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EN PLENA OFENSIVA CONTRA IRAK, EL CONGRESO SE REUNE PARA VOTAR LA DESTITUCION DE CLINTON
El Día del Juicio para Billy The Kid

Si Clinton pensó en usar a Irak para que se olvide el Sexgate, le salió mal: hoy el Congreso vota sobre su destitución. Ayer se produjo la segunda andanada, con 300 misiles, sobre Irak. La guerra terminaría este fin de semana, antes del Ramadán árabe. Hay 25 muertos, y tensión entre EE.UU. y Rusia.

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Un iraquí contempla los daños a su barrio de Bagdad después de la primera noche de bombardeos continuados contra Irak.


Por Mónica Flores Correa desde Nueva York

t.gif (67 bytes) Estados Unidos lanzó ayer una segunda lluvia de misiles sobre Irak, estimada por fuentes del Pentágono en más de 300 Tomahawks, continuando así el ataque sostenido que, según opinan algunos observadores, podría tener como objetivo final el derrocamiento de Saddam Hussein. En un día signado por la agitación y el clima de extraordinaria crisis, interna y externa, Bill Clinton salió al cruce de las severas críticas recibidas por el momento elegido para el operativo, previo a la votación del “impeachment” –que ahora será hoy–, sosteniendo que “hubiese sido un desastre” si la superpotencia no hubiese actuado militarmente, permitiendo que el dictador de Irak rearmase su arsenal de destrucción masiva. Dijo también que la acción bélica no se verá afectada por el drama político que tiene lugar en el Congreso, donde los republicanos quieren votar la iniciación de su juicio de destitución. “Vamos a cumplir con esta misión”, enfatizó, mientras los B-52 norteamericanos y los Tornado británicos desataban una nueva tempestad de fuego sobre Irak, que derivó en 5 muertos anteayer y 25 ayer.
En el Capitolio, los líderes republicanos decidieron no seguir con las dilaciones y comenzar hoy el debate en la Cámara de Representantes para acusar formalmente a Clinton de haber cometido “crímenes graves y ofensas”, según reza la figura constitucional del “impeachment”. Una encuesta de la cadena CBS reveló que el 80 por ciento de los norteamericanos consultados estaba de acuerdo con el Operativo Zorro del Desierto, como se ha denominado la acción contra Irak. Otra encuesta, realizada por la cadena ABC, indicó que sólo un 30 por ciento consideraba que el ataque era un intento de posponer la votación en la Cámara.
En una conferencia de prensa, el secretario de Defensa William Cohen explicó que el objetivo de las acciones aéreas es disminuir el poderío militar iraquí en armas químicas y biológicas, que amenaza a los países vecinos. Indicó también que se llevaran a cabo otros ataques antes de que esta campaña concluya, “posiblemente –dijo– este fin de semana”. Cohen describió los informes acerca del bombardeo inicial, llevado a cabo el miércoles, como alentadores. Y rechazó las especulaciones de que EE.UU. y Gran Bretaña tendrían como blanco específico a Saddam y a su familia. “Nuestros blancos son militares o relacionados con lo militar; punto y aparte”, remarcó. Según información proveniente de Bagdad, la casa de una hija de Saddam había sido bombardeada.
Previamente, Cohen había alertado acerca de la posibilidad de ataques terroristas en represalia, que podrían ocurrir ya sea en territorio norteamericano o en dependencias estadounidenses en el extranjero.
Desplegando una serie de fotografías donde se apreciaba el “antes” y el “después” de los objetivos bombardeados, en cuyo “después” “no quedan más que escombros”, el general Henry Shelton, jefe del Estado Mayor Conjunto dijo en la misma reunión de prensa que en el primer raid, más de 200 misiles cruceros habían hecho impacto sobre 50 blancos. Entre estos objetivos figuraron locales de almacenamiento y fábricas de armamentos, cuarteles de las fuerzas de seguridad iraquí e infraestructura de defensa. Según el general, todavía estaba llegando información acerca de los resultados del primer bombardeo que mostraba que muchos de los ataques habían sido exitosos o más exitosos de lo que se esperaba. “Otros no lo fueron tanto”, dijo sin dar otros detalles.
En el Congreso, la Cámara de Representantes aprobó una resolución de apoyo a las tropas que participan en el Operativo Zorro del Desierto.Continuaron las críticas contra el momento elegido por Clinton para castigar a Saddam por no someterse a las inspecciones de las Naciones Unidas. Pero el tono de los desacuerdos fue bastante más moderado que el que se había oído el miércoles. Pero si bien el clima de suspicacia no se modificó, prevaleció cierta contención en los comentarios negativos. En una entrevista radial, por ejemplo, un legislador de Long Island que dijo que iba a votar en favor del “impeachment”, puntualizó que prefería abstenerse de dar su opinión sobre la fecha elegida para el ataque. “Lo único que quiero expresar es mi apoyo por los hombres y mujeres de nuestras tropas que están en el Golfo”, dijo.
Newt Gingrich, el presidente saliente de la Cámara de Representantes, también destacó ante los legisladores la necesidad de presentar un frente nacional unido, enfatizando que “más allá de los debates internos que tengamos, nosotros somos una nación preparada para liderar al mundo”.
Reflexionando acerca de la absoluta falta de credibilidad que se ha ganado Clinton y que tiñe cualquiera de sus emprendimientos, el New York Times, sin embargo, también dio el apoyo al ataque en un editorial. “Vista fuera del prisma del “impeachment”, la decisión de lanzar los misiles de crucero contra Irak estuvo plenamente justificada”, comentó el matutino más influyente del mundo occidental. Y agregó: “Ante la perspectiva de que Bagdad reconstruyese su arsenal de armas tóxicas mientras los inspectores de Naciones Unidas estaban atados de manos, Clinton y el primer ministro Tony Blair de Gran Bretaña no tuvieron otra opción que recurrir a la fuerza militar para destruir parte de la industria armamentística iraquí”.
No obstante, la credibilidad en harapos de Bill Clinton ha condenado este ataque a la sospecha. De poco han servido sus protestas al señalar: “No creo que ninguna persona seria crea que un presidente puede hacer algo así”. La duda de que Clinton atacó a Irak en un intento de detener lo que el propio New York Times definió en un editorial como “un golpe de estado constitucional” contra él, y que para ello recurrió a la perversa, pesadillesca ecuación “guerra versus golpe de estado”, aparecerá siempre, inexorablemente, en toda descripción que en el futuro se haga de su presidencia.

