Musica 2
Por CLAUDIO KLEIMAN
Es, desde hace más de veinte años, uno de los principales movers and shakers del negocio musical. Así como Brian Epstein para los Beatles, Miles Copeland fue el cerebro detrás de la carrera de The Police y de Sting como solista. Pero eso es sólo una parte de sus múltiples actividades. Productor, creador de varios sellos discográficos, su vida bien podría ser el argumento de una novela. Hijo de un agente de la CIA, su infancia transcurrió en medio de guerras, en países como El Líbano y Egipto. Sus hermanos son también personajes bien conocidos del mundo de la música: Ian posee una prestigiosa agencia de artistas, que en la actualidad maneja las carreras de gente como Snoop Doggy Dog y el propio Sting. Stewart, el más conocido por el público, se hizo mundialmente famoso como baterista de The Police, el trío que conmovió al mundo en los 80. Miles está casado con una ex modelo argentina, Adriana Corajoria, y en la actualidad regentea el sello Ark 21, a través del cual está lanzando una gran cantidad de proyectos. El más reciente, que concentra buena parte de su interés en este momento, es Outlandos DAmericas, un tributo a The Police a cargo de distintos grupos y solistas del rock en español, entre ellos King Changó, Plastilina Mosh, Control Machete, Los Pericos, Puya, Lucybell, Enrique Bunbury, Ekhymosis y el brasileño Skank cantando en castellano. También participan Gustavo Cerati (junto a Andy Summers, el guitarrista original de Police) y Saúl Hernández (el solista mexicano ex Caifanes, haciendo un tema con Stewart Copeland). Pero esto es sólo la avanzada de un ambicioso proyecto: Miles planea llevar el rock en español al mercado inglés y norteamericano, y parece estar muy seguro de lo que hace, tanto con los grupos latinos como con sus más antiguos clientes, los ex miembros de The Police.
¿Sigue siendo manager de su hermano Stewart y de Sting?
-Sí, de ambos. Y manejo además los negocios de The Police, que en este momento se ha vuelto un grupo muy actual: muchos grupos están sampleando su música. Por ejemplo Puff Daddy, tomó Every Breath You Take y tuvo un éxito muy grande. Una de mis tareas es manejar el catálogo de canciones del grupo. Y, como además me interesa ver desarrollarse nuevas escenas musicales, en los últimos tres años fijé mi atención en el crecimiento del rock latino o en español, y tuve la idea de hacer Outlandos DAmericas, un álbum que es realmente un tributo al rock en español usando las canciones de The Police.
¿Por qué un tributo al rock latino, más que a The Police?
-Porque me pareció una manera de hacer la música interesante para el público que no es hispanoparlante, y llegar así a Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Alemania... Cuando Enrique Bunbury estaba en Héroes Del Silencio, vendió medio millón de discos en Alemania cantando en español. Si vamos a sus orígenes, el rocknroll nació en el sur de los Estados Unidos, después los ingleses lo tomaron y se lo apropiaron. Y ahora, pienso que es una música del mundo. En Outlandos DAmericas eso se nota: por ejemplo, Control Machete puso música mariachi en el medio de la versión de Walking On The Moon (titulada Rolando por la Luna). Al estar cantadas en español y con arreglos propios, las canciones se convierten en algo verdaderamente novedoso. Es muy interesante ver cómo se incorporan los sonidos étnicos locales a las distintas vertientes del rock, sea la influencia del rock de Latinoamérica y el Caribe en Estados Unidos e Inglaterra, o la de la música arábiga de Argelia dentro de la escena rockera francesa. Incluso oí hace poco a una cantante de Burundi que ha grabado Russians en swahili.
Gustavo Cerati (con Andy Summers),
quizás acepte reemplazar a
Sting en una gira con los
otros dos police. |
En su epoca de oro, los tres The Police fueron
regularmente arrestados, gracias a lo que el
hermano copeland aprendio a negociar con
policias de todo el mundo. |
¿Usted fue el factótum del encuentro de Gustavo Cerati con Andy Summers?
