El día
después en Bagdad fue tranquilo y los daños constatados parecían limitados (ver nota
aparte), según la prensa extranjera ubicada en la capital iraquí. Mientras Saddam
Hussein proclamaba victoria y los países árabes multiplicaban su repudio al
ataque de Estados Unidos y Gran Bretaña, la secretaria de Estado norteamericana,
Madeleine Albright, dijo que nos reservamos el derecho de volver a atacar,
para lo cual las fuerzas desplegadas en el Golfo Pérsico permanecerán en estado de
alerta. Hoy se reunirá el Consejo de Seguridad de la ONU para analizar las consecuencias
de la operación Zorro del Desierto. El presidente ruso Boris Yeltsin
calificó los ataques de ilegales e insensatos. Francia presentará una
propuesta para un nuevo régimen de inspecciones que excluye a la Comisión Especial de
Desarme de la ONU (Unscom).
Ustedes respondieron a las expectativas de los dirigentes y confiamos en que Dios os
otorgará la victoria, declaró Saddam Hussein en su primer discurso a la nación
desde que cesaron los ataques aéreos anglonorteamericanos. Vistiendo uniforme militar, el
presidente iraquí también rindió homenaje a las fuerzas armadas por su coraje
frente a los enemigos de Dios y de la Humanidad, y destacó que el valor de los
iraquíes despertó a quienes dormían, a los débiles, que son numerosos en el
mundo árabe, y ha sido reconocido incluso por vuestros enemigos.
Desde el inicio de los bombardeos, se realizaron en las ciudades árabes varias
manifestaciones antinorteamericanas (ver nota aparte), al principio limitadas a Damasco,
donde la embajada de Estados Unidos y la residencia de su embajador fueron dañadas, y a
varias ciudades de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). La reacción de los
países árabes fue contenida al comienzo de la operación, pero la exasperación
creciente de la población condujo a los gobiernos a expresar más abiertamente su
oposición a los ataques, dijo ayer un responsable de la Liga Arabe que pidió el
anonimato. El presidente egipcio Hosni Mubarak había exigido el sábado el cese
inmediato de los bombardeos y Yemen solicitó ayer que se convoque una cumbre árabe
extraordinaria para condenar la agresión estadounidense contra Irak.
Saddam Hussein es más débil porque todos los blancos y las cosas que más le
importan han sido destruidas, dijo Albright, y recalcó que el aislamiento
internacional de Irak es más fuerte por la credibilidad en nuestro uso de la
fuerza, y hemos hecho todo esto con un mínimo de crítica de la comunidad
internacional. Sin embargo, para Yeltsin se trató de una acción militar
ilegal e insensata y el premier ruso, Yevgueni Primakov, dijo que estamos
trastornados con la idea de que los ataques puedan comenzar nuevamente. El canciller
ruso, Igor Ivanov, instó ayer a la comunidad internacional a condenar los bombardeos.
Rusia ya ha llamado a consultas a su embajador en Londres y en Washington en señal de
protesta.
Los otros apoyos de Irak dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, Francia y China,
pretenden una solución negociada al conflicto. Aunque Yeltsin dijo que el uso de la
fuerza complica todavía más la solución del problema iraquí, el vocero de la
cancillería china, Zhu Bangzao, declaró que su país espera que se reanuden
rápidamente los esfuerzos diplomáticos para resolver por medios políticos el problema
del desarme de Irak.
La postura de Francia es menos declarativa. Si bien condenó los ataques, el presidente
francés Jacques Chirac admitió que la postura del régimen iraquí condujo a la
situación actual y declaró que su país realizará una propuesta dividida en dos partes:
por un lado, crear una nueva organización y un nuevo método de control del
armamento iraquí, y por el otro ir hacia un levantamiento del embargo petrolero, pero
acompañado de un control financiero muy estricto de la utilización por parte
de Bagdad de los ingresos por sus ventas de crudo.
A esta propuesta el premier británico Tony Blair respondió con otra idea doble: mantener
la amenaza del uso de la fuerza y realizar un mejor control de la aplicación de las
sanciones impuestas a Irak luego de laGuerra del Golfo. Por lo pronto, las autoridades
iraquíes ya expresaron su rechazo a que la Unscom vuelva al país.
