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FRANCO MACRI ADVIRTIO QUE LA IMPORTACION ASIATICA BARRERA CON LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
Serio riesgo de una crisis terminal

La producción podría caer de 450 mil unidades este año a 300 mil en el próximo, por la caída de ventas a Brasil y la recesión local. Encima, se teme a un aluvión de importaciones asiáticas. El Gobierno no reacciona. “No van a bajar la producción, van a cerrar todas las plantas”, profetizó Macri.

Solución: “Lo que se busca, a través del Gobierno, son medidas para reactivar el mercado, como puede ser mediante el Plan Canje”, planteó Losoviz, de Adefa.

Francisco Macri, ahora accionista minoritario de Sevel.
“El mercado del Mercosur no tiene defensas adecuadas contra el dumping.”

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Por Raúl Dellatorre

t.gif (67 bytes) La posibilidad de un aluvión de importaciones de automóviles asiáticos a bajo precio y la fuerte caída de las exportaciones a Brasil que se espera para el año próximo desvela a las terminales. “Sin defensas adecuadas, van a tener que cerrar el ciento por ciento de las fábricas, no digo que van a bajar su producción, sino que van a cerrar”, enfatizó Francisco Macri, ex titular de Sevel y actual accionista minoritario de la automotriz productora de Peugeot.
El fantasma que recorre el sector tiene su origen en las devaluaciones orientales, que les permitirían colocar en el mercado local unidades que valen 25 mil dólares, a no más de 10 mil. “Todos los países asiáticos han llevado a una crisis financiera y económica mundial, pura y exclusivamente, porque han estado financiando subvenciones a sus exportaciones, disimuladas a través de préstamos del gobierno. Han estado siempre haciendo dumping, y en este momento la superproducción mundial, con estos mecanismos de dumping, puede llegar a un mercado como el Mercosur, sin las defensas adecuadas, e inundarnos de autos”, expresó el titular del grupo Socma.
La industria automotriz reclama mecanismos de defensa de la producción nacional, tal como los aplicados en Estados Unidos, la Unión Europea o en Japón. “Europa se está defendiendo de todo eso poniendo cupos muy estrictos, impidiendo la importación de autos de terceros países”, ejemplificó Macri. También defendió el criterio de protección con el que fue concebido el régimen automotor, a principios de la década del ‘90, pero apuntó que “todo ese régimen, tan atacado y tan mal transmitido, fue paulatinamente abandonado, y el espacio que nosotros íbamos abandonando fue ocupado por Brasil”.
La industria automotriz local exporta aproximadamente el 50 por ciento de su producción con destino a Brasil. A su vez, poco más del 50 por ciento del mercado doméstico de autos cero kilómetro es abastecido por vehículos importados. El alto grado de especialización de las plantas en Argentina ha orientado el negocio a la producción de pocos modelos, con lo cual se atienden los mercados local y externo. Las terminales ofrecen, a su vez, a través de sus redes de concesionarios, otra gama no producida en el país. Al caer la demanda del mercado brasileño, como sucede actualmente, la complementación se rompe y la industria local sufre las consecuencias.
Horacio Losoviz, presidente de Adefa (cámara que agrupa a las terminales), afirmó ayer que “lo que se está tratando de buscar, a través del Gobierno, son algunas medidas que tiendan a reactivar el mercado, como puede ser mediante el Plan Canje, que lo hemos venido solicitando desde hace ya unas semanas”. Otro proyecto impulsado por las terminales es el del “auto económico”, un modelo por terminal que se vendería a precio reducido, al cual el Gobierno le otorgaría una desgravación impositiva especial.
