Por Paul Rogers *
The Guardian |
de
Gran Bretaña |
El
bombardeo aéreo a Irak fue la primera etapa de la política americana de contención
ofensiva del régimen de Saddam Hussein y de su programa para fabricar armas de
destrucción masiva. Todos los signos apuntan a que el bombardeo se repetirá en las
semanas próximas y que se extenderá en una campaña prolongada aunque
discontinua que perdurará por muchos meses.
Hasta septiembre, la intención de Washington era de mantener las inspecciones de la ONU
junto con las sanciones económicas a Irak. Ya para finales de octubre, esta política
había sido abandonada. La operación Zorro del Desierto tuvo el propósito de
provocar serios daños a la estructura de seguridad iraquí apuntando
particularmente a la Guardia Especial Republicana y los sistemas gubernamentales de mando
y control pero también se extendió para abarcar gran parte de la infraestructura
militar convencional, incluyendo fábricas de municiones, barracas y bases aéreas. Pero
por sobre todo, el bombardeo intentó destruir las instalaciones involucradas en el
programa de armas químicas y biológicas iraquí.
La contención ofensiva no le ofrece nada a la gran mayoría de la población iraquí, que
sufre los efectos de las sanciones. La rapidez con la que se produjo la acción no dejó
de sorprender. La mayoría entendió que el motivo principal radicaba en las dificultades
domésticas del presidente Bill Clinton. Pero básicamente, en Estados Unidos existe el
temor, compartido por algunos círculos militares en Gran Bretaña, de que la
proliferación a gran escala de armas de destrucción masiva, especialmente de armas
biológicas, ya esté alterando el balance internacional de poderes. La respuesta fue el
desarrollo de una política agresiva para impedir la proliferación, que implica la
voluntad de usar la fuerza armada en cualquier situación que la amerite. Ahora que Irak
es el peligro inmediato, llegó el tiempo para emplear la alternativa militar, sin
importar los riesgos que conlleva. Y la crisis podría llegar a ser la primera señal de
la manera en la cual Estados Unidos operará para mantener la seguridad internacional en
las próximas décadas.
* Profesor de Estudios de la Paz en Bradford University, Gran Bretaña.
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