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¿A que no saben cómo se dice re-re en cordobés?

El Gobierno ya empezó a mencionar a José Manuel de la Sota como flamante precandidato presidencial. Buscan diluir las  chances de Duhalde y generar clima para una nueva reelección.

Los menemistas Alberto Kohan, Eduardo Bauzá y Carlos Corach.
Siempre pensando alternativas para habilitar la re-reelección.

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Por Diego Schurman

t.gif (67 bytes) "Si gana lo lanzamos." Hace exactamente una semana, en un almuerzo informal con periodistas, uno de los funcionarios del Gobierno que comparte casi todo con Carlos Menem no dejó lugar a segundas interpretaciones. José Manuel De la Sota finalmente ganó, y en la reunión que el Presidente mantuvo ayer con sus ministros en Olivos comenzaron a presentar al gobernador electo de Córdoba como flamante precandidato presidencial por el justicialismo. La idea nació del menemismo más rancio con un doble objetivo: obstaculizar la carrera de Eduardo Duhalde y reflotar así la posibilidad de una nueva re-reelección.

De la Sota sería un nuevo dolor de cabeza para el gobernador bonaerense.

Con la misma finalidad, en el despacho de Eduardo Bauzá se fogoneó meses atrás el lanzamiento de las candidaturas de Eduardo Menem, Antonio Cafiero y Carlos Reutemann. Sólo el ex gobernador de Santa Fe aparece hoy con alguna posibilidad cierta de competir con chances.

En Olivos sumaron ahora a De la Sota con argumentos previsibles: ganó

en una provincia dominada desde hace quince años por el radicalismo y, luego de meses de sostener la campaña del bonaerense, predica la fe menemista. A nadie le sorprendió que eche a rodar a un "ganador" del PJ como contendiente interno de Duhalde, el "padre de la derrota" de las elecciones del 26 de octubre del '97.

Ninguno de los ministros reunidos ayer con el Presidente presentó alguna objeción. Es más, muchos de ellos se regodearon al mencionar al gobernador bonaerense como "hombre muerto", en alusión a sus desgastadas chances electorales. Ni siquiera se inmutó Alberto Pierri, a quien se lo vio conversando animadamente con Menem poco antes de partir juntos hacia Córdoba.

Después del acto que ambos compartieron el sábado en La Matanza, se vislumbra un futuro complicado para el precandidato a presidente del PJ. Las posibilidades de que el diputado vuelva al redil duhaldista se hacen cada vez más difíciles. Menem lo incorporó como un triunfo en su estrategia de desgaje de la naranja duhaldista.

El triunfo de De la Sota más que un punto de inflexión es interpretado en la Casa Rosada como un empujón más para las pretensiones re-reeleccionistas de Menem. El hiperoficialista Antonio Cassia lo blanqueó ayer el pedir abiertamente por un tercer mandato presidencial.

Después de la feroz interna bonaerense, la victoria del PJ en la Pampa (habilitando al gobernador Rubén Marín a una nueva reelección) y en Córdoba, Menem ahora intentará redondear un mes de éxitos personales en lo que queda de diciembre.

Antes de las fiestas habrá una reunión para ultimar detalles del acto donde el jefe de Estado asumirá un nuevo mandato como presidente del partido hasta el 2002. Prometen hacerlo a todo trapo y con la presencia de todos los gobernadores, con las previsibles excepciones de Duhalde y el santacruceño Néstor Kirchner.

Pero para principios del '99 el ultramenemismo espera la cereza sobre la crema: un fallo judicial de la Corte Suprema a favor de la re-reelección. Menem ya consiguió un dictamen de la jueza federal María Romilda Servini de Cubría que considera legal el controvertido Congreso de Parque Norte, donde una concurrencia adicta se comprometió a buscar todas las alternativas para que sea habilitado a una nueva reelección.

Alberto Kohan y Carlos Corach son la dupla que se está encargando de la nueva avanzada. El secretario general de la Presidencia y el ministro del Interior no dejan de pensar en elementos para pegarle en los talones a Duhalde. Ellos fueron los que, en plena elección interna de la Alianza, sugirieron una nueva reforma de la Constitución, con la excusa inverosímil de debatir la eliminación el voto obligatorio.

