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Por Romina Calderaro Sonia no llama a su marido por su nombre. Lo mejor que me pasó en la vida es haberme casado con Cavallo. No quiero nada más, dice, lentamente y con tonada cordobesa. Y repite hasta el hartazgo: Es un hombre idóneo, valiente, el mejor. Un voto para él es un voto ganado. Está nerviosa. de a ratos parece que terminó con su discurso, pero toma aire y vuelve a la carga con su prédica, en la que no ahorra críticas al PJ y la Alianza. Las Mujeres en Acción una organización de apoyo a la acción partidaria de Domingo Cavallo la escuchaban ayer desde sus asientos del Buenos Aires Art Center. Es que la mujer del ex ministro de Economía las reunió para hacer un brindis de fin de año, y de paso las exhortó a que se presenten como fiscales en las elecciones presidenciales para que no se pierda ni un voto y a conseguir afiliaciones para el partido del Mingo, Acción por la República (AR). Al final del cónclave llegó Cavallo: el aludido de la noche no podía estar ausente. O no debía. La verdad es que cuando fue ministro de Economía del que te jedi no lo bancaba, pero cuando se fue y empezó a decir todas las verdades me empezó a gustar. Y como dice la verdad, tiene que triunfar. Además, creo que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, que en este caso es Sonia, aseguró a este diario Paulina. Paulina acusa más de sesenta años, aunque no especificó cuántos. Pasadas las siete de la tarde, y bastante acalorada, esperaba en el fondo del salón la llegada de Sonia. Ya habían cantado Los Chalúas, el trío folklórico contratado para la ocasión. Sonia llegó un poco retrasada, con un vestido negro, y un blazer de manga corta a lunares. Vienen las elecciones, y mientras nosotros trabajamos, el resto de los partidos políticos se pelean entre ellos por ocupar espacios de poder o ver cuál será su candidato disparó en su discurso, después de saludar a las chicas. Más tarde se concentró en el mapa político de Córdoba, donde el domingo se elige gobernador. Hay que votar la fórmula de AR. Si no, las opciones son el radicalismo, que gobierna hace 15 años y secó la provincia y quiere seguir en el poder para que no se destapen las ollas; y el justicialismo, que con De la Sota propone reducción de impuestos y más trabajo, una cosa que Cavallo ya había hecho, dijo, casi gritando. Antes de entrar al salón, Sonia tuvo su primer encuentro con la prensa, en el que anunció el slogan de la noche: Por una Argentina justa y transparente, Cavallo presidente. Y prometió que su marido, de llegar a la presidencia, terminará con el desempleo, la inseguridad, mejorará la salud y la Justicia. Adentro agregó críticas a sus competidores: Los políticos de otros partidos no tienen ideas: las ideas las tiene Cavallo y los demás se cuelgan de sus propuestas aseguró, amén de recordar que él fue el único que se animó a denunciar las mafias del país, enquistadas en los tres poderes el Estado. Aprovechó para recordar que eso le ha valido una cruel e injusta persecución judicial que todavía no ha terminado y explicó que el gobierno menemista lo sigue persiguiendo, pero lo hace en forma más solapada para que no salga en los medios. Pero Cavallo no es hombre previsible y, hasta último momento, los organizadores no sabían si iba a aparecer. Cuando las señoras ya estaban levantándose para tomar sidra y comer pan dulce, la presentadora tuvo que pedirles que permanezcan en sus asientos porque para brindar había que esperar a alguien que está por llegar. Al rato, el ex ministro hizo su aparición. No logró que sus fans lo esperaran para el brindis, pero besó a varias y posó con Sonia.
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