Las terminales asumen que, para el año entrante, al impacto que provocará la caída de la demanda brasileña se le sumará la retracción del mercado interno, que ya viene observando signos de decaimiento en los últimos tres meses. Losoviz apuntó que si bien durante el corriente año la producción alcanzará las 450 mil unidades –por encima de la de 1997–, “las proyecciones para el año que viene estarían en las 300 mil unidades”. El dirigente empresario atribuyó la baja prevista en el mercado interno “a la incertidumbre y, en alguna medida, al temor del público a tomar créditos”. “Estamos esperando que se normalice el mercado, puesto que estábamos casi con cien mil autos de stock entre todas las fábricas; además, se está tratando de evitar los despidos”, explicó Losoviz, en referencia a la existencia actualmente de más de diez mil trabajadores suspendidos o con vacaciones anticipadas en el conjunto del sector (ver aparte). Los más optimistas esperan una reactivación del mercado brasileño recién para mediados de año. Es decir, que aun en ese caso, las terminales argentinas perderían seis meses de exportaciones, dadas las escasas posibilidades con que cuentan para colocar un volumen equivalente de unidades en otros mercados. Otros, en cambio, estiman que la retracción en el país vecino podría prolongarse, por lo menos, a lo largo de todo el ‘99.
“No podemos esperar que el mercado brasileño mejore rápidamente, por lo tanto hay que apuntar al mercado interno”, expresó Losoviz. El directivo del sector instó al ministro de Economía, Roque Fernández, a adoptar medidas para “revertir” la situación. “No se puede esperar que los mercados actúen solos”, remarcó.
Jorge Todesca, especialista y consultor de las empresas del sector, coincidió en ese aspecto. “De los tres problemas que afectan a la industria, que son la caída del mercado brasileño, el peligro de un aluvión asiático y la recesión del mercado interno, sobre el único que puede adoptar acciones el país es el último”, señaló a Página/12. Consideró que tanto el Plan Canje como el Auto Económico “son dos formas de alentar la venta de vehículos locales, que si bien son medidas transitorias y pueden provocar un corrimiento del mercado hacia esos modelos, son una buena señal para las casas matrices, que verían que el Gobierno se preocupa por el sector”.
Según el análisis de Todesca, “la industria local tiene un horizonte dentro del Mercosur, pero el problema es que en una coyuntura difícil las casas matrices se asusten y discontinúen las inversiones; el problema que está planteado es cómo salir del ciclo recesivo y, sobre todo las empresas europeas, tienen la experiencia de que en situaciones similares la desgravación de los autos les dio buenos resultados”.
Francisco Macri puso el acento sobre ese riesgo de espantar las inversiones en el sector si no se implementan las “defensas adecuadas”. Y advirtió sobre el peligro de un retiro en masa de las terminales, hoy en un ciento por ciento controladas por capitales extranjeros. Los directivos de las automotrices eludieron ayer expresar públicamente su opinión sobre las declaraciones de Macri –efectuadas a la mañana por Radio Mitre–, pero muchos admitieron que estaban planteadas en el sentido correcto.
“En todas las reuniones del sector se manifiesta la misma preocupación respecto al año que viene”, expresó un directivo a este diario. Nadie sabe a ciencia cierta qué puede ocurrir en Brasil, ni qué van a hacer las terminales una vez que finalicen los períodos de suspensiones o de vacaciones anticipadas que han puesto en marcha. A partir del 10 de enero, comenzará a conocerse si las firmas están dispuestas a retomar la producción o si, en cambio, prolongan la inactividad.