Se trata, ni más ni menos, que de los dos ministros a los que Duhalde responsabilizó de pretender su derrota.


Una elección que dejó ganadores y perdedores


Carlos Saúl Menem

El Presidente fue el gran ganador. No sólo por apostar todas sus fichas en José Manuel de la Sota --lo acompañó en su giras por el interior de la provincia, aún cuando los números lo ubicaban debajo de Mestre-- sino porque fue la Alianza la que evaluó que un triunfo del candidato justicialista daría luz verde a nuevas intentonas re-reeleccionistas.

Menem capitalizó el resultado y se presentó en Córdoba con un mensaje explícito de "unidad" y otro tácito que sus voceros le dieron una interpretación previsible, aunque contradictoria con lo que su jefe dijo en público: el menemismo --y no el PJ-- es la única fuerza capaz de derrotar a la oposición, se llame UCR, Frepaso o Alianza.

Para ello, en la Casa Rosada harán que De la Sota suene hoy como un nuevo precandidato a presidente de la Nación por el PJ (ver nota central) y convocarán para los próximos días al acto de asunción de Menem a un nuevo mandato como jefe del PJ, dos obstáculos más para las aspiraciones de Duhalde.

Eduardo Duhalde

Como Menem, Duhalde apareció por Córdoba en un intento de llevar agua para su molino. Pero al gobernador le quedó un extraño sabor a derrota: insultó en todos los idiomas a De la Sota cuando el senador blanqueó este año su desembarco en el menemismo. Y se quedó así sin la posibilidad de ser el beneficiario del primer triunfo del PJ en Córdoba en los últimos 25 años. Como no cree en los mensajes de "unidad" del Presidente, y mucho menos en la renuncia de Menem a un nuevo mandato, se reunirá esta semana con su equipo de campaña para ver la manera de salir del "pozo anímico" al que cayó luego de empiojarse la interna del PJ bonaerense, donde Alberto Pierri, un ex ladero, inició un acercamiento con su archienemigo Menem.


Fernando de la Rúa

Ni la visita de último momento a Córdoba, su provincia de origen, logró modificar la tendencia de los últimos días. Tendrá la posibilidad de esgrimir como atenuante que no se trató de la Alianza, la sigla que lo entronó a la candidatura presidencial, sino de un radicalismo que se negó a formar la coalición. Pero Mestre es radical, la UCR es el partido que hace 15 años gobierna la provincia, y él mismo ganó la interna de la coalición opositora como candidato del radicalismo. Reverdecerán entonces los argumentos oficiales contra la invencibilidad de la Alianza y volverán a contarse las costillas de cuántos mandatarios del PJ y cuántos de la oposición gobiernan las provincias.


Carlos Alvarez

Estuvo ayer en Córdoba, pero no para llorar una derrota sino --así lo aseguró-- en planes de vacaciones junto a su familia. Fue quien nacionalizó la elección y, justamente por eso, quien dio mayores argumentos al ultramenemismo para ilusionarse con otra reelección. Su intento para que el candidato del Frepaso, Humberto Volando, se abstuviera de participar para arrimar mayores votos a Mestre fracasó. A la larga, quizá logre transformar la derrota en triunfo. En el Frepaso siempre consideraron a Mestre como la "pata radical" en el menemismo. Y la derrota le dará mayores argumentos para insistir en que la única forma de vencer al justicialismo es a través de una alianza a lo largo y ancho del país.


Domingo Cavallo

A juzgar por los votos de su candidato, Guillermo Johnson, también fue uno de los grandes derrotados de ayer. Calculaba, en base a sondeos públicos, reunir el 10 por ciento de las adhesiones. Pero no llegaron a ese número. La polarización terminó fagocitándolo, pero sigue esperanzado en ser la tercera fuerza y convertirse en fiel de la balanza en 1999, lo que lo convertiría en una figura cotizada tanto por peronistas y de la Alianza. En la proyección, el mejor escenario para Cavallo sería que el peronismo y la oposición lleguen parejos a los comicios y así Acción por La Repúbica pasaría a ser una suerte de árbitro ante un eventual ballotage.

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