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Después de cinco horas de discursos, la Cámara de Diputados aprobó ayer el acuerdo que suscribieron el 16 de diciembre los presidentes de la Argentina y Chile para dar por terminado el diferendo limítrofe en torno de los Hielos Continentales. Ahora el tema pasará al Senado, que lo tratará recién en marzo. El nuevo tratado establece el límite en el sector sur de la disputa en base al principio de las altas cumbres y la divisoria de las aguas, una delimitación que surge de la geografía, según el radical Marcelo Stubrin. Con la media sanción, la Cámara baja dio un paso fundamental para terminar el último conflicto limítrofe que quedaba con Chile. La disidencia de la jornada la planteó la santacruceña Cristina Kirchner (PJ), quien se puso al frente de los únicos nueve legisladores que objetan el acuerdo. Según Kirchner todavía quedan cien kilómetros de frontera sin definir, y reclamó que se confeccione un mapa antes de dar por terminada la disputa. Tres horas y media después del horario previsto, la Cámara de Diputados comenzó a tratar el acuerdo que firmaron en Buenos Aires el presidente de Chile, Eduardo Frei, y de la Argentina, Carlos Menem, para encontrarle una solución al prolongado diferendo limítrofe después de haber desechado la alternativa de dibujar una nueva frontera mediante el dibujo de la denominada poligonal. Pese a la inquietud que sobrevoló el recinto cuando el número de legisladores presentes atentaba contra la presencia de los dos tercios de los integrantes del cuerpo necesarios para aprobar el tratado, finalmente 162 legisladores levantaron sus manos y el tema de la nueva frontera pasará ahora al Senado. El acuerdo consta de siete artículos en los que se establecen los referentes geográficos de los que surgirá la nueva divisoria. También se dispone el proceso que se seguirá para fijar la frontera definitiva entre ambas naciones. Esto es la demarcación en el terreno de los hitos, la que estará a cargo de una Comisión Mixta de Límites Argentina-Chilena, que también se ocupará de la confección final del flamante mapa en la zona. Justamente la ausencia de este mapa fue una de las objeciones enumeradas por la diputada justicialista por Santa Cruz, Cristina de Kirchner, quien aseguró que en el acuerdo no se establece claramente el límite entre el cerro Fitz Roy y el Daudet. Por supuesto señaló el diputado radical Marcelo Stubrin, todavía no hay un mapa consensuado de la zona. El levantamiento de una cartografía adecuada es el primer paso que prevé el acuerdo. Stubrin agregó que se optó por un criterio divisorio donde nadie gana ni nadie pierde, simplemente no hay arbitrariedad porque manda la geografía, el terreno. En el mismo sentido se manifestó el justicialista Fernando Maurette, quien junto a Stubrin y el socialista Guillermo Estévez Boero integraron el denominado Grupo de los Hielos, que se ocupó de consensuar el tramo final del tratado con su pares del Parlamento chileno. No hay que perder de vista dijo Maurette que un tratado de límites entre dos naciones tiene que ser firmado por los dos países y aprobado por los dos Congresos. Si un país está en un ciento por ciento conforme, el otro seguramente no lo estará y no lo firma, por lo tanto no habría tratado. Estévez Boero también respondió a las objeciones de los siete diputados que ayer votaron en contra y las de los siete que se abstuvieron de hacerlo: El logro de este acuerdo es el triunfo, no de una tesis, sino de la racionalidad; de la articulación de los tratados vigentes con la realidad geográfica. El acuerdo todavía debe ser refrendado por el Parlamento chileno, que tiene previsto tratarlo a fines de enero del año próximo.
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