-Sí, siempre que venía a la Argentina escuchaba hablar de Soda Stereo, y sabía que Cerati era un músico importante. Así que cuando él dijo que estaba de acuerdo en hacer una versión de Bring On The Night, pensamos que quizás Andy Summers pudiera estar interesado. Y cuando Saúl Hernández eligió una canción compuesta por mi hermano (Does Everyone Stare?), yo lo llamé y le pregunté si estaría dispuesto a tocar la batería, y a él le encantó la idea porque también está muy interesado en todo lo que está pasando por aquí. Y la semana pasada en The House Of Blues en Los Angeles, Saúl hizo un show especial con Stewart y Andy como invitados. Los tres dijeron después: Hagamos más de esto. Así que ahora estoy tratando de organizar una gira con Stewart y Andy, más Cerati, Saúl Hernández, Enrique Bunbury, Soraya, y quizás algún otro cantante. La idea es hacer una especie de grupo y tocar en toda Latinoamérica, España y Estados Unidos, filmar un documental, hacer algo loco, y divertirse muchísimo. Esa gira es mi próximo proyecto insano.
En Estados Unidos se está dando cierta apertura hacia el rock en español, pero no sucede lo mismo en Inglaterra.
-Los británicos siempre han sido muy cínicos. Es muy difícil para los grupos europeos tener éxito en Inglaterra. De repente la salsa se volvió muy popular (como la comida mexicana, por otra parte), pero con respecto al rock los británicos siempre han sido un poco engreídos, incluso con los grupos norteamericanos. El mercado inglés es probablemente el más difícil; el mercado yanqui es mucho más fácil obviamente, porque hay cada vez más gente que habla español. Pero todo lo que se necesita es un grupo para cambiar esta situación. En el período de oro de Elvis Presley, nadie en Estados Unidos se dignaba a escuchar un grupo inglés, y entonces llegaron los Beatles. En Inglaterra probablemente pase lo mismo, si hay un grupo que rompe la barrera y tiene éxito.
La pregunta obvia es, ¿habrá una reunión de Police?
-No, en este momento no hay planes para una reunión. Realmente no hay muchas razones para hacerlo; nadie necesita el dinero. Stewart está dedicado a la música de películas (hace unas cinco al año) y Sting está completando su nuevo álbum, que debería salir en mayo del año que viene. De Summers sé menos porque no lo represento.
Miles Copeland
| Saúl hernández (der. ex Caifanes) grabó un tema de Stewart Copeland (izq.) y así consiguió tocar con él. |
LA CONQUISTA DE AMERICA Cuando los Beatles invadieron Estados Unidos, tenían una milimétrica estrategia de conquista planeada por su manager, Brian Epstein. También Copeland ideó una cuidadosa estrategia para hacer que su grupo, The Police, llegara al éxito en el más codiciado y multitudinario de los mercados, a principios de los 80. Sin embargo, Miles lo niega, atribuyéndolo más a una cuestión de fe.
-Pienso que los Beatles se sorprendieron tanto como el resto del mundo cuando llegaron a Nueva York. Todo empezó porque un promotor vio el éxito que tenían en Inglaterra y decidió llevarlos a Estados Unidos. Pero no creo que Brian Epstein haya sentado a los Beatles y dicho: Así es como vamos a conquistar América. Es difícil sentarse y desarrollar una estrategia. Todo lo que se puede hacer es tener fe en que estás haciendo algo bueno, y ser persistente. Es un proceso lento, que en el mejor de los casos va dándose paso a paso.
The Police no fue realmente exitoso en Estados Unidos hasta su quinto álbum.
-Sí, así como REM no vendió un millón de discos hasta su quinto álbum. La gente olvida eso. Al punk le tomó cinco años convertirse en algo que la gente reconociera como significativo. Quizás lleve cinco o diez años antes que un grupo de Latinoamérica venda un millón de álbumes en Estados Unidos. Pero eso no es mucho tiempo. En este momento, no hay ni una estación de radio en USA que pase solamente rock en español. Así como, cuando yo llevé a The Police por primera vez, no había ni una radio que pasara solamente punk rock o new-wave.
Y ahora hay por lo menos una en cada gran ciudad...
