Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA AMENAZARON CON VOLVER A ATACAR A IRAK
Saddam o el Ave Fénix en versión iraquí

Como en la Guerra del Golfo, Saddam Hussein dijo que su pueblo había vencido “a los enemigos de Alá”. Hoy se reúne el Consejo de Seguridad de la ONU para analizar las consecuencias del ataque.

El líder iraquí Saddam Hussein en el discurso del día después.
“Nuestro valor fue reconocido incluso por nuestros enemigos”, dijo.

na17fo01.jpg (11380 bytes)

  t.gif (67 bytes) El día después en Bagdad fue tranquilo y los daños constatados parecían limitados (ver nota aparte), según la prensa extranjera ubicada en la capital iraquí. Mientras Saddam Hussein proclamaba “victoria” y los países árabes multiplicaban su repudio al ataque de Estados Unidos y Gran Bretaña, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, dijo que “nos reservamos el derecho de volver a atacar”, para lo cual las fuerzas desplegadas en el Golfo Pérsico permanecerán en estado de alerta. Hoy se reunirá el Consejo de Seguridad de la ONU para analizar las consecuencias de la operación “Zorro del Desierto”. El presidente ruso Boris Yeltsin calificó los ataques de “ilegales e insensatos”. Francia presentará una propuesta para un nuevo régimen de inspecciones que excluye a la Comisión Especial de Desarme de la ONU (Unscom).
“Ustedes respondieron a las expectativas de los dirigentes y confiamos en que Dios os otorgará la victoria”, declaró Saddam Hussein en su primer discurso a la nación desde que cesaron los ataques aéreos anglonorteamericanos. Vistiendo uniforme militar, el presidente iraquí también rindió homenaje a las fuerzas armadas por “su coraje frente a los enemigos de Dios y de la Humanidad”, y destacó que el valor de los iraquíes “despertó a quienes dormían, a los débiles, que son numerosos en el mundo árabe, y ha sido reconocido incluso por vuestros enemigos”.
Desde el inicio de los bombardeos, se realizaron en las ciudades árabes varias manifestaciones antinorteamericanas (ver nota aparte), al principio limitadas a Damasco, donde la embajada de Estados Unidos y la residencia de su embajador fueron dañadas, y a varias ciudades de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). “La reacción de los países árabes fue contenida al comienzo de la operación, pero la exasperación creciente de la población condujo a los gobiernos a expresar más abiertamente su oposición a los ataques”, dijo ayer un responsable de la Liga Arabe que pidió el anonimato. El presidente egipcio Hosni Mubarak había exigido el sábado “el cese inmediato” de los bombardeos y Yemen solicitó ayer que se convoque una cumbre árabe extraordinaria para condenar “la agresión estadounidense” contra Irak.
“Saddam Hussein es más débil porque todos los blancos y las cosas que más le importan han sido destruidas”, dijo Albright, y recalcó que el aislamiento internacional de Irak “es más fuerte por la credibilidad en nuestro uso de la fuerza, y hemos hecho todo esto con un mínimo de crítica de la comunidad internacional”. Sin embargo, para Yeltsin se trató de “una acción militar ilegal e insensata” y el premier ruso, Yevgueni Primakov, dijo que “estamos trastornados con la idea de que los ataques puedan comenzar nuevamente”. El canciller ruso, Igor Ivanov, instó ayer a la comunidad internacional a condenar los bombardeos. Rusia ya ha llamado a consultas a su embajador en Londres y en Washington en señal de protesta.
Los otros apoyos de Irak dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, Francia y China, pretenden una solución negociada al conflicto. Aunque Yeltsin dijo que “el uso de la fuerza complica todavía más la solución del problema iraquí”, el vocero de la cancillería china, Zhu Bangzao, declaró que su país “espera que se reanuden rápidamente los esfuerzos diplomáticos para resolver por medios políticos el problema del desarme de Irak”.
La postura de Francia es menos declarativa. Si bien condenó los ataques, el presidente francés Jacques Chirac admitió que la postura del régimen iraquí condujo a la situación actual y declaró que su país realizará una propuesta dividida en dos partes: por un lado, crear “una nueva organización y un nuevo método” de control del armamento iraquí, y por el otro ir hacia un levantamiento del embargo petrolero, pero acompañado de un control financiero “muy estricto” de la utilización por parte de Bagdad de los ingresos por sus ventas de crudo.
A esta propuesta el premier británico Tony Blair respondió con otra idea doble: mantener la amenaza del uso de la fuerza y realizar un mejor control de la aplicación de las sanciones impuestas a Irak luego de laGuerra del Golfo. Por lo pronto, las autoridades iraquíes ya expresaron su rechazo a que la Unscom vuelva al país.


