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 Luego de
festejar el subcampeonato, de recibir la última camiseta que utilizó como profesional
Alberto Márcico y de que la hinchada de Gimnasia coreara su nombre para que se quede,
Carlos Griguol ya cerró el círculo perfecto para tomarse sus vacaciones con
tranquilidad. Timoteo arregló ayer su continuidad al frente de Gimnasia por 18 meses,
luego de la reunión que mantuvo en el predio de Estancia Chica con el presidente del
club, Héctor Domínguez, y el resto de los directivos del departamento de fútbol de la
institución. El contrato será firmado el 3 de enero cuando el entrenador regrese de su
descanso, ya que ayer por la noche partió hacia Miami.“Llegamos a un acuerdo con Carlos por 18 meses y sólo resta arreglar los contratos de sus colaboradores que ahora serán particulares. El monto será el mismo de su último convenio (1.100.000 dólares), además de un premio especial de acuerdo a los objetivos que logre el equipo”, le comentó Domínguez a Página/12. El nuevo vínculo incluye una reformulación de las funciones del cuerpo técnico, la promesa por parte de los dirigentes de no vender a ninguno de los integrantes del plantel en los próximos seis meses sin el consentimiento de Timoteo –la única posibilidad es que Griguol considere que tiene un reemplazante adecuado entre sus jugadores– y un premio de productividad de acuerdo a la posición que ocupe el equipo en los próximos tres torneos y a la supuesta clasificación para la Copa Libertadores o la Conmebol. Entre las modificaciones que se implementarán, Griguol supervisará todas las divisiones del fútbol amateur de Gimnasia y su primo Mario se ocupará del rastrillaje de nuevos talentos en el interior, además de la tarea que desarrolla como ayudante. Griguol llegó a Gimnasia a mediados de 1994 cuando el equipo tenía serios inconvenientes para mantener la categoría por su bajo promedio y en cuatro años consiguió tres subcampeonatos y un tercer lugar.
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