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Con el impacto de los disparos provenientes del Congreso norteamericano, Bill Clinton anunció ayer por la noche el fin de los disparos no metafóricos de la operación "Zorro del Desierto", iniciada contra Irak el miércoles pasado. El presidente estadounidense dijo que se ha "cumplido nuestra misión", reiteró el deseo de que el líder iraquí Saddam Hussein fuera derrocado y agregó en ese sentido que se "intensificarán los compromisos" con los grupos de oposición iraquíes. Según fuentes del Pentágono, la evaluación final del ataque de las fuerzas anglonorteamericanas recién se conocerá en unos días, pero el secretario de Defensa, William Cohen, adelantó que el programa iraquí de armas de destrucción masiva, supuesto objetivo de la operación, "retrocedió al menos un año". A un día de comenzado el mes sagrado musulmán de Ramadán, el balance oficial iraquí indica que hasta los ataques de anteayer hubo 73 muertos y 75 heridos y que los blancos fueron tanto militares como civiles, especialmente durante los ataques registrados ayer. Poco antes del anuncio formulado por Clinton, el jefe del Estado Mayor norteamericano, Henry Shelton, había dicho que la operación ha demostrado "precisión y éxito", pero también había reconocido que "no todo ha salido dentro de lo previsto". Según Cohen, los blancos fueron siete: los sistemas de defensa antiaérea, los sistemas de mandos y control del Ejército iraquí, las fuerzas de seguridad restantes, las instalaciones de protección y desarrollo de los programas de armamentos de destrucción masiva, las "fuerzas de elite" de la Guardia Republicana, las refinerías de petróleo y los aeropuertos. "Nos habíamos fijado por objetivo debilitar la potencia militar de Saddam y lo hemos hecho. Esta noche, vastos componentes de sus infraestructuras militares se encuentran en ruinas", dijo el premier británico Tony Blair tras anunciar el fin del ataque. Según las autoridades iraquíes, los bombardeos lanzados entre la noche del viernes y la mañana del sábado fueron los que más se extendieron en su territorio: además de Bagdad y de Basora, la segunda ciudad de Irak, se registraron ataques en la ciudad norteña de Kirkuk, el principal nudo de distribución de los oleoductos del país, en Tikrit, la ciudad natal de Saddam Hussein, en Qurna, en el sur, y en distintas bases ubicadas cerca de otras ciudades. El ministro de Asuntos Religiosos, Abdul Munim Ahmed Saleh, dijo que varias mezquitas fueron bombardeadas y el ministro de Educación, Fahad Al Sabagra, informó que fue atacado el Palacio de los Abásidas, uno de los principales lugares arqueológicos del país. "La cantidad de mártires entre los civiles es decenas de veces mayor que entre los militares y lo mismo sucede con los heridos", declaró el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadán, luego de anunciar que uno de los lugares atacados en Bagdad fue un dormitorio universitario, donde murieron 12 estudiantes. Fuentes militares norteamericanas y británicas admitieron que hubo varios objetivos civiles, como varios hospitales en Bagdad, que podrían haber sido atacados en función de informes según los cuales allí se escondían armas de destrucción masiva. Estos funcionarios respondieron puntualmente a la denuncia hecha anteayer --y ampliada ayer-- por la organización humanitaria Caritas sobre el hecho de que en la capital iraquí sólo dos hospitales quedaron habilitados para recibir heridos. Horas antes del anuncio de Clinton, el ministro de Defensa británico, George Robertson, reconoció que uno de las metas principales de la operación militar fue la de generar las condiciones para que se produzca una rebelión contra Saddam Hussein. De hecho, fueron arrojados desde el aire panfletos llamando a los iraquíes a encabezar una oposición al régimen. El ataque a ciertos puntos, como sedes de la Guardia Republicana (tropa de elite de Saddam), transmisoras de radio y televisión y bases de helicópteros en el norte y el sur del territorio iraquí, obedecían a la necesidad de debilitar la represión interna del régimen iraquí. Antes de la declaración de Robertson, el canciller británico Robin Cook había distribuido a la prensa una lista de los delitos cometidos por el régimen iraquí, entre los que figuran los 568 presos ejecutados en el último año y el asesinato sistemático de los opositores. Más allá de estos puntos y del balance final de la operación "Zorro del Desierto", tanto del lado anglonorteamericano como el lado iraquí, una de las grandes preguntas es qué sucederá con las inspecciones de armas de la Comisión Especial de Desarme de la ONU (Unscom). Tanto Clinton como Blair aclararon que en caso de que Saddam vuelva a interrumpir su cooperación con el organismo, Irak será atacado nuevamente. El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá mañana para analizar el futuro de la Unscom pero Francia y Rusia, tradicionales aliados de Irak, ya manifestaron que iban a proponer un nuevo programa de inspecciones. Para el gobierno iraquí, "la comisión de espías quedó atrás", según dijo ayer Ramadán cuando aún no habían cesado los bombardeos. "Cualquier cosa relacionada con inspecciones, supervisiones y armas de exterminio masivo quedó atrás. Si creen que estas armas están allí, ya las destruyeron todas". El vicepresidente iraquí agregó que varios de los ataques se dirigieron contra sitios que ya habían sido inspeccionados en repetidas ocasiones por la Unscom. A partir de este momento, según Ramadán, "el tiempo de la diplomacia pasó. No aceptaremos condiciones. Todo lo pasado quedó ahora tras nosotros".
AL MENOS 100 HERIDOS EN CISJORDANIA Palestinos con Saddam
Por lo menos 100 manifestantes palestinos fueron heridos ayer por soldados israelíes, cuando miles se lanzaron a las calles para exigir el cese de los bombardeos contra Irak. Fuentes de hospitales cercanos al lugar de los enfrentamientos, en Hebrón, indicaron que habían atendido a por lo menos 100 heridos, entre ellos 15 de gravedad. Aproximadamente 2000 manifestantes convergieron a un asentamiento judío ubicado en Hebrón, donde agitaron banderas iraquíes y lanzaron piedras, botellas y cócteles de molotov contra soldados israelíes, indicaron los testigos. Los soldados respondieron con balas cubiertas de goma y con gases lacrimógenos. "Llovían piedras del cielo", dijo un testigo, quien describió la escena de los enfrentamientos. El hombre dijo que algunos manifestantes llevaban cajas con piedras para emplearlas como municiones contra los soldados israelíes. Las calles quedaron cubiertas de piedras y de botellas arrojadas por los manifestantes. El viernes, la Autoridad Palestina impuso medidas contra los
periodistas palestinos, encaminadas a impedirles que cubran las marchas en favor de Irak,
en las que se gritan consignas antiestadounidenses y se queman banderas norteamericanas.
La Autoridad Palestina fortaleció sus relaciones con Estados Unidos durante la histórica
visita del presidente Bill Clinton a las zonas autónomas palestinas la semana pasada,
cuando fue recibido por grandes multitudes en calles engalanadas con banderas
estadounidenses. |