 

CLINTON BUSCA UNA TERCERA VIA Y ZAFAR DEL JUICIO
El sexshow de Monica es ley


Por Martin Kettle desde Washington

t.gif (862 bytes) Tal como los legisladores lo votaron el sábado, el 6 de enero, 100 senadores –la mayoría de los cuales son enemigos políticos de Clinton– van a sentarse en la cámara de paneles de madera en la colina del Capitolio, inaugurar el primer juicio político en este siglo de un presidente norteamericano y esperar la presencia estrella de Monica Lewinsky, que deberá responder preguntas sobre sus encuentros sexuales con el presidente norteamericano. El hecho de que se espera que el proceso dure entre tres y seis meses está fijo en la mente de los senadores, que tendrán que sentarse en sus bancas diariamente para presenciar todas y cada una de las audiencias. Clinton aumentó su popularidad en los sondeos.
Pero no es sólo la perspectiva de que las bancas van a entumecer los traseros lo que inquieta a los 55 republicanos y 45 demócratas. Es también el hecho perturbador aunque inescapable de que ahora tienen en sus manos el futuro del presidente. El Senado –que consiste en dos miembros electos por cada estado– es el único árbitro del futuro de Clinton, ahora que la Cámara de Representantes votó los cargos de perjurio y obstrucción de justicia. Clinton, sin embargo, está determinado a que no haya un juicio, y sus asesores ya empezaron a tantear la posibilidad de la posibilidad de un trato de compromiso, de acuerdo con el cual el Senado lo censuraría y multaría, y lo dejaría herido pero no sin su cargo de presidente.
Por el momento, las chances de Clinton de llegar a un compromiso parecen prometedoras. Para forzar a Clinton a abandonar la presidencia, se necesita una mayoría de dos tercios de los votos. Es decir, 67. Pero los republicanos sólo contarían con 55 como máximo, y de esta manera todo indica que el juicio terminaría con una absolución. Ya que las cosas son así, dice la Casa Blanca, ¿por qué no ahorrarle a la nación el largo espectáculo y conseguir una tercera vía más rápida y digna? Muchos de los políticos más realistas de ambos partidos, incluyendo al hombre que Clinton venció en las elecciones presidenciales de 1996, el ex senador republicano Bob Dole. Lo mismo piensa el ex presidente republicano Gerald Ford. Y algunos de los actuales senadores ya dijeron que están en el mercado buscando un arreglo.
La continua aproximación desafiante de Clinton al proceso sigue siendo un problema muy serio. Ayer prefirió disminuir los cargos en su contra, diciendo que se limitaban “a lo que hice mal en mi vida privada” y criticando a los republicanos por lo que los asesores de imagen llaman “la política de la destrucción personal”.
Hay pocas dudas de que la mayoría de los norteamericanos quieren que termine el juicio. En contra de lo que esperaba la derecha cristiana, el nivel de aprobación de Clinton aumentó después de conocerse el anuncio del juicio. Según un sondeo de la cadena de televisión NBC, subió del 68 al 72 por ciento tras el voto a favor del juicio político, mientras que un 62 por ciento dijo que se le debía dejar terminar su mandato –un 11 por ciento más que otro estudio efectuado el martes–. No obstante, es una cuestión abierta si ven a Clinton como parte de la solución o parte del problema. Por ahora, cuenta con el beneficio de la duda entre los norteamericanos, quienes no ven por qué sus líderes políticos no los dejan vivir en paz.
El Senado empezará con las audiencias preparatorias el 6 de enero, cuando se les tomará juramento a los senadores como jurados en el juicio que presidirá el presidente de la Corte Suprema, William Rehnquist. El presidente Clinton será citado para responder a la acusación –aunque no se espera que asista personalmente– y se fijará una fecha para empezar el juicio. La mayoría de los observadores esperan una brecha de alrededor de un mes. Y como en todo juicio, se citará a los testigos. Monica Lewinsky será la más ansiosamente esperada entre todos. Pero a todas las otrasfiguras familiares se les hará su lugar. Cuando el juicio termine, el Senado se reunirá a puertas cerradas para considerar su veredicto. Entonces, y sólo entonces, los senadores expresarán sus opiniones –porque deben callar en público–. Se les asigna sólo 15 minutos a cada uno. Y si deciden que Clinton es culpable, la pérdida del cargo es inmediata. E inapelable.