 

OPINION
Un lugar común
Por Alberto Ferrari

Cualquier parecido con la realidad es simplemente inevitable.” Agudo final, recuerdo, de una película que mostraba los métodos policiales y periodísticos alemanes. Debió incluirse en Wag the dog, como lo confirma esta tercera reedición de sexoguerra. Por eso ayer no quise comentar el repetido y aburrido programa de CNN en vivo y en directo. “¿Qué decir, que París se parece a Buenos Aires?”, justificaba una muy vivida dama inglesa su negativa a escribir memorias: lo único peor que el lugar común es el lugar común solemne.
Y el lugar común se derramó en Washington y en el mundo, en sus dos versiones. La sencilla dice que se ordena un bombardeo para frenar la destitución. La elaborada habla del dilema de Clinton: “Si actúo, me acusan de reeditar el film; si no actúo, me imputan que Saddam me tiene agarrado de las lewinskis porque trato de soslayar el film”. ¿Es así la realidad? Depende. ¿Qué realidad? ¿La evidente, la Tierra no se mueve? ¿O la de Galileo?
En defensa de sus lewinskis Clinton desafió con el electorado y ganó. Los expertos explicaron que desde Roosevelt el partido gobernante no gana estas elecciones parlamentarias. Aumentaron los votantes, se confirmaron las encuestas, el país está con Clinton y se acabó la destitución, sentenciaron.
Ante la derrota republicana, la reacción fue la normal en una democracia electoral y la expresó el fundamentalista jefe republicano Newt Gingrich: vox populi y yo me voy. Hablaron los expertos: Clinton confirmado, los republicanos dedicados a reconciliarse con el electorado, vía libre a Gore para la Casa Blanca y para Bush hijo, con su pasado tenebroso, como nuevo líder de un Partido Republicano sin ayatolas. Todo confirmado por la elección de un liderazgo opositor “moderado”.
Sin embargo, ante la sorpresa general la destitución avanza. ¿Falló la realidad?
En las últimas elecciones votó el 37 por ciento. ¿De qué? De un padrón electoral de inscripción voluntaria, muy reducido con relación al nuestro, por lo que no parece exagerado rebajar la asistencia a menos del 25 por ciento. Entonces, la poderosa derecha que jaquea a todos –incluyo al mundo– no pasa del 10 por ciento de los norteamericanos mayores de 18 años.
Primera observación. Paradójico: el éxito de esa derecha en destruir la vida cívica ha sido tan grande, que cuando un pequeño número de afroamericanos, hispanoamericanos, o progreamericanos despierta del sopor con algún escándalo, como ocurrió con el de las lewinski de Clinton, ese desbalance basta para que la derecha pierda y se altere la realidad electoral.
Segunda. ¿Qué realidad electoral? La de, a lo sumo, uno en cuatro, o sea un apoyo a Clinton de no más de uno en ocho. Ante esa realidad electoral, ¿qué sentido tiene someterse a la vox populi? ¿Qué populi? ¿Cuatro o cinco marginales más? Esto deben de haber pensado los “moderados” republicanos cuyo objetivo no es diferente al de los ayatolas: volver a la Casa Blanca, fuente de la miel. La diferencia con Clinton es de 180 grados: Clinton quiere quedarse. Y, además, no quiere que sean sus amigos quienes le corten las lewinskis si moderados o ayatolas logran frenar a Gore, que es en definitiva el objetivo republicano.
¿Y las encuestas? Las encuestas son primas hermanas de la publicidad y de los efectos especiales y los tres el instrumento de despolitización. ¿Cómo, entonces, arrodillarse ante las encuestas? La repetición y el tiempo todo lo pueden, como enseñaba Eduardo Wilde en una página que se hizo polémica más de medio siglo después de escrita: “El chocolate Perón es el mejor chocolate”.
¿Qué muestra la nueva edición de la sexoguerra? Que en la contradicción en los términos que es una representación sin representados todo es posible: sexoguerra o destitución o Reagan o presidente con Alzheimer o invasión a Panamá o Irangate. En otras palabras, muestra el resultado de la desaparición de la política, que ha hecho del pueblo norteamericano la informe y descerebrada masa actual: no es mi opinión, sino la de Wag the dog. Un lugar común.

