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El temporal que se desató la noche del martes y se extendió casi toda la madrugada de ayer dejó a su paso ocho muertos, cuatro en Córdoba y cuatro en Santa Fe, voladuras de techos, caídas de árboles, cortes de energía eléctrica, y cuantiosas pérdidas en la ciudad correntina de Esquina. Los porteños lo sufrieron con el alivio de las consecuencias menores: un auto aplastado por un andamio, tres choques espectaculares sin heridos, algunos semáforos desconectados y el corte de la Autopista 25 de Mayo y de algunas calles fueron los hechos más destacados. Ya vacunado en cuestión de pluviómetros y teniendo en cuenta una anunciada sudestada, el gobierno porteño aconsejó no tocar cables mojados, no caminar por zonas inundadas, no salir de las casas en caso de alerta, y sacar las bolsitas de basura como corresponde. La tormenta desató toda su fuerza en el Litoral y centro del país. En Santa Fe, alcanzó su máxima intensidad a las 23.15 del martes, con vientos de 120 kilómetros por hora. En la capital santafesina, Federico Gotlieb, de 21 años, y su novia Ana Mesa, de 23, murieron electrocutados al cortarse un cable de alta tensión. Sus cuerpos fueron hallados por una cuadrilla de operarios que reparaba el cableado. En la localidad de San Jorge, Gladys Berdie, de 56 años, murió al pisar un cable mojado al entrar en su casa. Su marido, Livio Isaías, de 52, intentó ayudarla y también falleció por el golpe eléctrico. Según la Empresa Provincial de Electricidad, se registraron 200 llamados por cables cortados por el viento. En Rosario, según informó Defensa Civil, hubo 110 llamados de emergencia por árboles caídos o techos volados. En algunos sectores fue como si la ciudad hubiera sido bombardeada, graficó el director de la entidad, comodoro retirado Francisco Mensi. Las otras cuatro muertes ocurrieron en la provincia de Córdoba. El cuerpo de Juan Torres, de 27 años, fue hallado a las 2 de la madrugada enredado en un cable de alta tensión en el barrio Las Violetas de la capital cordobesa. También en la ciudad de Córdoba, Abdón Molina, de 60, murió al recibir una descarga eléctrica que lo arrojó de espaldas golpeándose en la nuca. En el paraje El Poncho, Héctor Monguillot, de 42, murió aplastado por una pared de su casa que se vino abajo por el viento, y en la localidad de Corralitos, María Grimaldi, de 23, murió electrocutada en la entrada de su vivienda al pisar un cable cortado. En la localidad correntina de Esquina se desató un tornado de viento y granizo que destruyó al menos veinte casas, dos avionetas y dos antenas emisoras de FM. El Banco de Corrientes se quedó sin techo y numerosos árboles fueron arrancados de cuajo. Las autoridades no precisaron las pérdidas aunque las consideraron cuantiosas. Con mucho menos, apenas 25,3 milímetros caídos hasta el mediodía, la ciudad de Buenos Aires, los porteños y el Gobierno soportaron airosos el temporal. Sólo se registró el corte de la Autopista 25 de Mayo hasta las 11 de la mañana por orden del Comando Radioeléctrico en el tramo que conduce hacia el centro porque las subidas se encontraban imposibles de transitar, y algunos trastornos en zonas habituales: en La Boca, Belgrano y Palermo. También ocurrieron tres choques espectaculares, sin víctimas: en Santa Fe y Pueyrredón, el Honda de un remisero patinó y se incrustó debajo de un camión de gaseosas. Conductor y pasajero salieron ilesos. Un BMW terminó contra un árbol en Libertador frente al Jardín Zoológico, y un camión de auxilio chocó contra un farol de alumbrado en Entre Ríos al 500. Otro auto, un Renault 12, sin moverse, sufrió el impacto de un andamio que cayó sobre él, en Gorriti al 5600. Previendo peores contingencias y teniendo en cuenta los anuncios de sudestada, el Gobierno porteño esta vez se ocupó de vacunar a la población con alertas y consejos, y enfiló para el lado de las bolsitas de basura: unos 14 camiones de la Guardia de Auxilio salieron a limpiar sumideros.
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