EE. UU. teme una venganza muy islámica

t.gif (862 bytes) Después del triunfalismo con el que anunciaron el fin de los ataques contra el régimen de Saddam, los gobiernos de EE. UU. y Gran Bretaña enfrentan un desafío a sus servicios de inteligencia: prevenir el terrorismo con el que Irak y sus amigos podrían cobrarse venganza por la Operación Zorro del Desierto. El gobierno australiano confirmó ayer que uno de sus ciudadanos, el inspector de la ONU Richard Butler, recibió numerosas amenazas de muerte después de presentar el informe sobre desarme desfavorable a Irak y que desencadenó el bombardeo.
Butler se desplaza ahora por las Naciones Unidas acompañado de una poderosa escolta policial. Esta es sólo una entre las medidas precautorias adoptadas por EE. UU. en su expectativa de ataques de extremistas islámicos. La semana pasada, cerró 38 embajadas en Africa por temor a represalias. El Departamento de Estado dijo ayer que no se había tomado ninguna resolución sobre si abrirlas esta semana. Las embajadas fueron cerradas, en parte, por el temor de la repetición de los atentados contra las representaciones diplomáticas norteamericanas en Kenya y Tanzania, que costaron la vida de más de 200 personas, incluyendo a 12 norteamericanos. Incluso antes del bombardeo de Irak, funcionarios de inteligencia norteamericanos habían advertido que Bin Laden, el supuesto autor intelectual de los dos atentados, preparaba un golpe en Washington o New York. Y ayer un supuesto cómplice, Mamdouh Mahmud Salim, fue extraditado de Alemania por los norteamericanos.
El Departamento de Estado advirtió a todos los norteamericanos que tomen las máximas precauciones en el extranjero. Ayer en Marruecos decenas de miles de manifestantes marcharon en la capital Rabat contra los bombardeos a Irak. Gritando “América, enemiga del pueblo”, quemaron banderas norteamericanas y británicas. En New York, cientos de policías extra custodiaron y filtraron los aeropuertos, los estaciones de ómnibus y de trenes, los edificios del gobierno federal y las áreas turísticas. La ciudad estaba en alerta rojo en medio de las invitaciones navideñas al consumo. “Siempre esperamos lo peor”, dijo el jefe de policía Howard Safir.

SUBRAYADO
Un zorro a la deriva
Por Claudio Uriarte


La decisión de la Cámara de Representantes de someter a juicio político a Bill Clinton dejó a su presidencia largamente a la deriva. En la política exterior, esto va a expresarse esta semana sobre todo en Medio Oriente, donde un desfalleciente gobierno conservador en Israel puede sacar fuerza de la debilidad estadounidense y así evitar el cumplimiento de los acuerdos de Wye con los palestinos, mientras una campaña militar tan inevitable como inoportuna contra Irak deja al dictador Saddam Hussein en mejor posición que antes de las bombas.
Antes del procesamiento de Clinton, Benjamin Netanyahu se sostenía en permanente equilibrio inestable, con un pie en la alianza con la derecha religiosa –que exige cesar los repliegues militares de Cisjordania– y el otro en los acuerdos de Wye con EE.UU. y Yasser Arafat, que establecen una retirada del 13 por ciento del territorio ocupado. La segunda fase del repliegue, prevista para el viernes 18, no se cumplió, mientras Netanyahu peleaba contra viento y marea para sobrevivir a un voto de no confianza programado en el Parlamento para este lunes.
Eso ha cambiado con el vodevil político puesto en escena el sábado en la capital norteamericana. Porque el único con la suficiente fuerza para demandar el cumplimiento de Wye era Clinton, que el lunes pasado dio un gran paso simbólico hacia el reconocimiento de la idea de un Estado Palestino independiente aterrizando oficialmente en el nuevo Aeropuerto Internacional de Gaza. Hoy la capacidad de Clinton de presionar a cualquiera está liquidada, y las mismas calles que hace una semana se embanderaban con las barras y las estrellas muestran hoy los restos de cinco días de disturbios contra las operaciones iraquíes del “gran Satán”.
Lo que lleva a la desdichada operación “Zorro del desierto”. Saddam dio el portazo a los inspectores de la ONU cuando faltaban sólo días para el inicio del Ramadán, el mes sagrado de los árabes. Por consiguiente, sólo tenía que aguantarse unos días de bombardeo, ya que la coalición angloamericana probablemente no iba a seguir atacando territorio árabe en una fecha tan sensitiva. En su lógica, ahora es el ganador: podrá tener parte de sus instalaciones militares y de infraestructura destruidas, pero ya no necesita volver a recibir a los inspectores de la ONU, y Francia y Rusia son buenos amigos en el Consejo de Seguridad.
Eso iba a ocurrir con impeachment o no, debido al Ramadán. Pero con el impeachment, el desorden se proyecta por tiempo indeterminado

 

PRINCIPAL