 

Derrape

ron2.gif (93 bytes)  Francisco Macri planteó un escenario catastrófico: desaparecerán todas las terminales instaladas en Argentina si no se frenan las importaciones asiáticas.
ron2.gif (93 bytes)  Un auto que vale 25 mil dólares ingresaría a no más de 10 mil.
ron2.gif (93 bytes)  También reclamó planes de reactivación del sector ante la segura caída de la demanda de Brasil, país que absorbe el 50 por ciento de las exportaciones de las plantas argentinas.
ron2.gif (93 bytes)  La producción caería de 450 mil unidades este año, a 300 mil en el próximo, por la caída de ventas a Brasil y la recesión local.
ron2.gif (93 bytes)  Los industriales del sector reclaman revitalizar el Plan Canje y el proyecto de “auto económico”.
ron2.gif (93 bytes)  Piden, además, mecanismos de defensa de la producción nacional, tal como aplica Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
ron2.gif (93 bytes)  Desde Economía, Roque Fernández desestima todos esos pedidos.
ron2.gif (93 bytes)  En estos momentos más de 10 mil trabajadores están suspendidos o con vacaciones anticipadas.

 


 

LAS TERMINALES INVIERTEN PARA UN MERCADO AMPLIADO
El Mercosur es el anzuelo

t.gif (862 bytes) Pese al sombrío panorama que describió Francisco Macri, las terminales tienen ambiciosos planes de inversión en Argentina, que son los siguientes:
ron2.gif (93 bytes)  Grupo Fiat: Retornó a la Argentina cuando decidió invertir 700 millones en un complejo fabril en Ferreyra, Córdoba, y en la configuración de su red comercial. De los 1732 millones facturados el año pasado, casi el 85 por ciento corresponde a Fiat Auto. El Palio y el Siena, junto con los productos de su controlada Alfa Romeo, le permitieron ostentar desde el ‘97 el liderazgo por marca en autos, con una participación de mercado del 25 por ciento. Otro de los polos de importancia del grupo es Iveco, la empresa de camiones que el año pasado facturó casi 100 millones de pesos. En noviembre, Iveco anunció una inversión en Ferreyra de 63 millones para producir 2 mil unidades de camiones al año.
ron2.gif (93 bytes)  Renault: En noviembre anunció la venta del modelo Kangoo, para cuya producción en la planta de Santa Isabel, Córdoba, la empresa invirtió 70 millones de dólares. El 50 por ciento de esta producción está planeada para exportar a Brasil y otros países limítrofes.
ron2.gif (93 bytes)  Sevel: Hoy controlada por Peugeot, la empresa anunció este año una inversión de 100 millones de dólares en el Palomar, como parte de un plan de inversión regional de la multinacional francesa de 1200 millones. Según declararon directivos de la compañía, la estrategia de Peugeot es alcanzar un 15 por ciento del mercado argentino. Y también busca fortalecer la línea de utilitarios: para ello, este año lanzó dos modelos (Peugeot Partner y Citroën Berlingo).
ron2.gif (93 bytes)  Volkswagen: A mediados de este año anunció inversiones por 170 millones de dólares en el país para montar la línea de producción del automóvil Passat que hasta ahora se fabrica en Europa. A partir de setiembre del año próximo comenzaría la producción local.
ron2.gif (93 bytes)  Toyota: A un casi dos años de su arribo, la automotriz japonesa apostó este año a producir 15 mil unidades de pick-up en su planta de Zárate, 50% más que el año pasado.
ron2.gif (93 bytes)  Chrysler: Anunció en noviembre que invertirá 15 millones de dólares en su planta cordobesa para comenzar el ‘99 con la fabricación de una nueva versión del jeep Grand Cherokee. La planta de la automotriz norteamericana, con una capacidad de producción de 16 mil unidades al año, está ubicada en localidad cordobesa de Ferreyra y fue inaugurada en abril del año pasado con una inversión de 165 millones de dólares.
ron2.gif (93 bytes)  General Motors: Prometió recientemente invertir 3 mil millones de dólares en el Mercosur en el trienio 1999-2001. Este año, la empresa invirtió unos 40 millones para producir la Grand Blazer en la planta de Santa Isabel, Córdoba. En la planta de Rosario produce el Corsa Wagon, que se exporta a Italia.
ron2.gif (93 bytes)  Mercedes Benz: Invirtió 100 millones de dólares en una nueva planta de utilitarios Sprinter, en González Catán. A mediados de este año amenazó con desviar una inversión por 100 millones de dólares a Brasil si el Gobierno no modificaba la reglamentación para los micros de piso bajo.

 


 

Los trabajadores inician vacaciones no deseadas

En todas las plantas se adelantaron las licencias anuales, se dispusieron suspensiones y se proponen retiros voluntarios.

La caída de la producción y ventas está impactando en las plantillas de las terminales de autos.
Cerca de 10 mil trabajadores del sector sufrirán de una manera u otra esa menor actividad.