CLINTON BUSCA UNA TERCERA VIA Y ZAFAR DEL
JUICIO
El sexshow de Monica es ley
Por Martin Kettle desde Washington
Tal como los legisladores
lo votaron el sábado, el 6 de enero, 100 senadores la mayoría de los cuales son
enemigos políticos de Clinton van a sentarse en la cámara de paneles de madera en
la colina del Capitolio, inaugurar el primer juicio político en este siglo de un
presidente norteamericano y esperar la presencia estrella de Monica Lewinsky, que deberá
responder preguntas sobre sus encuentros sexuales con el presidente norteamericano. El
hecho de que se espera que el proceso dure entre tres y seis meses está fijo en la mente
de los senadores, que tendrán que sentarse en sus bancas diariamente para presenciar
todas y cada una de las audiencias. Clinton aumentó su popularidad en los sondeos.
Pero no es sólo la perspectiva de que las bancas van a entumecer los traseros lo que
inquieta a los 55 republicanos y 45 demócratas. Es también el hecho perturbador aunque
inescapable de que ahora tienen en sus manos el futuro del presidente. El Senado que
consiste en dos miembros electos por cada estado es el único árbitro del futuro de
Clinton, ahora que la Cámara de Representantes votó los cargos de perjurio y
obstrucción de justicia. Clinton, sin embargo, está determinado a que no haya un juicio,
y sus asesores ya empezaron a tantear la posibilidad de la posibilidad de un trato de
compromiso, de acuerdo con el cual el Senado lo censuraría y multaría, y lo dejaría
herido pero no sin su cargo de presidente.
Por el momento, las chances de Clinton de llegar a un compromiso parecen prometedoras.
Para forzar a Clinton a abandonar la presidencia, se necesita una mayoría de dos tercios
de los votos. Es decir, 67. Pero los republicanos sólo contarían con 55 como máximo, y
de esta manera todo indica que el juicio terminaría con una absolución. Ya que las cosas
son así, dice la Casa Blanca, ¿por qué no ahorrarle a la nación el largo espectáculo
y conseguir una tercera vía más rápida y digna? Muchos de los políticos más realistas
de ambos partidos, incluyendo al hombre que Clinton venció en las elecciones
presidenciales de 1996, el ex senador republicano Bob Dole. Lo mismo piensa el ex
presidente republicano Gerald Ford. Y algunos de los actuales senadores ya dijeron que
están en el mercado buscando un arreglo.
La continua aproximación desafiante de Clinton al proceso sigue siendo un problema muy
serio. Ayer prefirió disminuir los cargos en su contra, diciendo que se limitaban a
lo que hice mal en mi vida privada y criticando a los republicanos por lo que los
asesores de imagen llaman la política de la destrucción personal.
Hay pocas dudas de que la mayoría de los norteamericanos quieren que termine el juicio.
En contra de lo que esperaba la derecha cristiana, el nivel de aprobación de Clinton
aumentó después de conocerse el anuncio del juicio. Según un sondeo de la cadena de
televisión NBC, subió del 68 al 72 por ciento tras el voto a favor del juicio político,
mientras que un 62 por ciento dijo que se le debía dejar terminar su mandato un 11
por ciento más que otro estudio efectuado el martes. No obstante, es una cuestión
abierta si ven a Clinton como parte de la solución o parte del problema. Por ahora,
cuenta con el beneficio de la duda entre los norteamericanos, quienes no ven por qué sus
líderes políticos no los dejan vivir en paz.
El Senado empezará con las audiencias preparatorias el 6 de enero, cuando se les tomará
juramento a los senadores como jurados en el juicio que presidirá el presidente de la
Corte Suprema, William Rehnquist. El presidente Clinton será citado para responder a la
acusación aunque no se espera que asista personalmente y se fijará una fecha
para empezar el juicio. La mayoría de los observadores esperan una brecha de alrededor de
un mes. Y como en todo juicio, se citará a los testigos. Monica Lewinsky será la más
ansiosamente esperada entre todos. Pero a todas las otrasfiguras familiares se les hará
su lugar. Cuando el juicio termine, el Senado se reunirá a puertas cerradas para
considerar su veredicto. Entonces, y sólo entonces, los senadores expresarán sus
opiniones porque deben callar en público. Se les asigna sólo 15 minutos a
cada uno. Y si deciden que Clinton es culpable, la pérdida del cargo es inmediata. E
inapelable.
EE. UU. teme una venganza muy islámica
Después
del triunfalismo con el que anunciaron el fin de los ataques contra el régimen de Saddam,
los gobiernos de EE. UU. y Gran Bretaña enfrentan un desafío a sus servicios de
inteligencia: prevenir el terrorismo con el que Irak y sus amigos podrían cobrarse
venganza por la Operación Zorro del Desierto. El gobierno australiano confirmó ayer que
uno de sus ciudadanos, el inspector de la ONU Richard Butler, recibió numerosas amenazas
de muerte después de presentar el informe sobre desarme desfavorable a Irak y que
desencadenó el bombardeo.
