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QUEDARON LIBRES LOS RESPONSABLES DEL CASO GAL
Con una ayudita de los amigos

Fue suspendida la prisión del ex ministro del Interior español  José Barrionuevo y sus colaboradores. Condenados por excesos de  represión antiterrorista, agradecieron ayer a Felipe González.

El ministro Barrionuevo y su colaborador Vera hablan a los periodistas afuera de la prisión.
Barrionuevo fue el más locuaz de los liberados: “Entramos inocentes y salimos inocentes”, dijo.

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Por José Yoldi  desde Madrid

t.gif (67 bytes) El ex ministro socialista español del Interior José Barrionuevo, y quien fuera su secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, abandonaron ayer martes la prisión de Guadalajara. El Tribunal Constitucional suspendió la ejecución de la pena de prisión que les resta por cumplir, y a la que fueron condenados por los excesos de la represión antiterrorista contra ETA, en lo que se conoció como caso GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). De idénticas decisiones se beneficiaron el ex director general Julián Sancristóbal, el ex comisario Miguel Planchuelo y el ex secretario de los socialistas de Vizcaya Ricardo García Damborenea. El sexto condenado, el ex comisario Francisco Alvarez, que no solicitó la suspensión de su condena al Tribunal Constitucional, obtuvo ayer de la Generalitat de Cataluña (gobierno catalán) el régimen abierto. Al salir, Barrionuevo agradeció el apoyo del ex premier socialista Felipe González.
La Sala Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Rafael Mendizábal, Julio González Campos, Tomás Vives, Vicente Conde y Guillermo Jiménez, consideró ayer que la suspensión de la ejecución de las penas para Barrionuevo, Vera, Sancristóbal y Planchuelo no causan “una perturbación grave del interés general”. El Tribunal había rechazado el 26 de noviembre pasado la petición de suspensión formulada entonces, debido a “la duración de las penas impuestas, así como la naturaleza de los hechos por los que se impusieron y el hecho de no haberse cumplido prácticamente sino los primeros meses de la condena”. Barrionuevo, Vera y Sancristóbal habían sido condenados a 10 años de prisión y 12 de inhabilitación. Planchuelo, a 9 años y 6 meses y a 11 años de inhabilitación. Damborenea a 7 años de cárcel y otros tantos de inhabilitación. Los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) habían operado fundamentalmente en el País Vasco y en el sur de Francia en el momento de máxima actividad de los separatistas vascos de ETA. Barrionuevo y sus colaboradores siempre negaron su responsabilidad, pero el caso GAL fue determinante en el revés electoral que llevó al gobierno al actual premier conservador José María Aznar, del Partido Popular (PP).
El indulto concedido por el gobierno redujo sus condenas en sus dos terceras partes. Apenas 30 horas pasaron en prisión el ex ministro José Barrionuevo y el ex secretario de Estado Rafael Vera desde su reingreso el lunes, tras disfrutar de un permiso de fin de semana para celebrar Navidad. “Entramos en esta cárcel siendo inocentes y salimos igualmente siendo inocentes”, dijo Barrionuevo a las 16.20 de ayer, al recobrar la libertad.
Exactamente a la misma hora, como si fuera una acción sincronizada al segundo, abandonaron el penal de Ocaña (Toledo) el ex gobernador civil de Vizcaya Julián Sancristóbal y el ex jefe de policía de Bilbao Miguel Planchuelo. El último en quedar libre fue el ex secretario general de los socialistas vizcaínos Ricardo García Damborenea, que abandonó la prisión de Alcalá-Meco (Madrid) sobre las 18.30.
El más locuaz de los excarcelados fue Barrionuevo, que en su nombre y en el de Vera, declaró: “Entramos en prisión injustamente en virtud de una decisión sin pruebas y condenándonos por algo que no hemos hecho. Seguiremos luchando para que esa verdad y la razón resplandezcan en todos los ámbitos”. El ex ministro pronosticó que cuando llegue el día en que “resplandezca la razón” no va a haber tantos comentarios como ahora y que “los que han hecho todos esos comentarios reconozcan que han cometido una injusticia”.
Barrionuevo señaló que gracias al apoyo del PSOE, de las Juventudes Socialistas y de otros grupos, “se va imponiendo, aunque sea con dificultades, el camino de la razón y de la justicia”. También agradeció su apoyo a “quien ha estado en la última fase del procedimiento: Felipe González Márquez”. Dicho lo cual, los dos ex altos cargos de Interior se encaminaron a sus coches, entre los aplausos de unos simpatizantes. Pese a que le hacía “mucha ilusión”, Barrionuevo no correrá los 10 kilómetros de la San Silvestre de Vallecas, que se celebrará mañana, según fuentes de la organización. En vez de eso, se irá a descansar a Almería.
Rafael Vera sólo comentó al llegar a su casa de Torrelodones (en Madrid) que se dedicará a trabajar, sin especificar dónde ni en qué –“ya lo conocerán”, prometió con un punto de misterio– y, claro, que está “contento”.
“Muy contento” fue la expresión que usó también Planchuelo, cuyos planes pasan por “unos días de tranquilidad y de vacaciones”. Más o menos los mismos que Sancristóbal, quien reconoció que su salida de prisión es ahora “mucho mejor y más larga” que la que disfrutó durante el fin de semana. García Damborenea fue el último en dejar atrás los barrotes, debido a que la orden de libertad no llegó hasta las seis de la tarde.

 

LINO OVIEDO LIMITO LA PROTESTA DE AYER EN PARAGUAY
El ex golpista eligió la no violencia

t.gif (862 bytes) El ex general golpista Lino Oviedo terminó adoptando la no violencia. Luego de prometer para ayer cortes de ruta, huelgas de transporte y manifestaciones masivas y violentas contra sus opositores paraguayos (“los que vaciaron el Estado”), el ex golpista súbitamente llamó a sus seguidores a cancelar el dispositivo masivo que tenían planeado. Una encuesta reveló ayer que 6 de cada 10 paraguayos creen que el poder en el país es de Oviedo y no del Congreso o del presidente constitucional Raúl Cubas.
Aunque algunos oviedistas desobedecieron la orden de su líder, se contentaron con manifestaciones pacíficas frente al palacio de la Corte Suprema y la residencia de algunos funcionarios. Su héroe aparentemente estuvo intimidado por la feroz reacción que provocó su acto de la semana pasada, aun entre sectores muy cercanos a él. El revés oviedista actuó como un tónico para los dirigentes de la oposición paraguaya, uno de los cuales afirmó que ahora “no habrá ninguna transa” con el ex golpista.
La actitud había sido muy distinta la semana pasada, cuando Oviedo parecía a su vez haber triunfado en su campaña de intimidación contra ellos. El general había respondido al fallo de la Corte Suprema que le ordenaba volver a prisión (por su golpe de 1996) con un crescendo de manifestaciones que la semana pasada llegó a un asedio a la Corte Suprema, que provocó cinco heridos y diez lesionados (incluyendo al arzobispo de Asunción). Aunque exitoso en el corto plazo –actualmente no se oye hablar de la destitución parlamentaria a su protector, el presidente Raúl Cubas-, las tácticas de fuerza del golpista le alienaron gran parte de su apoyo. Además de la sorpresiva (aunque inevitable y formalista) condena a la violencia pronunciada por Cubas, grupos de campesinos habían implorado al general a no cortar las rutas a la capital, puesto que les significaba una gran pérdida de dinero.

 

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