Por primera
vez desde el cese de la ofensiva aérea británicoestadounidense hace nueve días, Irak y
Estados Unidos protagonizaron ayer un nuevo enfrentamiento armado. Esta vez hubo un
resultado inquietante para los aliados: Bagdad se atribuyó haber derribado un avión
enemigo. Los bombarderos norteamericanos abrieron fuego contra baterías
antiaéreas en el norte de Irak, a las que según la Casa Blanca destruyeron.
Irak informó que cuatro personas resultaron muertas y otras siete heridas. El presidente
estadounidense, Bill Clinton, defendió la acción de los pilotos estadounidenses y la
calificó de muy adecuada. Ellos atacaron porque fueron atacados, indicó.
No atacamos a Estados Unidos. No bombardeamos Miami Beach, respondió con
cierta sorna el embajador iraquí ante la ONU, Nizar Hamdoon.
Estados Unidos anunció que continuará con su política de hacer respetar el área de
exclusión aérea en el norte y el sur de Irak. Forma parte de la política de
contención para mantener a raya a Irak, agregó Clinton en Washington. Rusia, por
su parte, instó a seguir buscando una solución política y recomendó no emprender
ninguna medida que ponga en peligro la recuperación de una atmósfera para la
búsqueda de una solución política, según un comunicado del Ministerio de Asuntos
Exteriores que preside Igor Ivanov. Según informó la Casa Blanca, aviones
estadounidenses estacionados en Turquía se encontraban realizando un vuelo regular de
control sobre la zona de exclusión aérea en el norte de Irak, cuando fueron atacados por
misiles tierra-aire. Irak se atribuyó haber derribado un avión enemigo,
según dijo un portavoz militar a la Agencia Iraquí de Noticias, pero la noticia fue
rechazada por el Pentágono. Los misiles disparados por los caza estadounidenses sí
impactaron sin lugar a dudas, y lo hicieron principalmente sobre misiles anti-radar.
Afirman que todos los aviones regresaron sin problemas a la base turca de Incirlik, que
Estados Unidos utiliza juntamente con Turquía.
Desde esta base, se controla la zona norte de Irak. Allí hay estacionados unos 48 aviones
británicos y estadounidenses F-15, F-16 y Tornados, así como sistemas de control y
alerta Awacs (Airbone Warning and Control System). El primero en reportar sobre el
incidente fue Irak. Un portavoz militar en Bagdad declaró que varios aviones
hostiles atacaron dos veces posiciones en el norte del país. En el primer
ataque, que se produjo a las 7.25, la defensa aérea iraquí obligó a que los aviones
regresaran a Turquía, señaló.
En el segundo ataque, a las 10.37, los aviones estadounidenses impactaron sobre una
posición de la defensa aérea, explicó el militar. Ayer, Estados Unidos y Gran Bretaña
instaron nuevamente a Irak a respetar la zona de exclusión aérea. Portavoces de los
gobiernos de Londres y Washington habían advertido que contraatacarían si los efectivos
aliados eran atacados durante los vuelos de control.
Aviones estadounidenses y británicos controlan el espacio aéreo en el norte del país
desde la Guerra del Golfo de 1991, para proteger a la minoría kurda en el norte de Irak y
a la minoría shiita en el sur. La prohibición de vuelos rige al norte de los 36 grados y
al sur de los 33 grados de latitud, y ocupa la mayoría del espacio aéreo de Irak.
El vicepresidente iraquí, Taha Jassin Ramadan, dijo el sábado que las zonas de
exclusión de vuelo declaradas por Estados Unidos y Gran Bretaña en el norte y sur del
país eran ilegales, y anunció que derribaría cualquier avión que ingresase a su
espacio aéreo. Insistió en que la prohibición de vuelos es una medida estadounidense y
británica, que no cuenta con la aprobación de las Naciones Unidas. Debido al nuevo
incidente, la Liga Arabe suspendió la sesión extraordinaria de ministros de Asuntos
Exteriores que había convocado para este miércoles en Jordania. La reunión tendrá
lugar el 24 de enero. Confían en que entonces habrán tenido suficiente tiempo para
deliberar entre ellos.
EL CERCO INFORMATIVO DE SADDAM
La ciudad prohibida
Por Ferrán Sales desde Mosul,
Irak
Tikrit, la cuna del
actual régimen de Irak y lugar de nacimiento del presidente Saddam Hussein, se ha
convertido en una ciudad prohibida. La localidad se encuentra cerrada a la prensa
internacional después de que sufriera importantes daños por los ataques
angloestadounidenses. Quedaron destrozados un buen número de instalaciones militares y
civiles sin que se pueda conocer exactamente los daños o víctimas. El paso por
Tikrit no está permitido, tiene que dar un rodeo, informaba el domingo 27 un guía
del Ministerio de la Comunicación a un periodista extranjero que trataba de cruzar con su
automóvil por el centro de esta ciudad 140 kilómetros al norte de Bagdad,
cuando se dirigía por la carretera principal hacia la localidad de camino de Mosul,
situada 260 kilómetros más al norte.
Las palabras del guía no eran información: eran una orden. La superioridad sometió a un
cerco informativo a la ciudad más emblemática del régimen. Las operaciones de castigo
de los misiles nortamericanos y británicos se centraron preferentemente en el palacio
presidencial de Saddam Hussein, una verdadera ciudad amurallada a espaldas del Tikrit
tradicional, y en la que hay todo tipo de lujos y lugares de recreo, incluidas tiendas de
moda, almacenes de alimentos, hoteles y un gran lago artificial.
Pero además del palacio, los aviones bombardearon un número considerable de cuarteles,
situados al pie de la carretera, en el norte de la ciudad. La operación militar supuso
también la destrucción de un convoy de camiones del Ejército cuando se disponían a
transportar tropas hacia la frontera. La maniobra militar alcanzó unos almacenes de
arroz, donde se había acumulado gran cantidad de este alimento, destinado a la región
del norte, transportado allí por organizaciones humanitarias.
Los ataques parecen no haber afectado a la gran refinería de petróleo de Beiji, y que
junto con las plantas de Basora y de Dora, en Bagdad, constituyen los tres centros de
tratamiento de crudo más importantes del país. Los aviones nortamericanos y británicos
aparentemente decidieron obviar este objetivo de Beiji, así como una docena de grandes
instalaciones militares anexas entre las que se encuentran dos acuartelamientos de
blindados.
Los militares iraquíes parecen haber salvado una parte importante de su Ejército, entre
otras razones gracias a una política de dispersión que les llevó a disgregar las tropas
por todo el territorio, evitando la concentración de hombres y de armamento. La prueba de
esta táctica está en esas decenas de camiones y blindados que se encuentran
desparramados por los campos cercanos a los acuartelamientos de Beiji, a una distancia
considerable los unos de los otros. La estrategia de protección llevó incluso a los
mandos militares iraquíes a ordenar que se enterraran los blindados, que el lunes por la
mañana, al igual que los soldados, se desperezaban con la salida del sol, saliendo como
si fueran topos de debajo de la tierra.
|