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Roque dejó de regalo de fin de
año un IVA completo a las prepagas

Economía logró que Menem vete el IVA de 10,5% a las prepagas,  que al quedar gravadas serán alcanzadas por la tasa general. El  lobby del cable fue más fuerte y evitó esa misma maniobra.

Pablo Giordano y Eduardo Franciosi, representantes de las prepagas.
Aseguran que perderán
afiliados, que irán hacia los hospitales públicos.

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Por Cledis Candelaresi

t.gif (67 bytes) A través del decreto 1517 el Poder Ejecutivo vetó ayer parte del artículo de la reforma tributaria que grava el servicio de la medicina prepaga con una alícuota diferencial del IVA (10,5 por ciento), con la intención de que sea alcanzado con la tasa plena (21 por ciento). Se trata de una decisión políticamente muy controvertida, que enfrentó a los miembros del gabinete nacional entre sí y con el Congreso, donde ayer se sugería que la medida presidencial sería resistida. Los otros vetos a la ley impositiva (ver aparte) anoche terminaron de exasperar el ánimo de los legisladores, que amenazan con una “ola antiveto” a partir de marzo.
Todos los funcionarios de Jefatura de Gabinete consultados ayer por Página/12 aseguraron que la determinación de gravar a las prepagas con un IVA del 21 por ciento fue tomada por Roque Fernández. El dato resulta consistente al menos por dos razones: Economía es partidaria de aumentar la recaudación; en el proyecto de reforma tributaria que se giró al Congreso ya el gobierno había fijado aquella alícuota, con la obvia anuencia del Palacio de Hacienda.
Sin embargo, en un contacto telefónico con el diputado justicialista Oscar Lamberto, el encargado de relaciones institucionales de Economía, Carlos Bercún, habría deslindado responsabilidades, negando que la iniciativa haya surgido de su ministerio.
Según trascendió ayer desde la Casa Rosada, la decisión se tomó el 24 de diciembre, durante un cónclave en la quinta de Olivos del que participaron Fernández, Erman González, Jorge Rodríguez y Alberto Mazza. Allí se habrían enfrentado dos posiciones extremas: la del ministro de Economía, partidario de alcanzar a las prepagas con una alícuota del 21 por ciento y la del ministro de Salud, proclive a eximirlas. El argumento esgrimido por Mazza fue que si, previsiblemente, las prepagas aumentan el precio de su servicio, habrá un éxodo masivo de afiliados hacia el sistema de salud público, incapaz de atender esa demanda.
Lo que ningún funcionario puede argumentar adecuadamente es por qué se eligió a las prepagas y no a la TV por cable, que por decisión parlamentaria también estará alcanzada con una alícuota de sólo el 10,5 por ciento. “Fue lo políticamente posible”, comentó ayer ante este diario el secretario de Jefatura, Miguel Solé; “Con los medios se hace lo que se puede, no lo que se quiere”, confesó Néstor Alcalá, el otro colaborador de Rodríguez. En resumidas cuentas: un lobby es más poderoso que el otro.
A raíz de este veto el Gobierno debería enfrentar algunos problemas legales. Si el texto no fuera censurado con absoluta prolijidad, existe el riesgo de que las empresas afectadas sostengan que, en realidad, quedaron tan exentas como hasta ahora e intenten hacer valer este criterio con la Justicia. Aún en el caso de que el veto haya sido redactado correctamente, las empresas amenazan con objetarlo por “inconstitucional”, ya que el Ejecutivo se habría arrogado la potestad de legislar. Este es uno de los varios puntos de contacto con los legisladores, quienes, cuando se debatía la reforma, intentaron eximir del IVA tanto a las prepagas como a los medios. “No están respetando la voluntad del legislador, que decidió aplicar alícuotas diferenciales. No le corresponde al Ejecutivo crear o modificar impuestos y ni siquiera eso puede hacerse por iniciativa del Senado. Estrictamente, es una potestad de Diputados”, comentó a Página/12 Lamberto desde la santafesina Gálvez. Desde el Ejecutivo ya se esboza una réplica: “Desde 1989 –recuerda Alcalá, también ex legislador oficialista– el Congreso bloqueó sistemáticamente todos los intentos de generalizar el IVA”.

 

Tope a tasas “en análisis”

Carlos Menem anunció ayer que “en principio vetaría” la ley que impone topes a las tasas que cobran los bancos por la financiación con tarjetas de crédito. Esa regulación “va en contra de la economía de mercado”, justificó. No obstante, Menem señaló que “todavía tenemos tiempo” para analizar el tema y recordó que existe una propuesta de los banqueros para abaratar los costos de las financiaciones con los plásticos a cambio de que se vete la ley. Rápidamente, las entidades representativas de los pequeños comerciantes aseguraron que, en caso de que Menem la vete, reclamarán a los legisladores que insistan con la norma.

