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En el equipo de Roque Fernández dicen que la segunda mitad del 99 será muy dura en términos económicos y quieren facilitar la transición política dejándole al próximo gobierno un colchón de financiamiento de la deuda de un trimestre por adelantado. También aseguran que ni los economistas de la Alianza y ni los de Duhalde prometen algo distinto a lo que hace Roque. Sin embargo, temen por la credibilidad de José Luis Machinea ante los mercados y la gente. Y, en caso de triunfar la Alianza, no dudan en identificar a su candidato al frente de Economía: Ricardo López Murphy. Este análisis pertenece al viceministro de Economía, Pablo Guidotti. José Luis Machinea tuvo una responsabilidad central en la conducción económica que llevó al país al desastre de la hiperinflación. Y lo mismo sucede con (Adalberto) Rodríguez Giavarini, que fue subsecretario de Presupuesto de (Juan) Sourrouille, dijo ayer, durante el brindis de fin de año en el Palacio de Hacienda. Lo que yo temo es que si asumiera Machinea como ministro, tuviera un problema de credibilidad ante cualquier cambio en las condiciones financieras tanto internas como externas. Además, él mismo estaría muy atado en cada medida que tomara, pensando en su fracaso anterior, explicó. Ricardo (López Murphy), en cambio, no formó parte de esa gestión económica. Sin duda, juega con esa gran ventaja, aseguró. De todos modos, Guidotti se mostró sorprendido por la influencia que Machinea ejerce en estos días sobre Fernando de la Rúa. Cuando tuvimos que discutir la reforma tributaria la semana pasada, De la Rúa envió a Machinea, no a López Murphy, con quien habíamos hablado telefónicamente. Y fue Machinea quien se encargó transmitir el mensaje a los diputados, comentó. Como es sabido, durante esa reunión, la Alianza se comprometió a apoyar la reforma tributaria que necesitaba el equipo económico para cumplir con el FMI. A cambio, Roque prometió que en el 99 buscará aprobar la nueva ley de coparticipación, un tema que si quedara para un gobierno aliancista sería de muy difícil abordaje, dada la mayoría justicialista en el Senado. De cualquier manera, Guidotti no ve diferencias ideológicas ni en las propuestas en ninguno de los economistas de la oposición. Tanto los economistas de Duhalde como los de De la Rúa no plantean nada distinto a lo que estamos haciendo. Dicen que van a mantener la disciplina fiscal y monetaria y agregan que van a hacer algo por las PyMEs y para aumentar las exportaciones en términos generales, sin especificar bien qué ni cómo, afirmó. El viceministro reconoció, además, que el nerviosismo y la volatilidad van a ser una característica del 99. La primera parte del año puede ser mejor. Pero la segunda mitad será muy dura, va a haber complicaciones, sentenció, en obvia referencia a las presiones que ejercerá el proceso electoral sobre el gasto público. Economía logró la semana pasada relajar la meta de déficit fiscal comprometida con el FMI para el 99. Pero aun así los analistas consideran que, de confirmarse los pronósticos de estancamiento económico lo cual golpearía la recaudación tributaria, habrá que efectuar recortes adicionales por el lado del gasto. Guidotti adelantó que queremos dejarle un colchón de financiamiento de la deuda de tres meses al próximo gobierno como una forma de facilitar la transición política. En la misma línea dijo que el Presupuesto (del año 2000) se va a enviar antes del 15 de setiembre, como indica la ley, pero después pueden tomarse hasta diciembre para hacer las correcciones necesarias que crean convenientes quienes ganen las elecciones. Cuando alguien le mencionó que De la Sota había ganado en Córdoba prometiendo una reducción impositiva, Guidotti respondió, irónico, nosotros también prometimos una baja de impuestos: habrá una disminución de los aportes patronales del 60 por ciento en tres etapas entre abril y diciembre del año que viene.
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