El
desmesurado brindis navideño y los fuegos artificiales volvieron a la carga ayer. Entre
la medianoche y el sol de la mañana hubo once asesinatos a lo largo del país después de
las tradicionales grescas. Sólo en la capital el número de heridos por cohetes ascendió
a más de 300. Y las balas perdidas dieron en cinco personas, entre ellos dos nenes de 2 y
4 años. La tragedia más absurda tocó esta vez a un familia en el barrio Stella Maris de
Mar del Plata. Un chico de cinco años murió electrocutado al enchufar las luces del
árbol navideño en medio de la Nochebuena. En la misma ciudad, un hombre se suicidó
pegándose un tiro en la sien con su mujer de testigo y, en la avenida Constitución, una
batahola entre 200 jóvenes y la policía terminó con 25 detenidos. En Buenos Aires,
otros adolescentes terminaron con la polémica reja de la plaza Cortázar. Como en las
canchas de fútbol suele ocurrir con los alambrados, aquí la suma de varias fuerzas
logró arrancar de cuajo los barrotes.
Las guardias de los hospitales que cada año se llenan de accidentados navideños contaron
esta vez en todo el país más de 400 heridos por cohetazos o corchos voladores. En el
Instituto del Quemado hubo más de 150 casos de quemaduras leves. En dos de ellos los
pacientes debieron ser derivados para su internación. La bomba que les
explotó en la mano a uno de ellos llegó a fracturarle el carpo y a otro le ocasionó la
amputación de un dedo. Santiago Laborde, cirujano de guardia, le dijo a este diario que
la cantidad de accidentados es levemente inferior que la del año pasado. Según las
crónicas de aquella velada hubo 450 heridos. Y el 60 por ciento de ellos era menor de 18
años.
Según los registros de Laborde y del jefe de Guardia del Hospital Santa Lucía, Daniel
Preto, esta vez subió la cantidad de adultos y varones que sufrieron quemaduras o
traumatismos oculares. Sólo en el Santa Lucía atendieron 105 lesiones de pirotecnia y
corchos. Dos personas fueron internadas por el corte de un vidrio al reventar una botella
de sidra con una cañita voladora y por el estallido de una bengala en el rostro. Según
informó Preto, la mayoría de los casos fueron heridas de párpado, úlceras de córnea y
hemorragias oculares.
Cincuenta heridos por la pirotecnia y 28 corchazos directos al ojo fueron atendidos en el
Hospital de Oftalmología Pedro Lagleyze. María Marta Pesaresi, médica de guardia,
informó ayer que fue necesario internar a cuatro personas por heridas penetrantes, en las
que fue necesario intervenir quirúrgicamente. En el caso de mayor gravedad, un hombre
perdió un ojo. Según los datos de Pesaresi, en el Lagleyze, en esta fiesta, se
registraron tantos accidentes en chicos como en adultos.
La pirotecnia también causó seis incendios en la noche del 24. En Munro, 17 dotaciones
de bomberos tuvieron que combatir el fuego en la fábrica de acolchados Alcoyana. Las
llamas se repitieron en La Plata, donde se incendió un depósito de cerveza Quilmes. El
fuego en todas sus formas causó desastres, especialmente combinado con alcohol. Un chico
de 15 años murió y su vecino de 20 quedó herido de gravedad después de la discusión
que tuvieron pasadas las doce en Lomas de Zamora. Allí también fue abandonado en un
hospital un hombre, Cristian Núñez, con ocho balazos en el cuerpo. En Ituzaingó un
hombre murió de una puñalada en el pecho. En Santa Fe un vecino festejaba la Navidad
disparando tiros al aire. Un chico de 17 años le recriminó la modalidad de festejo. Al
pistolero lo fastidió el llamado de atención. Entonces lo mató de un tiro en el
abdomen.
Nochebuena con patovicas Navidad no significó descanso para los patovicas violentos. Dos jóvenes
denunciaron haber sido golpeados en dos discos diferentes de la ciudad de La Plata.
Martín Cardozo, de 23 años, conversaba con varios amigos en la puerta de la disco
Pachuca, ubicada en el Camino Centenario y calle 511. No sabe por qué a uno de los
custodios de la entrada se le dio por bromear con petardos. Y les tiró uno a los pies.
Cardozo tuvo la mala idea de pedirle explicaciones al portero. Y recibió como respuesta,
según su declaración policial, las trompadas de dos custodios que le dieron en la cara
hasta dejarlo semiinconsciente en el piso. En otro lugar de la capital bonaerense, la
disco Sidharta, Martín Rotondo, de 22 años, denunció a un pato que lo agredió en el
interior del boliche. El incidente de Pachuca tiene un antecedente cercano. El 2 de
diciembre, cuatro chicos fueron sacados de los pelos de uno de los baños del lugar por
haber discutido con otro grupo. Luego, cuando se quejaron por el trato, vinieron las
trompadas y las patadas. Uno de ellos no pudo recuperar el zapato que perdió en la
paliza. |
FUERON 17 LOS MUERTOS EN ACCIDENTES DE
TRANSITO
Manejando con la efervescencia
Entre
Nochebuena y Navidad, 17 personas murieron entre ellas una beba de cuatro
meses y 27 resultaron heridas de distinta consideración en diversos accidentes de
tránsito ocurridos en todo el país. La cifra de víctimas fatales es levemente menor a
la del año pasado, cuando murieron 21 personas. En la Panamericana hubo dos choques que
obligaron a cortar el tránsito.
En Escobar, provincia de Buenos Aires, un hombre falleció al volcar con su vehículo
mientras transitaba por la autopista Panamericana. Por otra parte, en Capital Federal se
produjeron diversos accidentes que provocaron heridos de diversa gravedad. Dos
automóviles chocaron en la autopista 9 de Julio y otros dos también en la Panamericana,
donde, a consecuencia de la humareda que provocó el incendio de uno de los coches,
chocaron otros tres vehículos que circulaban por el carril contrario.
Los accidentes más trágicos se registraron en la provincia de Córdoba, donde
fallecieron cuatro personas y dos resultaron heridas. Un triple choque se registró en
vísperas de Nochebuena en las cercanías de Alta Gracia, y terminó con la vida del
vicecomodoro Jorge Dalotoso, de 44 años, y su hijo Franco, de 12; mientras que la esposa
del militar, Irma Oviedo, de 42 años, fue trasladada al hospital local con heridas de
consideración.
El otro choque ocurrió ayer a la mañana cerca de la ciudad de Villa María, al chocar de
frente un Renault 9 y un camión Ford. Las víctimas fatales fueron Mario Sanantonio, de
40 años, y Mariela Destefanis, de 28. El tercer acompañante, Javier Torres, de 27 años,
resultó herido.
La provincia de Santa Fe fue escenario de un fatal accidente, en el que murieron Guillermo
Federico Wheimuller, de 37 años, y Gimena Guzmán, de tan sólo cuatro meses, que viajaba
con sus abuelos en el otro auto. El hecho se produjo la madrugada de ayer cuando chocaron
frontalmente un Fiat Spazio y un Ford Falcon. También en la ciudad de Rafaela se
registraron tres muertos como consecuencia del choque entre un automóvil y un colectivo
de larga distancia. Además, en la Ruta 9, en las cercanías de Rosario, falleció Oscar
Benítez, de 26 años, y en Arroyo Seco Julián Baldelomar murió al chocar con un coche
mientras viajaba en un ciclomotor.
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