 


 

RECORTES A LA REFORMA TRIBUTARIA Y AL PRESUPUESTO
El señor Veto al ataque

Por C.C.

t.gif (862 bytes) Los vetos a la reforma tributaria no son la única contrariedad que sufrió ayer el Congreso. A través de otro decreto el Poder Ejecutivo también vetó varias partes de la Ley de Presupuesto 1999, incluyendo el que sube de 1 a 3 pesos la contribución estatal al financiamiento de los partidos políticos. La bancada oficialista acusó el impacto. “No respetan los acuerdos que hicimos con ellos (por los funcionarios del Ejecutivo) y con la oposición”, se quejaba ayer un colaborador del diputado Humberto Roggero.
Uno de los grandes desafíos de los legisladores oficialistas será enfrentar a colegas de su propio palo y del ajeno con quienes, efectivamente, celebraron acuerdos que los vetos anularán.
Uno de ellos fue el pacto sellado con la oposición para triplicar el Fondo Partidario Público (aporte del Estado a los partidos), propuesta de la Alianza que el oficialismo acogió de buen grado. Aunque esto significaba aumentar los gastos en alrededor de 40 millones de pesos, hasta el miércoles Roque Fernández estaba dispuesto a ceder, al igual que la Jefatura de Gabinete y el propio secretario de la Presidencia, Alberto Kohan, había avalado esa suba.
Pero finalmente primó el criterio de tratar de eliminar todos los añadidos del Congreso que no tienen financiamiento previsto, según explicó ante Página/12 una fuente de Jefatura. Así, el veto sobre la Ley de Presupuesto también alcanzó a la decisión de asignar 20 millones de pesos a programas de agua potable para un grupo de provincias, en detrimento del subsidio presupuestado para Metrovías.
Tampoco sobrevivió el artículo que amplía el alcance de los regímenes de promoción agrícola, haciéndolo extensivo a una decena de provincias (en lugar de las tres históricas) y subiendo los cupos para diferir impuestos. Esto promete reeditar la pulseada en torno del Presupuesto 1998: el Ejecutivo vetó y el Congreso, movido por los gobernadores y el lobby de las empresas interesadas, insistió con los dos tercios.
No será tarea sencilla para los hombres del Congreso digerir las otras censuras al texto de la ley tributaria. Entre otros tantos retoques, el Ejecutivo renunció a la facultad que le otorgaba el Parlamento de rebajar en un futuro, y en determinadas situaciones, la alícuota del 15 por ciento sobre los préstamos empresarios. Presumiblemente, esa autorización fue concedida por los legisladores después de escuchar largamente las quejas del empresariado, adverso a esta medida.
El Presidente también vetó la retroactividad del régimen de precios de transferencia, por la cual se obligaría a muchas trasnacionales a pagar varios miles de millones. Pero en este caso, no habrá conflicto institucional: los propios legisladores se aprestaban a hacer esa corrección con una futura ley.

 


 

LAS PREPAGAS IRAN A LA JUSTICIA PARA FRENAR LA MEDIDA
El 21 por ciento va directo al cliente

t.gif (862 bytes) Un par de horas después de que Carlos Menem confirmara que las prepagas tributarán un IVA del 21 por ciento, en vez del 10,5 sancionado por el Congreso, los empresarios del sector advirtieron que trasladarán a las facturas la mayor carga impositiva.
En los hechos, esto implica que la tarifa promedio del sistema pasará de los actuales 160 pesos a 193,60 a partir del primer día del ‘99. Los empresarios recurrirán a la Justicia para intentar frenar la medida, a la que califican de “inconstitucional”.
“El encarecimiento de los costos de la salud sólo se explica por la voracidad fiscal del Poder Ejecutivo. Pero Roque Fernández debería saber que, lejos de mejorar las cuentas fiscales, con esta medida las empeorará”, aseveró ayer Pablo Giordano, titular de ADEMP, una de las agrupaciones que representan a las prepagas, durante una conferencia de prensa. De acuerdo con las cuentas que sacan en las compañías, el aumento en las cuotas provocará la desafiliación de casi medio millón de clientes, sobre un total de 2,2 millones.
“Economía piensa que recaudará 420 millones adicionales por año. Pero lo cierto es que ese monto será sensiblemente menor debido a la fuga de beneficiarios que no podrán hacer frente a los mayores costos y a que esas personas irán a atenderse a los hospitales públicos”, comentó a Página/12 uno de los empresarios presentes en la conferencia. Mientras tanto, clientes de varias prepagas recibirán por estos días las facturas que ya estaban impresas, con un IVA del 10,5 por ciento.

 

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