Butler se desplaza ahora por las Naciones Unidas acompañado de una poderosa escolta
policial. Esta es sólo una entre las medidas precautorias adoptadas por EE. UU. en su
expectativa de ataques de extremistas islámicos. La semana pasada, cerró 38 embajadas en
Africa por temor a represalias. El Departamento de Estado dijo ayer que no se había
tomado ninguna resolución sobre si abrirlas esta semana. Las embajadas fueron cerradas,
en parte, por el temor de la repetición de los atentados contra las representaciones
diplomáticas norteamericanas en Kenya y Tanzania, que costaron la vida de más de 200
personas, incluyendo a 12 norteamericanos. Incluso antes del bombardeo de Irak,
funcionarios de inteligencia norteamericanos habían advertido que Bin Laden, el supuesto
autor intelectual de los dos atentados, preparaba un golpe en Washington o New York. Y
ayer un supuesto cómplice, Mamdouh Mahmud Salim, fue extraditado de Alemania por los
norteamericanos.
El Departamento de Estado advirtió a todos los norteamericanos que tomen las máximas
precauciones en el extranjero. Ayer en Marruecos decenas de miles de manifestantes
marcharon en la capital Rabat contra los bombardeos a Irak. Gritando América,
enemiga del pueblo, quemaron banderas norteamericanas y británicas. En New York,
cientos de policías extra custodiaron y filtraron los aeropuertos, los estaciones de
ómnibus y de trenes, los edificios del gobierno federal y las áreas turísticas. La
ciudad estaba en alerta rojo en medio de las invitaciones navideñas al consumo.
Siempre esperamos lo peor, dijo el jefe de policía Howard Safir.
SUBRAYADO
Un zorro a la deriva
Por Claudio Uriarte |
La decisión de la Cámara de Representantes de
someter a juicio político a Bill Clinton dejó a su presidencia largamente a la deriva.
En la política exterior, esto va a expresarse esta semana sobre todo en Medio Oriente,
donde un desfalleciente gobierno conservador en Israel puede sacar fuerza de la debilidad
estadounidense y así evitar el cumplimiento de los acuerdos de Wye con los palestinos,
mientras una campaña militar tan inevitable como inoportuna contra Irak deja al dictador
Saddam Hussein en mejor posición que antes de las bombas.
Antes del procesamiento de Clinton, Benjamin Netanyahu se sostenía en permanente
equilibrio inestable, con un pie en la alianza con la derecha religiosa que exige
cesar los repliegues militares de Cisjordania y el otro en los acuerdos de Wye con
EE.UU. y Yasser Arafat, que establecen una retirada del 13 por ciento del territorio
ocupado. La segunda fase del repliegue, prevista para el viernes 18, no se cumplió,
mientras Netanyahu peleaba contra viento y marea para sobrevivir a un voto de no confianza
programado en el Parlamento para este lunes.
Eso ha cambiado con el vodevil político puesto en escena el sábado en la capital
norteamericana. Porque el único con la suficiente fuerza para demandar el cumplimiento de
Wye era Clinton, que el lunes pasado dio un gran paso simbólico hacia el reconocimiento
de la idea de un Estado Palestino independiente aterrizando oficialmente en el nuevo
Aeropuerto Internacional de Gaza. Hoy la capacidad de Clinton de presionar a cualquiera
está liquidada, y las mismas calles que hace una semana se embanderaban con las barras y
las estrellas muestran hoy los restos de cinco días de disturbios contra las operaciones
iraquíes del gran Satán.
Lo que lleva a la desdichada operación Zorro del desierto. Saddam dio el
portazo a los inspectores de la ONU cuando faltaban sólo días para el inicio del
Ramadán, el mes sagrado de los árabes. Por consiguiente, sólo tenía que aguantarse
unos días de bombardeo, ya que la coalición angloamericana probablemente no iba a seguir
atacando territorio árabe en una fecha tan sensitiva. En su lógica, ahora es el ganador:
podrá tener parte de sus instalaciones militares y de infraestructura destruidas, pero ya
no necesita volver a recibir a los inspectores de la ONU, y Francia y Rusia son buenos
amigos en el Consejo de Seguridad.
Eso iba a ocurrir con impeachment o no, debido al Ramadán. Pero con el impeachment, el
desorden se proyecta por tiempo indeterminado
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