple", con lo que se descartaría el pedido del fiscal, Julio Novo, quien aseguró que se trató de un homicidio agravado por "ensañamiento y alevosía". "Nosotros hemos ganado el primer round", declaró el padre de Carolina Aló poco antes de protagonizar el incidente con Tablado. "La defensa quiso imponer la inimputabilidad y eso ya fue dejado de lado, de manera que ahora sólo falta establecer el monto de la condena". Edgardo Aló anticipó que "en caso de no satisfacernos la pena vamos a apelar donde corresponda, porque es necesario que se haga justicia sobre la base de la verdad de lo que ha ocurrido: un crimen horroroso". En la audiencia estuvo el abogado Hernán Sisera, que representa a la familia Tablado en el juicio civil, donde Edgardo Aló reclama una indemnización de un millón de pesos por "daños materiales y morales". El abogado confirmó que ya hubo "un fallo que condena a los Tablado", pero estimó que ese juicio "es incobrable" porque quien debería pagarlo es Fabián "que es insolvente" ya que ni siquiera tenía empleo fijo. La falta de definiciones en la audiencia de ayer pareció caldear los ánimos entre los asistentes al juicio oral. "Che, chiquito, ¿por qué estás acá? Vos no podés defender lo indefendible", le gritó una anciana al abogado Adrián Tenca, el joven defensor de Tablado. "Es una bestia, dejalo", aconsejó la mujer, mientras el letrado señalaba que "hasta el peor criminal tiene derecho a defensa".
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Dándole suspenso
a un homicidio terrible que no lo tuvo --el nombre del autor se conoció en pocas horas--,
la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro adelantó que producirá un "veredicto
condenatorio", pero demoró hasta mañana la calificación y por ende la definición
del monto de la condena que le corresponderá a Fabián Gerardo Tablado por haber
asesinado de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló. La única incógnita develada ayer
fue que Tablado, según se deduce de lo adelantado por los jueces, es
"imputable" por el crimen, en contra de la postura de sus abogados defensores,
quienes argumentaron que había sufrido "un trastorno mental transitorio" y que
no fue consciente de sus actos.