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Por M. Fernández López
Gracias por el juego
El último año no aumentó el consumo de alimentos, pero sí la porción del mercado alimentario abastecida por supermercados y las quiebras en el comercio. Dice el viceministro: En el capitalismo nadie se apropia de nada, lo produce. Si uno cree que la economía es un juego de suma cero entre ladrones y gente buena, no entendió nada. Por su contexto, economía alude a la realidad económica, donde sí hay ladrones y honrados, y cada vez más de los primeros, cuya producción es mover a los bolsillos propios lo que antes estaba -ya producido- en los bolsillos de los segundos. Pero juego de suma cero es un modelo, que pertenece a la ciencia de la economía. Y su estudio, que no es ningún juego, sino una ardua disciplina, ha ocupado en estos 50 años a las mentes más potentes de la ciencia, de Von Neumann para acá. Como cualquier instrumento de análisis, tiene un ámbito de aplicabilidad, que no es el examen de LA ECONOMIA en su conjunto o en amplios segmentos, sino la economía de pequeños grupos. En los juegos de suma constante, dos jugadores se disputan la obtención de un premio fijo, y su arte es elegir una estrategia entre varias posibles. Dos aspiran a un premio de $ 100. Si uno obtiene 30, quedan 70 para el otro; si pasa a ganar 35, al otro le restan 65, etcétera. Si se computan los avances o retrocesos, el primero incrementa su ganancia en 5 y el segundo sufre una pérdida de 5, o una ganancia de -5. La suma de ganancias y pérdidas siempre es cero. Es cuestión de gustos llamar ganancia o robo a resultados donde uno obtiene lo que el otro pierde, como en fútbol o en el culo sucio (me refiero al juego de naipes). El caso célebre, de libro de texto, es la batalla por una porción del mercado, donde dos empresas rivales usan diversas estrategias para aumentar su porción en un mercado de tamaño fijo. Pueden ser dos modos de organizar las empresas: pymes vs. gran empresa. Por ejemplo, el almacén de barrio vs. el supermercado. El supermercado anuncia en medios, ofrece promociones, etcétera. Compra en gran escala y puede vender a menor precio. El almacén ¿qué estrategias tiene? Es difícil que se compre más papel higiénico, aceite o edulcorante por pagar unos centavos menos. Pero, ante una severa restricción del ingreso familiar, la misma cantidad se comprará al proveedor más barato. No es consumir más, sino obtener lo mismo en shoppings, súper e hipermercados, a costa del almacén de barrio..
Consumo para todos
En 1932 la Gran Depresión tuvo su mayor intensidad, medida por la caída del producto nacional y la desocupación en las principales economías. La respuesta popular no se hizo esperar y en todas ellas se verificaron cambios en sus sistemas políticos, en sus gobernantes o en las políticas económicas. Los programas más célebres fueron el plan de autopistas de Alemania y el New Deal en EE.UU., cuyo eje fue la TVA (Autoridad del Valle del Tennessee), una vasta infraestructura de aprovechamiento hidroeléctrico que permitió evitar y aprovechar las crecidas de los grandes ríos. La respuesta de la producción y el empleo, en ambos casos, fue notable. La asociación positiva entre actividad económica y obra pública originó el multiplicador, expuesto por Keynes y Harrod en 1933: una nueva suma de dinero, proveniente de gasto público, exportaciones o inversión extranjera, ponía en marcha una cadena de gastos. Raúl Prebisch, en Inglaterra en ese año, así lo explicó: El aumento de los medios de pago se distribuye primeramente entre los sectores de la población favorecidos en forma directa por el incremento de la exportación o de la inversión de capitales y acrecienta así en grado equivalente la cantidadde poder adquisitivo de estos sectores. Aumenta pues la demanda general de mercaderías y servicios. Supóngase que en el conjunto de mercaderías y servicios que consume la población, el 20 por ciento son importaciones; supóngase que el aumento de los medios de pago sea de $ 300 millones y que esta cantidad se gaste íntegramente por quienes la reciben. De acuerdo con este por ciento, $ 60 millones del incremento de la demanda corresponderían a importación. Los $ 240 millones restantes serían satisfechos por producción de mercaderías y servicios locales, que vendría a recibir esa cantidad adicional de poder adquisitivo. Suponiendo que de estos $ 240 millones se gaste el 20 por ciento en artículos del exterior, la importación crecería en $ 48 millones más. Los $ 192 millones restantes constituirían a su vez nuevo poder adquisitivo en las manos a que llegan. Y así, continuando el razonamiento, veríamos cómo al pasar de mano se amplían los efectos de la masa originaria de poder adquisitivo que se puso en circulación. El multiplicador expande la actividad sin generar inflación, a condición de tener amplio margen de desempleo, y opera por interacción de la economía como un todo.
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