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Por Raúl Kollmann  El taxi boy
brasileño Wilson Dos Santos también negó todo. Ante el juez Juan José Galeano sostuvo
que en realidad él nunca avisó que se iba a producir un atentado contra la AMIA y que
todo lo que dijo y contó fue un invento para conseguir dinero. “Fui a los consulados
en Milán a relatar una historia porque yo pensaba escribir un libro”, explicó. Con
el pelo cortito y muy bien vestido, Dos Santos dio toda la impresión de ser un informante
de algún servicio de inteligencia brasileño y es posible que en 1994 se haya enterado de
que se estaba preparando un atentado contra un edificio en Buenos Aires. Por eso, en aquel
entonces, dio la voz de alerta. De todas maneras, ayer Dos Santos se la pasó
contradiciéndose y además no supo explicar de qué vive. Sobre la detenida Nasrim
Mohtari tampoco aportó gran cosa: sólo sostuvo que era una prostituta con la que tenía
alguna relación y viajó con ella unos 40 días por Europa. Según parece, los
interrogatorios a Dos Santos y Mohtari no echarán luz sobre los atentados ocurridos en
Buenos Aires.En el juzgado federal de Brasilia, Dos Santos respondió a las preguntas preparadas previamente por Galeano y formuladas ayer por la jueza brasileña María Fátima De Paula Pessoa. La magistrada, posteriormente elogiada por los argentinos, perdió rápidamente la paciencia ya que se dio cuenta de que el taxi boy mentía en casi todas las respuestas. La síntesis de lo dicho por Dos Santos es la siguiente:  Que no tuvo
ninguna relación con grupos terroristas y que no conoce prácticamente a ningún iraní.
Negó lo dicho por Mohtari en Buenos Aires, es decir que Dos Santos estuvo en Irán y que
le faltan los dedos de la mano porque se los cortaron en Teherán por ladrón. Que inventó
toda una historia respecto del atentado a la Embajada de Israel porque quería ganar
dinero con un libro. Que en los
consulados de Argentina, Brasil e Israel de Milán no advirtió sobre ningún atentado.
Sólo contó la historia que inventó para ganar plata. Aquí se contradijo con lo
sostenido por la cónsul argentina Norma Fassano quien declaró judicialmente que Wilson
mencionó que iban a atentar en Buenos Aires contra un blanco judío que estaba en
refacciones. Que
efectivamente conoció a Mohtari en Buenos Aires, pero que se hablaban poco y sólo
salían muy de vez en cuanto. No pudo explicar cómo es que igualmente viajaron por
Europa. Que en realidad
no sabía que Mohtari era iraní, algo que se contradice con una de sus declaraciones
anteriores. Tampoco
vinculó a Mohtari con un grupo terrorista. “La metí en la historia sólo porque era
iraní”, admitió.En suma, en su primera declaración, el brasileño dejó una impresión unánime entre quienes lo escucharon: “Es un mentiroso”, coincidieron los funcionarios judiciales y policiales, el defensor oficial y los abogados querellantes. A partir de hoy vendrán las repreguntas. El gran interrogante es por qué miente Dos Santos. La impresión más firme es porque no quiere reconocer que vive de la prostitución, tanto por ser taxi boy como por explotar algunas mujeres, que es informante de un servicio de inteligencia o de la policía brasileña y no quiere revelar cómo se enteró –seguramente a través de alguna filtración de otro informante– de que se preparaba el atentado contra la AMIA.
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