El público nunca tiene razón. O casi nunca. Entre aquellos que aún creen que las fiestas multitudinarias pueden lograr una coherencia y equilibrio entre lo conceptual, la experiencia estética intensa y las ganas de enfiestarse, de festejar la vida, el sábado pasado en la última propuesta de la organización Underground Park, liderada por Carla Tintoré, la pregunta “¿dónde está la gente?” no se dejó de escuchar a lo largo de la noche. A pesar del fracaso económico que representa una escasa concurrencia de público, este tipo de fiesta sigue siendo la única capaz de ofrecer un evento de proyección masiva, calidad y experiencia artística más allá de cualquier desperfecto técnico. Es así como ante la pregunta “¿dónde está la gente?”, habría que proponer una respuesta simple: en la pista.

Bailando. Feliz de no tener que tropezarse con una tropilla de zombies circulando entre beats y deformidades sonoras. Porque quien estaba ahí sabía por qué estaba. La comunicación trascendente, elemento esencial de esta performance-ritual que el fin de siglo ha definido como característica suya y de las grandes ciudades, nunca dejó de ser constante y fluida. Djs, ambientadores y bailarines, cada uno haciendo lo suyo. Como actores entrenados para un gran espectáculo, entrenados para la improvisación. Toda la energía estaba dirigida hacia un solo lugar. Festejar por festejar. Bailar: adentro de un círculo que se abría y se cerraba en la música. Un círculo casi druídico alrededor de un grupo de breakdancers. Otro círculo de chicas coloridas saltando y sometiendo sus cuerpos a una estética de lo inorgánico: mallas vinílicas, caños de plástico retorciéndose sobre cuerpos contorsionados. Zapateo, silbidos y cantos a la hora del corte de luz para seguir bailando. Más y más luz que aportaba el toque tan exquisito que sólo un clubber con la experiencia de Sergio Lacroix puede lograr: la atmósfera de glamour de la cual todas las raves argentinas carecen. Nave Lacroix: luz interior. Sencillamente una fiesta para el corazón, los pies y la mente. Una toma de postura. Una noche con momentos de melancolía, como el Tenagalia que el Dr. T alcanzó, repitiendo una y otra vez: “Do you remember the days, the better days, when party was life and life was a party”. Y quién mejor que este dj con una trayectoria tan extensa y variada, cuyo interés por la música y el baile va más allá del house y el tecno, para hacernos reflexionar sobre el estado de las cosas. O el hechizo minimal del dj Toni Rox, cuyo set se convirtió en una interminable lucha con toda la música negra, desde el funk al tecno. Un disco tras otro destinado a la pista. Por eso, una vez más, ante la pregunta “¿dónde está la gente?”, no sabría sino alegrarme de saber que podían estar en sus casas durmiendo o eligiendo otra propuesta que los hiciera felices como a mí me hizo ésta. Es ahí donde me doy cuenta de que el único sentido que tiene reclutar bailarines como ganado es el interés económico. Cada uno es una casa, y si las casas deciden unirse, que sea a través del respeto y no por el sinsentido de una moda, de un rumor que nos llega desde los medios.

GERMAN SCALONA

Okocha ¡Grande, maestro! Con su rojiza cabellera, repartió pachorra y firuletes por dosis iguales en un equipo todo ataque-nada defensa. Pero además patentó una jugada única y genial, La Gran Okocha: pisada deslizante con el botín derecho, movimiento de la zurda por sobre la pelota y salida por ese mismo perfil. Además de su belleza, ¡es efectiva!

Suker Será porque jugó con Diego en el Sevilla hace un par de años que los argentinos le tenemos cariño. Suplente del Real Madrid pero líder de su selección, medio vago para jugar en equipo pero letal dentro del área, Davor se anotó en la historia de los mundiales con seis goles. El más lindo: el último de todos contra Holanda, por la jugada y por su pegada.

Ronaldo Ay, ay, Ronaldinho... Que te peleaste con Susana y estampaste un celular contra la pared, que estás gordo, que te deprimiste porque se fue tu “padrino” Romario. Y ocho cámaras de Nike siguiéndote por si hacías la jugada del Mundial (que no hiciste). Y el drama del domingo a la tarde, que vomitaste, que te ponían, que te sacaban. No fue tu Mundial, ¿tendrás uno?

Predicciones 2002

Horas antes del inicio del certamen, Japan Airlines hará una huelga. Claro que será una huelga a la japonesa, incrementando la producción: así, los aeropuertos no darán abasto para contener la multitud de aviones, pilotos, azafatas y comisarios de a bordo, que llegarán hasta el borde mismo de la cancha.

En las transmisiones de canal 13, la dentadura postiza volverá incomprensibles los comentarios de Macaya Márquez. Ante esta situación, el elegido para secundar a Marcelo Araujo (cada vez más inflado) será... Diego Maradona.

Argentina llegará a las semifinales con una marcha arrolladora, pero allí perderá con Japón (escuadra bautizada localmente como “Los minijugadores”), que así vengará la derrota de Francia y disputará la final con Corea del Sur.

En cuartos de final, Brasil e Italia jugarán los 90 minutos sin abrir el marcador, pasarán el suplementario sin que haya gol de oro y dispararán 25 penales cada uno, todos afuera o atajados.

Matthaeus jugará su sexto mundial. En muletas.