Por Raúl Kollmann
Mientras la idea
re-reeleccionista continúa rondando la Casa Rosada, las encuestas siguen mostrándose
tercamente adversas a Carlos Menem: apenas el 18 por ciento de los argentinos tienen buena
opinión sobre el primer mandatario, en tanto que más de la mitad de la población
evalúa mal o muy mal al Presidente. Tampoco hay buenas opiniones sobre la política
económica del Gobierno, la lucha contra la pobreza y el control de la corrupción. En
cambio, la gente está de acuerdo en mantener la paridad peso-dólar y en darle igual
trato al capital nacional y el capital extranjero. El fin de año no encuentra a los
ciudadanos muy optimistas respecto del '99: la gran mayoría piensa que le va ir igual o
peor que en el '98. En general, el año se va registrando un fuerte malhumor y hartazgo de
la gente.
Las conclusiones surgen de una encuesta nacional realizada por la
consultora Sofrés-Ibope, que conduce Enrique Zuleta Puceiro. En total fueron consultadas
1200 personas en una amplísima muestra de 30 ciudades, entre ellas Capital, Gran Buenos
Aires, Córdoba, Rosario, La Plata, San Luis, San Miguel de Tucumán, Bariloche, Rawson,
Posadas, Formosa y Goya. El estudio corresponde a un programa de mediciones mensuales
denominado Monitor de Tendencias Económicas y Sociales, y la encuesta se concretó entre
el 10 y el 20 de diciembre.
Casi la mitad de los consultados, el 48,4 por ciento, tiene una
opinión entre regular y mala del primer mandatario. Respecto del futuro de la imagen de
Menem, son pocos los que creen que tendrá una evolución positiva. Nada menos que el 81,8
por ciento sostiene que va a seguir igual o que empeorará durante el '99, dato
significativo para quienes alimentan la re-reelección.
Con los resultados a la vista, surge que no hay grandes rupturas ni
saltos importantes en la situación. El presidente Carlos Menem sigue con la misma
evaluación negativa que tenía hace unos meses, la población mantiene sus
cuestionamientos al plan económico y conserva las críticas por el desempleo y la
corrupción. Hay una aceptación más bien tranquila de la Alianza, sin que se perciban
grandes euforias.
Para Zuleta, "la opinión pública en general ha sacado un
balance: no le cierran los números y hay sectores amplios que se sienten excluidos.
Pero no se ven grandes resentimientos ni deseos de volver atrás. Es
decir, hay un ambiente para proponer cambios, nuevas condiciones en lo que se está
haciendo, pero todo con cierta cautela, sin saltos al vacío".
"Tengo la impresión de que el '99 será un buen año para
políticos audaces --sostiene Zuleta--, que propongan compromisos distintos, nuevos. No
veo condiciones para un candidato que proponga la continuidad. La gente piensan que más
de lo mismo, no. Hay espacio para propuestas alternativas".
Este clima de opinión pública se nota claramente cuando las preguntas
se refieren a la Alianza y al presidente Menem. La gente piensa que la imagen de la
coalición opositora mejorará el año próximo, en tanto que no ve que se produzcan
cambios en la opinión --mala-- sobre el Presidente.
En la encuesta se ve que hay un cuestionamiento general a la política
económica, pero al mismo tiempo se respaldan algunos de las estrategias básicas: la
paridad peso--dólar, la apertura económica e incluso la reducción del papel del Estado
en la economía. Hay dudas en lo que se refiere a la privatización de los servicios
públicos y en la flexibilidad laboral, dos aspectos que afectan a la gente
cotidianamente. Es evidente que los grandes problemas para los ciudadanos siguen siendo la
desocupación y los bajos salarios y los encuestados auguran un '99 difícil en ambos
temas, básicamente porque perciben que seguirán los efectos de una crisis internacional.
"Si comparamos los datos de este estudio con el que hicimos un
año atrás --concluye Zuleta--, se nota que los ciudadanos están más tranquilos. En
diciembre del '97 se había producido una impactante victoria de la Alianza, pero la gente
estaba más cautelosa, con miedos sobre el futuro. Ahora eso se ha modificado: a los
consultados se los ve con menos temores. No quieren un cambio brusco ni una ruptura, pero
el campo está abonado para transformaciones políticas".
La reelección de Menem es un tema
terminado
Jorge Yoma, un declarado partidario
del tercer mandato consecutivo, dijo que no hay tiempo político ni jurídico
para insistir con la re-re. |
|
Creo que luego de la exclusión de Menem y con el avance de los tiempos políticos
la reelección presidencial es un tema absolutamente terminado. Uno de los más
firmes impulsores de la habilitación para un tercer período del presidente Menem, el
senador riojano Jorge Yoma, utilizó esta frase para señalar que el tiempo de la re-re
está agotado. Yoma presentó a principios de año una serie de proyectos para lograr una
reforma constitucional que derogase la cláusula transitoria novena, que le impide a Menem
aspirar a un tercer mandato consecutivo. Por eso sus palabras sonaron, como mínimo,
extrañas.
En el momento en que yo lo planteaba había tiempos constitucionales, tiempos
políticos, se podía impulsar dentro del marco de la Constitución una reforma para
posibilitar en aquel entonces una habilitación para que el presidente actual fuera
candidato, fundamentó su posición Yoma. Creo que luego del renunciamiento de
Menem en julio pasado y con el avance de los tiempos políticos la reelección es un tema
absolutamente terminado. agregó el titular de la Comisión de Asuntos
Constitucionales de la Cámara alta.
