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CHARLA CON LAS DIRIGENTES ESTUDIANTILES DE LA UBA
Las chicas están en el centro

Reunidas por Página/12, las únicas cuatro mujeres que presiden  centros de estudiantes en la universidad porteña hablan de sus  experiencias en la política y los problemas de sus facultades.

Ellas son Ana Laura Sofía, Laura Núñez Kniznik, Jimena Lusa y Patricia Ceriani.
Representan a los alumnos de Filosofía y Letras, Ciencias Exactas, Psicología y Arquitectura.

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Por Cecilia Sosa

t.gif (862 bytes) Cuando la política parece una mala palabra para muchos jóvenes, ellas la abrazan como opción vital. Fuman y echan chispas por los ojos cada vez que discuten con sus adversarios. Promedian los 25 años y desde sus agrupaciones lograron proyectarse hasta alcanzar la cima de sus facultades. Son las únicas mujeres que, en la UBA, presiden cuatro de los trece centros de estudiantes. En Ciencias Exactas, Filosofía y Letras, Arquitectura y Psicología, la dirigencia estudiantil hoy se llama, respectivamente, Laura Núñez Kniznik, Ana Laura Sofía, Patricia Ceriani y Jimena Lusa. Las dos primeras militan en la Corriente Estudiantil Popular y Anti-imperialista (Cepa); las segundas, en Franja Morada.
Los tiempos cambiaron y hoy la política puede hacerse con rimmel. Así lo saben las chicas que, sin embargo, disienten a la hora de responder si la feminidad resultó un obstáculo para postularse. “Antes, las mujeres iban a los comités a hacer empanadas. Y hoy sería una necedad decir que lo cultural no pesa. La diferencia es que a algunas esto las aplasta. Yo le doy pelea”, asegura Jimena, de Psicología, convencida de que más allá del género lo importante “es ser consecuente y romperse trabajando”. Ana –que da clases de historia en un secundario– diagnostica al instante: “Las mujeres sufrimos una doble opresión: la de ser mujeres en un sistema capitalista. Esto se nota en la militancia: por algo no conozco presidentas de la FUBA ni de la FUA. Y somos sólo cuatro las presidentas en las trece facultades de la UBA. Yo tuve que demostrar que tenía la capacidad de un hombre pare ser dirigente”, confiesa. En cambio, para Patricia, de Arquitectura, el camino estaba abierto: “Ya hubo una mujer a cargo del centro y más de tres son presidentas en las facultades de Arquitectura del país. Ya no sorprendemos”, dice.
También son firmes al definir las prioridades en sus centros de estudiantes. “Logramos detener nuevos proyectos del Fondo para el Mejoramiento de la Calidad Universitaria (Fomec), que en Exactas prendió mucho”, asegura Laura, y explica: “Estos préstamos del Banco Mundial endeudan aún más a las facultades, que terminan comprometiendo sus presupuestos para acceder a los créditos. Además, pretenden dictar qué líneas de investigación deben seguirse. Los detuvimos sólo por ahora, el tema sigue latente”, advierte. En tanto, en Psicología, lo prioritario es reformar la currícula para que la práctica sea obligatoria. “Es ridículo que el área de la Salud Mental esté excluida del Hospital de Clínicas y que alguien pueda recibirse de psicólogo sin haber visto nunca un paciente. También hay que reformar el plan de estudios para abrir áreas nuevas. La clínica está muy saturada”, dice Jimena.
Franja Morada, en Alianza con el Frepaso, detenta el poder estudiantil en nueve facultades de la UBA, mientras que la Cepa gobierna en Filosofía y Letras, Ingeniería y Exactas. “Existen grandes diferencias entre los centros de estudiantes que manejan Franja y la Cepa”, dispara Ana. “Nosotros proponemos medidas ofensivas para enfrentar las privatizaciones del Gobierno. No nos amoldamos como hacen la UBA y la FUBA, que aceptan el arancelamiento de trámites, la venta de servicios o la privatización de los espacios de las facultades”, denuncia. Y remata: “Lo que se pretende es llegar a una formación generalista y que la especialización se haga en posgrados arancelados para una élite que satisfaga las necesidades de las empresas”. Desde Franja Morada, Patricia se defiende: “En Arquitectura también combatimos el recorte presupuestario. Pero siempre desde la unidad y haciendo que la facultad siga abierta. No desde la guerra. Frente a un Gobierno que quiere un pueblo sin educación, más manejable y menos crítico, no podemos darnos el lujo de cerrar los talleres y las aulas”, alega.
El inicio en la política fue para Ana y Jimena parte de una tradición familiar. Para Laura y Patricia, un giro repentino. Pero, en los cuatro casos, el fogueo coincidió con la lucha contra la Ley de EducaciónSuperior. Y, diferencias políticas al margen, coinciden en el protagonismo que tiene la militancia en sus vidas. “Cuando uno se compromete a cambiar las cosas, todo gira alrededor de eso. La pregunta es cómo integrar todo y con ganas. Porque para dirigir un centro hay que estar. Pero yo, con gusto”, dice Laura que, además, es docente en el CBC y la carrera de Física. Jimena coincide: “Si elegís ejercer la política, vivís con ella todo el tiempo. Si no lo hiciera, me sentiría una infeliz total”. En cambio, para Patricia “primero viene la labor académica, estudiar y dar clase. Si no tomara en serio mi carrera, no podría militar”, dice.

 

La política del corazón

“Estuve casada con un arquitecto pero no lo resistió –confiesa Patricia–. Ahora estoy saliendo con un chico de la Franja y es la combinación perfecta”, festeja mientras reconoce que la vocación política hace mella en la vida sentimental. También Ana encontró el amor unido a la política: “Uno de mis objetivos esenciales es poder aportar algo a la confrontación del sistema. Y es fundamental poder compartirlo en pareja”. Para Jimena lo prioritario es el respeto: “Me enorgullece que la persona que está al lado mío elija lo que le gusta, que no nos traicionemos”, alega. Para las vacaciones, las presidentas organizaron sus planes a medida. “Nos vamos a Córdoba, al campamento que organiza la Cepa –dicen Laura y Ana–. Es un encuentro nacional donde más de 500 personas, en vida comunitaria, combinan lo recreativo con la discusión y el balance de las actividades del año”, explican. Jimena se queda en Buenos Aires, pero trabajando en la FUBA. “Queremos que el año que viene la federación tenga personería jurídica y avanzar en la lucha para derogar la Ley de Educación Superior”, dice. Y Patricia preparará finales y pintará su departamento nuevo.

 

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