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LA AUTORIDAD PALESTINA ELIMINO LAS CLAUSULAS CONTRA ISRAEL

Un adversario saludó ayer a un amigo

Clinton fue ovacionado en Gaza por los palestinos. Hoy es la cumbre tripartita con Arafat y el premier israelí Netanyahu.

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t.gif (67 bytes)  Yasser Arafat tuvo ayer buenos motivos para dar la bienvenida a Bill Clinton, quien pareció inclinado a favorecer el deseo más ferviente de los palestinos: un Estado independiente. "El pueblo palestino tiene ahora la posibilidad de decidir su propio destino en su propia tierra", afirmó el presidente norteamericano al ser recibido por el líder palestino en la Franja de Gaza. Ante Clinton, y en una decisión histórica, el Consejo Nacional Palestino (CNP) revocó públicamente las cláusulas antiisraelíes de la Carta Nacional palestina. La reunión tripartita, donde se sumará el premier israelí Benjamin Netanyahu, se pasó de ayer a hoy, después de que éste convocara a su minigabinete de seguridad para digerir la decisión palestina, que eliminó un problema central del incumplimiento palestino al acuerdo de paz firmado el 23 de octubre en Wye Plantation.

Desde su arribo, la visita de Clinton estuvo cargada de un contenido simbólico que fue enteramente favorable a las aspiraciones de los palestinos. El presidente arribó en el helicóptero "Marine One" al Aeropuerto Internacional de Gaza (una concesión israelí a la autonomía palestina), adonde Arafat aprovechó su llegada para inaugurar la terminal de pasajeros del nuevo aeropuerto. Arafat logró que Clinton cortara la cinta, y en un momento el líder palestino cortó un pedazo de la cinta para dársela al presidente. Esta decía en árabe la palabra "internacional".

Las connotaciones fueron evidentes en Israel, pero desde la revocación de los artículos de la Carta Palestina que llamaban a la destrucción del estado israelí, el gobierno de Netanyahu no parece tener demasiado margen para seguir resistiendo las demandas palestinas. La votación del Parlamento palestino fue televisada y se pudo ver a los legisladores revocando por abrumadora mayoría los artículos que blandía el gobierno de Netanyahu como prueba de la falta de cumplimiento de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) respecto del acuerdo de Wye. El premier israelí se manifestó "satisfecho" por la votación del CNP y se mostró dispuesto a agilizar el cumplimiento de uno de los puntos del documento firmado en Washington: la liberación de los presos políticos palestinos en sus prisiones. Israel se había comprometido a liberar a 750 de los 3000 prisioneros políticos, pero de los 250 que salieron de la cárcel la mayoría eran criminales comunes.

La acción no fue bien recibida fuera de Israel, y ayer la simpatía de Clinton estuvo enteramente del lado palestino. En la recepción que le ofreció Arafat, Clinton recibió una delegación de cuatro hijas de los prisioneros políticos, quienes le entregaron una carta que decía: "Somos hijas de prisioneros y le pedimos, señor presidente, obrar para que nuestros padres salgan de las cárceles israelíes". Ambos líderes estuvieron profundamente conmovidos por las niñas, y Clinton declaró con lágrimas en los ojos que "haría lo posible" para obtener su libertad.

Esto no aparenta bien para Netanyahu, cuya intransigencia lo está convirtiendo en el malo de la película. El premier israelí se reunió ayer con su "minigabinete" para analizar la situación luego de la revocación de la Carta Palestina, y declaró que liberaría a los activistas del partido Al-Fatah, encarcelados por actividades políticas. No obstante, se negó rotundamente a liberar a los palestinos cuyas "manos están manchadas de sangre judía". Asimismo, parece posible que la cuestión central de la disputa palestino-israelí --el repliegue del 13 por ciento de Cisjordania-- permanezca congelado por el gobierno de Netanyahu. El premier siempre asoció la suspensión del repliegue a las sonoras declaraciones de Arafat sobre la declaración de un Estado nacional palestino para el 4 de mayo del año de viene, de las cuales exige una retractación pública. Esta intransigencia del premier está reforzada por el voto de confianza al que se enfrentará el lunes que viene en el Knesset (Parlamento israelí), donde buscará recuperar el voto del ala más derechista de su partido Likud, para quien el premier israelí ha sido demasiado "blando" con los palestinos.

 

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