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Por David Cufré

t.gif (862 bytes) Los operarios de las automotrices recordarán las fiestas de fin de año como una de las peores de la década. Al menos en lo que respecta a su situación laboral. Suspensiones, vacaciones adelantadas, programas de retiros voluntarios y el fantasma de despidos masivos sobrevolando cada vez a más baja altura los ponen al borde del ataque de nervios.
La advertencia de Francisco Macri sobre el futuro incierto de la actividad no hizo más que profundizar esos temores (ver nota aparte). Sevel-Peugeot, la compañía de la que es accionista minoritario el padre del presidente de Boca, clausuró ayer por adelantado la actividad productiva del ‘98, al iniciar el período de licencias. Los 1600 trabajadores de la planta de El Palomar retornarán a sus labores recién en la segunda semana de febrero. Otros 9000 operarios de las demás terminales también verán extenderse sus vacaciones inusualmente, en un anticipo nada halagüeño de lo que vendrá.
La clave es Brasil. La industria exporta el 50 por ciento de su producción a ese mercado, hoy sumido en una profunda recesión. Los analistas económicos de las terminales consideran que ese panorama se agudizará durante el primer tercio del ‘99. El leve repunte que se experimentaría a partir de entonces sería insuficiente para que las plantas vuelvan a trabajar a full.
Las caídas de las exportaciones y de las ventas locales operadas este año, como correlato de la crisis financiera, ya les costó el empleo a la mitad de los operarios de General Motors (167 personas), a 200 trabajadores de Fiat y a 400 de Renault. Pero ninguna empresa quedó a resguardo del huracán. Desde mitad de año, en uno u otro momento, todas dispusieron suspensiones de personal. En total, ello afectó a más de 10 mil operarios.
La delegación Córdoba del sindicato de los mecánicos advirtió que durante el verano podrían quedar en la calle 1800 trabajadores. La conducción nacional del gremio, por su parte, intenta frenar una catarata de despidos en Ford, que analiza eliminar uno de los tres turnos de producción. En Chrysler, la decisión por ahora fue suspender a 200 empleados durante la primera quincena de enero, quienes cobrarán, como ocurre en las demás terminales, el 75 por ciento de sus salarios por esos días. Finalmente, Volkswagen también anticipó vacaciones a sus 3000 empleados.
El derrape de las terminales repercute directamente sobre sus proveedores. Por ello, las autopartistas, junto a la Asociación de Fabricantes de Autos (Adefa) y la conducción de Smata, solicitaron el auxilio del Gobierno. El mes pasado presentaron tres propuestas para reactivar las ventas en el mercado local. Pero en el Ministerio de Economía ya les bajaron el pulgar, aduciendo que implican un costo fiscal imposible de asumir en momentos en que la recaudación impositiva viene en baja y resulta difícil cumplir con las metas exigidas por el FMI.
El secretario de Industria, Alieto Guadagni, presionado por las empresas, insiste en que todavía se estudia una de aquellas alternativas: relanzar el Plan Canje. La idea es que el Gobierno reduzca la carga impositiva sobre algunos modelos para abaratar sus costos de venta al público. Con ello, aseguran las automotrices, se podrían colocar 50 mil unidades más en 1999. Sin contar con ese aliciente, las empresas estiman que las ventas del próximo año ascenderán a 460 mil unidades, frente a las 450 mil que se concretarían este año. A mediados del ‘98, su pronóstico era que la adquisición de vehículos de esta temporada rondaría las 510 unidades, una cifra que quedó enterrada por la crisis.

 


 

NO HAY ACUERDO PARA UN REGIMEN AUTOMOTOR COMUN
Uruguay es David entre dos Goliat

t.gif (862 bytes) El otro frente que ocupa la atención de las automotrices, además del inquietante panorama actual de las ventas locales y de las exportaciones, es la negociación del nuevo régimen sectorial del Mercosur. La definición del acuerdo resulta decisiva para las empresas, puesto que necesitan conocer las reglas de juego futuras para proyectar sus inversiones.
Ayer estaba prevista una reunión entre los negociadores de los cuatro países, pero se canceló debido a la imposibilidad de Uruguay de definir una contrapropuesta al convenio que firmaron hace dos semanas Argentina y Brasil. Uruguay y Paraguay discrepan con la propuesta elevada por los socios más poderosos del Mercosur. Justamente, ayer debían puntualizar cuáles son sus demandas, pero el cónclave no se concretó. Aquellos países no están de acuerdo con elevar el Arancel Externo Común al 35 por ciento a partir del año 2003. La industria automotriz es incipiente del otro lado del Río de la Plata y Paraguay directamente carece de terminales. Por ello, el abastecimiento de sus mercados depende de las importaciones, y la suba del AEC encarece el costo de compra de vehículos a sus consumidores.
La explicación oficial fue que el ministro de Industria uruguayo, Julio Herrera, no podía hacerse presente en Río de Janeiro –lugar previsto para la cita– por problemas de agenda. Pero desde la última cumbre de presidentes del Mercosur, realizada hace dos semanas, se sabe que las exigencias del país vecino son difíciles de aceptar para Argentina y Brasil. Además de reclamar un arancel diferenciado más bajo, Uruguay pretende un plazo de transición para encuadrarse dentro del AEC hasta el 2013. Paraguay haría el mismo reclamo. En cambio, los países que llevan las riendas del bloque regional propusieron que la transición sea hasta el 2003. La reunión quedó pendiente sin fecha cierta, según señalaron los funcionarios de los cuatro gobiernos.

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