 


 

Rusia en alerta roja llamó a su embajador

Controlan el tránsito hacia y desde Irak a bordo del portaaviones norteamericano “Enterprise”. t.gif (862 bytes) Con una retórica y un impulso que intentan resucitar los años de la Guerra Fría, el gobierno de Rusia movilizó unidades de su marina y su aviación en condena al ataque anglonorteamericano contra el régimen de Saddam Hussein y llamó a su embajador en Estados Unidos, Yuri Vorontsov, “para consultas”. El presidente Boris Yeltsin acusó a Washington y a Londres de “violar groseramente” los estatutos de la ONU con el ataque, que “socava la seguridad internacional”. La Duma (Cámara baja del Parlamento ruso), dominada por los comunistas, aprobó una resolución por la que calificó a los ataques de “terrorismo internacional”.
Términos como “confrontación total”, “agresión” y “revisión de relaciones” volvieron a oírse de boca de funcionarios rusos que antes fueron funcionarios soviéticos. El primer ministro ruso Yevgueni Primakov, ex jefe del KGB, sostuvo que “la nueva crisis ha confirmado con toda claridad que Rusia es el líder de las fuerzas sanas del mundo que defienden la supremacía del Derecho”. Yeltsin, quien según el Kremlin “no durmió en toda la noche”, conversó por teléfono con varios líderes europeos, aunque es significativo que consideró “innecesario” comunicarse con el presidente norteamericano Bill Clinton. Sin embargo, Primakov le habría comunicado por teléfono al vicepresidente norteamericano Al Gore el llamado para consultas de su embajador. Fuentes oficiales informaron que en el Kremlin se plantea un viaje de Ivanov a Bagdad para convencer a Saddam de que reanude sin restricciones su colaboración con la misión de desarme de la ONU.
El pedido más severo fue el del líder ultranacionalista ruso Vladimir Zhirinovski, quien exigió un ataque nuclear “preventivo” contra Estados Unidos. Lo más lejos que se llegó en escuchar las demandas de Zhirinovski fue que unidades de la aviación y de la marina rusas recibieron la orden “de mantenerse preparadas a cumplir en el más breve plazo las misiones que podría encomendarles” el jefe de Estado. La noticia fue dada por la agencia Interfax, que citaba fuentes del Ministerio de Defensa, pero fue incapaz de precisar la cantidad de unidades o dónde están ubicadas.
La Duma solicitó el levantamiento unilateral del régimen de las sanciones contra Irak –lo que permitiría a la alicaída economía rusa comerciar con el régimen de Bagdad, que le debe 7000 millones de dólares a Moscú–. Por su parte, el líder del Partido Comunista Guennadi Ziuganov afirmó que la responsabilidad final de los ataques contra Irak es de Boris Yeltsin, según él culpable de haber provocado el hundimiento de la URSS, que era la única potencia capaz de hacer frente a Estados Unidos.
El canciller Ivanov logró evitar que la Duma votara una negativa explícita a ratificar el tratado de desarme nuclear Start II, principal asignatura pendiente entre Washington y Moscú. “No soy un idiota como para defender la ratificación del tratado cuando hay bombardeos”, dijo el número dos del gobierno, Igor Masliukov, pero coincidió con Ivanov en que Rusia, con sus arsenales obsoletos, necesita “más que nadie” la aprobación del acuerdo. La ratificación del Start II por el Kremlin es la condición clave de Washington para apoyar las peticiones de Rusia de recuperar importantes créditos, suspendidos por organismos financieros internacionales tras el “crack” ruso del pasado mes de agosto.

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