Yoma también cuestionó a aquellos ultramenemistas que resucitaron el tema de la
re-reelección. Insistir ahora en este tema por parte de algunos compañeros, lo
único que hace es descalificar a los candidatos justicialistas Ramón Ortega, a Eduardo
Duhalde, que están trabajando con miras a la elección interna del 11 de abril y
desmerecer las posibilidades electorales del peronismo, señaló el riojano.
El senador también alertó sobre las consecuencias de una nueva ofensiva
re-reeleccionista al afirmar que espero que los compañeros que han vuelto a hablar
de este tema se den cuenta de que están haciendo mucho daño al peronismo y que, además,
vuelven a tensar, institucionalmente e innecesariamente el clima de la República.
En otro párrafo, Yoma manifestó que es un tema terminado y no hay tiempos
políticos ni jurídicos posibles para intentar una reforma de la Constitución nacional,
que por otra parte se presenta como algo absolutamente falto del consenso necesario.
Desde principios de diciembre, y aprovechando la inamovilidad de Eduardo Duhalde, varios
dirigentes ultramenemistas volvieron a la carga con la idea de lograr la habilitación
para postularse a un tercer período para el presidente Carlos Menem. Varios de ellos
recordaron que en los cajones de los escritorios de los nueve miembros de la Corte Suprema
duerme un pedido en ese sentido presentado por Juan Carlos Ortiz Almonacid.
Pero siguiendo la línea marcada por Yoma, ante la falta de tiempos políticos y de
consenso, el menemismo diagramó otra estrategia, cuyo pilar fundamental es una
presentación judicial de 12 de los 14 gobernadores justicialistas ante el Máximo
Tribunal. El triunfo de José Manuel de la Sota significó un espaldarazo para las ansias
menemistas.
MEIJIDE ASEGURA QUE NO HABRA RE-REELECCION
Menem no tiene otro remedio
Las
ambiciones re-reeleccionistas de Carlos Menem siempre plantearon un problema de
difícil resolución para la Alianza. Internamente, los conductores de la coalición se
debatieron entre enfrentar abiertamente o ignorar la avanzada, conocedores de los
bajísimos índices de popularidad que el Presidente puede exhibir desde hace un buen
tiempo y que confirma la encuesta que hoy publica Página/12.
De los dos integrantes de la coalición, el Frepaso fue quien siempre mantuvo la posición
más beligerante en público e hizo del tema casi una bandera electoral. Incluso, en los
primeros meses del año, el diputado Carlos Chacho Alvarez fue el principal
promotor de un foro anti-reeleccionista al que convocó a dirigentes de distintos sectores
para avivar el debate. Paralelamente, en el Congreso, los diputados aliancistas plantearon
el juicio político a los cinco ministros que conforman la mayoría menemista de la Corte
Suprema como prevención ante un eventual fallo favorable a los múltiples escritos
presentados por dirigentes del menemismo pidiendo que se habilitara al Presidente para un
tercer período. El peronismo no dejó que la jugada traspasara los límites de la
comisión.
Pero, y pese a todo el fervor que puso la Alianza, terminó siendo el plebiscito que
lanzó el gobernador Eduardo Duhalde en la provincia de Buenos Aires la movida que obligó
a Menem a renunciar en público a un nuevo mandato.
La candidata a gobernadora bonaerense, Graciela Fernández Meijide, opinó ayer que, en
realidad, el proceso que desembocó en el renunciamiento de Menem se inició a mediados
del año pasado con el nacimiento de la Alianza y su inmediata victoria en la elección
para diputados de octubre del 97. Los hechos no ocurren aisladamente y, mucho
menos, en la política y en la construcción del poder, analizó la diputada, en
tono doctoral.
Creo que la renuncia de Menem a ambicionar ser de nuevo candidato, que seguramente
en su fuero íntimo no es tal pero no le quedó más remedio, marca precisamente el final
de un ciclo, añadió Graciela, quien se mostró segura de que ya no hay posibilidad
de una continuidad del menemismo.
Para Fernández Meijide, el abrupto corte de la avanzada del menemismo significó un antes
y un después en la política. Y la imagen negativa de la gestión de Menem tiene que ver
con la percepción que tiene la gente acerca de la tarea que ahora debe realizarse en el
país.
Lo que es más importante tal vez, es que la Argentina termina este año con la
percepción, atrasada respecto a otros países como son todos los países europeos, de que
el ciclo del capitalismo salvaje se terminó y que, entonces, hay que construir otro tipo
de democracia, sostuvo.
Ya en campaña, la candidata explicó que a esta nueva etapa unos le llaman otra
vía, tercera vía, no sé cómo le llamarán, pero seguramente que estamos construyendo
otro tipo de democracia.
Nunca digas jamás
A pesar de los dichos de Jorge Yoma, la seguridad de Graciela Fernández Meijide, y el
resultado del sondeo que reproduce Página/12 en su tapa, la
re-reelección es aún una posibilidad cierta dentro del tablero político nacional. La
Corte Suprema de Justicia tiene en manos una presentación del afiliado José Manuel Ortiz
Almonacid.
El Gobierno echó a rodar que habrá novedades en febrero y por eso, dicen, para esa fecha
Carlos Menem quiere tener encolumnado detrás de él a todo el partido. Esa
aseguran sería la mejor manera de legitimar políticamente a un candidato que
constitucionalmente hoy no puede aspirar a un nuevo mandato.
|
|