|
Por Martin Kettle desde Washington Cuando Bob Livingston primero vio el tristemente célebre aviso del millón de dólares de Larry Flynt en el Washington Post en octubre pasado, no pensó demasiado en el asunto. Hoy, habiendo renunciado como presidente electo de la Cámara de Representantes y planeando renunciar también al Congreso, confiesa haberse equivocado, y por mucho. Supongo que no pensé en el impacto del millón de dólares dijo el intermitente líder republicano al Post esta semana. Realmente no creí que alguien pudiera hacerme algo de esa calaña. Bienvenidos al mundo de Larry Flynt. Realmente no lo creí posible. Las reglas de juego de la política norteamericana han sido reescritas sin cesar desde que estalló la historia de Monica Lewinsky en enero. Y Washington ya estaba saturado de la crisis antes de que Flynt, editor de la revista erótica Hustler, empezara a manipularla la semana pasada. El factor Flynt ha shockeado una cultura política que había empezado a creer que lo había visto todo. Ha terminado convirtiéndose en esto: Larry Flynt es que establece la agenda, fue lo que Howard Kurtz, el comentarista de medios del Post, escribió el fin de semana pasado sin poder creérselo del todo. Y la capital norteamericana es consciente, de manera incómoda, de que esto no ha terminado. El propio Flynt ha admitido que es un pornógrafo. Flynt tituló su autobiografía de 1996 Un hombre indecente: mi vida como pornógrafo, experto y descastado social. Otros fueron más lejos. Gloria Steinem lo ha llamado violento y sádico. Y dos años atrás, su hija Tonya respondió al film de Milos Forman, El pueblo contra Larry Flynt, (estrenado en la Argentina como Larry Flint: El nombre del escándalo) calificando a su padre como un proxeneta y un abusador de niños. Lo que está más allá de toda duda es que Flynt ha sido una figura controvertida y de mala fama en la vida norteamericana por más de 20 años. El imperio de este editor de 56 años está basado en una serie de revistas de las cuales la que más tiempo ha vivido es Hustler. Primero apareció como una lámina de dos páginas en 1974, y Flynt empezó su ascenso desde ser el oscuro propietario de un club de strip-tease en Ohio hasta convertirse en el instigador del último espasmo de vergüenza de los norteamericanos. Hustler estuvo en el centro de una serie de batallas judiciales lanzadas contra Flynt en los 70 y los 80, a medida que los activistas antiobscenidad luchaban en estado tras estado para prohibir sus revistas de los quioscos. En 1978, mientras dejaba un tribunal de Georgia, un supremacista blanco antisemita y armado abrió fuego contra él, a consecuencia de lo cual Flynt quedó reducido a circular en una silla de ruedas. En 1983, el editor publicó un falso aviso de Campari en que mostraba al evangelista televisivo Jerry Falwell en un encuentro sexual alcoholizado con su propia madre. Falwell lo procesó por calumnia, invasión de privacidad y perjuicio emocional y pidió 45 millones de dólares en concepto de daños. Un jurado le otorgó 200.000 dólares por el cargo de perjuicio emocional. Flynt llevó el caso a la Suprema Corte, que falló en su favor, afirmando que era esencial proteger el derecho a la sátira. El caso disparó a Flynt al estrellato, suscitando el film de Forman y convirtiendo al pornógrafo en un improbable héroe de la libertad de expresión. El tema hizo explosión en el movimiento feminista, convirtiendo a Flynt ahora en uno de esos norteamericanos de quienes cada uno tiene una opinión extrema, de un tipo o de otro. Flynt publicó su último aviso en el Post el 4 de octubre, inmediatamente después de la publicación del informe del fiscal independiente KennethStarr, y de la difusión televisiva del video con el testimonio de Bill Clinton ante el Gran Jurado. El aviso ofrecía un millón de dólares a cualquiera que pudiera suministrar detalles de encuentros sexuales adúlteros con miembros del Congreso o funcionarios de primera línea del gobierno. De acuerdo con Flynt, recibió 2000 respuestas al aviso, de las cuales consideró que unas 48 eran auténticas. Flynt decidió entonces investigar 12 de ellas para un artículo que va a ser publicado en enero. El pasado fin de semana, Flynt dijo en una conferencia de prensa que estaba investigando al menos a un miembro del Senado, que va a empezar las audiencias por el impeachment de Clinton el 6 de enero. Agregó que la mayoría de los hombres a los que estaba investigando eran republicanos. Hay un solo demócrata en todo ese basural, afirmó. Como demócrata militante, no ha decidido aún si publicar detalles sobre este caso. Flynt se ha negado a revelar detalles de sus investigaciones, aunque ha dicho que algunos de los políticos en cuestión habían mentido en juicios de divorcio. Dos de los casos, uno de ellos involucrando un congresista republicano, y el otro un funcionario del Partido Republicano, son de sexo telefónico, según reveló Flynt, agregando que dispone de las grabaciones. Uno de sus investigados promete Flynt es un pez realmente gordo. Livingston confesó que en ocasiones, me desvié de mi matrimonio. Pero dijo al Washington Post que no estaba seguro de lo que Hustler iba a alegar. He escuchado todo tipo de rumores horribles sobre lo que tiene Flynt sostuvo. La mayor parte está mal, cosas que no pasaron nunca. El hombre que brevemente estuvo en el tercer lugar de la fila para la presidencia dijo que esperaba que su renuncia desatara una ola de protestas contra Flynt. Imaginé que ya era demasiado tarde para que pudiera ayudarme, pero tuve la esperanza de que al llamar la atención al tema, podría ayudar a otros y que el mundo se enterara de lo que es este crápula. Se necesita a uno para conocer al otro repuso Flynt. Fue él quien se embarró primero. El episodio Flynt ha forzado a los políticos, expertos y especialistas en medios de Estados Unidos a desgarrarse las vestiduras mientras consideran las consecuencias del affair Lewinsky. Algo ha cambiado en la cultura mediática y política dijo Kurtz. Los viejos límites de lo que se consideraba juego limpio para periodistas agresivos se han borrado.
PENURIAS NAVIDEÑAS DE UN CRISTIANO
DEVOTO Por Audrey Gillan desde Londres
|