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Por Adrián H. Mouján Primero fueron los escarceos de los sectores más ultramontanos de ambos países. Después, cuando los legisladores de uno y otro lado de la Cordillera se hicieron un guiño para arribar a un acuerdo, la cuestión Pinochet puso la resolución en el freezer. Pero tras la encendida defensa que el gobierno argentino hizo del dictador, la derecha del país vecino se quedó sin argumentos para seguir dilatando una definición. Finalmente, la Argentina y Chile firmarán hoy un nuevo tratado sobre Hielos Continentales que da por terminado con el último de los 24 puntos en diferendo limítrofe. La activa participación de legisladores oficialistas y opositores permitió llegar a un nuevo texto, luego de que los Parlamentos de ambos países rechazaran la poligonal que trazaba el anterior. La presencia del ex presidente Raúl Alfonsín en el acto ratifica la firme posición que sostuvieron tanto el justicialismo como la Alianza para solucionar los conflictos limítrofes. El acuerdo fue precedido por la declaración de Chile de apoyar los reclamos de soberanía argentina sobre las islas Malvinas. Cerca del mediodía, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, que estará cubierto de funcionarios, diplomáticos, dirigentes políticos y miembros de las Fuerzas Armadas, el presidente argentino Carlos Menem y su par chileno Eduardo Frei suscribirán el texto del tratado que se enviará a los Parlamentos de ambos países para que le den su aprobación final. Ambos países pudieron llegar a la rúbrica del tratado luego de una serie de gestos que realizaron ambos gobiernos como consecuencia de la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet. Bajo el arduo nombre de Acuerdo entre la República Argentina y la República de Chile para precisar el recorrido del límite desde el monte Fitz Roy hasta el cerro Daudet, el tratado le quita jurisdicción a Chile sobre los ríos que desembocan en el Atlántico y a la Argentina de los fiordos chilenos sobre el Pacífico. Además, establece la demarcación al norte de los Hielos Continentales de una franja que le permite a Chile acceder al sur del cerro Fitz Roy, mientras que la Argentina accede al cerro Stokes. Estas dos montañas forman parte de la línea divisoria de altas cumbres establecidas en los tratados del siglo pasado. Los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados recibieron ayer a un grupo de legisladores chilenos, entre los que se cuentan el titular del Senado y candidato presidencial por la Democracia Cristiana, Adolfo Zaldívar; el titular de ese partido, Gabriel Valdés, y el senador socialista, Jaime Gazmurri. Junto a ellos estaba el ex titular de Carabineros, Fernando Cordero Rusque, senador designado por el Consejo de Seguridad Nacional (organismo que nuclea a los jefes de las cuatro fuerzas armadas chilenas). Los legisladores acordaron el cronograma que deberá cumplir el tratado para conseguir la aprobación de ambos Parlamentos. La idea original de que ambos Ejecutivos retiren la poligonal e ingresen el mismo día en los Congresos el proyecto del tratado no podrá cumplirse debido a que por cuestiones burocráticas el Parlamento chileno recién podrá tratarlo en enero durante sus sesiones extraordinarias. En diálogo con Página/12, el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, Fernando Maurette, dijo que el Congreso argentino podría tratarlo en una sesión especial que podría realizarse el 22 o el 29 de diciembre. En la Argentina el proyecto ingresará por Diputados, mientras que en Chile lo hará por el Senado, que es la Cámara iniciadora. Acompañado por el canciller José Miguel Insulza, el mandatario chileno participó de la ceremonia de egreso conjunto de una nueva promoción de subtenientes, guardiamarinas y alféreces que se realizó en el Colegio Militar. Menem aprovechó la presencia de su colega para apuntalar la estrategia de su gobierno de apoyar el reclamo de respeto a la territorialidad de la Justicia en el caso de la extradición de Pinochet a España, autorizada por el gobierno británico. El jefe de Estado destacó que hoy el deber de proveer a la defensa común adquiere un nuevo significado, transformándose en una tarea a ser compartida por países amigos. Frei utilizó una comparación entre los oficiales egresados y los granaderos del General José de San Martín y los soldados del libertador chileno Bernardo OHiggins para apuntar a las convulsionadas fuerzas armadas de su país. El oficial, cualquiera sea su grado, se erige en ejemplo para el conjunto de la institución y en vitrina a través de la cual la institución se muestra a la sociedad.
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