-Es que, para mí, esto es un desafío muy similar a lo que hice cuando llevé a The Police allá y empecé el sello IRS Records. Así veo ahora al rock en español: como una nueva fuerza musical, muy creativa. Ark 21, mi nuevo sello, es la herramienta que voy a usar para ayudar a introducirlo en Norteamérica. Como las grandes corporaciones discográficas no ven todavía esa veta, me permiten a mí, un pequeño empresario, poder hacerlo.
¿Es cierto que la primera gira de The Police por Estados Unidos se hizo en una van alquilada por ustedes mismos, con un presupuesto muy bajo?
-Si íbamos a cambiar el negocio, teníamos que ser capaces de hacerlo a largo plazo. Y, si gastábamos demasiado dinero en las primeras seis semanas, nadie nos iba a dar el dinero y el apoyo que hacía falta para seguir a ese ritmo. Teníamos que crear toda una estructura: no podía ser solamente The Police, necesitábamos más grupos. Si un grupo latino hace un concierto en Los Angeles, y no va ningún otro en los siguientes seis meses, no hay oportunidad de construir nada. Si empiezan a ir grupos cada semana, entonces empiezan a generarse motivos para que exista una revista, una radio, un club que se especialice en ese tipo de música. En aquel tiempo necesitábamos que se creara un circuito de culto, así que empezamos a llevar grupos ingleses todas las semanas: The Stranglers, The Damned, XTC, Squeeze, The Buzzcocks, The Specials, The Beat. Luego comenzamos a trabajar con grupos norteamericanos new-wave, como The Cramps, y con las radios. Fuimos creando un movimiento.
Usted vino con el grupo en aquel recordado concierto en Obras.
-Sí, el famoso concierto en que Andy Summers le dio la patada al policía.
¿Estuvo metido en las negociaciones para liberarlo, después?
-¡Por supuesto! Ese es mi trabajo. Nos pasó lo mismo con Sting durante un concierto en El Cairo, y casi lo meten en la cárcel. Fue el mismo tipo de situación: la policía estaba empujando al público que estaba junto al escenario, la gente se estaba poniendo muy loca y Sting había traído a su familia con él. Así que cuando vio al jefe de policía al costado del escenario creyó que su familia corría peligro y le pegó una patada al policía. Fue un momento muy tenso, hubo que negociar con los más altos niveles para que lo soltaran.
¿Quiere decir que aquí no fue tan difícil?
-No puedo recordar los detalles, pero era una época en que la Argentina no era el mismo país que ahora, políticamente. No era la cosa más inteligente ponerse a joder con la policía; pero finalmente zafamos.
POR AMOR AL ARTE La combinación funcionó. El hermano de Miles, Ian, tenía una agencia de contrataciones que vendía los shows de los grupos, en Europa y Estados Unidos, y Miles era el manager. Pero como las grandes discográficas seguían sin enterarse, fue necesario ir un paso más allá y crear su propio sello grabador. Al principio fue Illegal Records para The Police (nótese el juego de palabras entre el grupo y el sello), y luego el internacional IRS, entre cuyos descubrimientos figura REM. Luego vino No Speak, hasta llegar finalmente al sello actual de Miles, Ark 21.
-Yo era manager, pero como necesitábamos que esos grupos tuvieran discos editados, tuvimos que crear nuestra propia compañía discográfica, las grandes compañías no tenían interés. Ahora estoy haciendo lo mismo en Estados Unidos, hablo con los sellos de Latinoamérica y les digo: Miren, si tienen problemas para editar sus discos allá hablen conmigo, yo lo voy a hacer. Porque si voy a construir una estrategia para que la música tenga éxito en Estados Unidos necesito gente, y tener una corriente de discos, al menos uno por mes, para poder seguir trabajando. Acabo de editar allí el disco de Manu Chao (Clandestino), estoy hablando con la EMI de Chile por Lucybell, con la EMI de México por Gran Silencio, espero poder ayudar a Los Pericos. Pienso que la estrategia tiene que ser un asalto constante sobre el mercado. Y, eventualmente, alguno tendrá un hit. Y entonces todos se animarán a editarlos. Entrarán las grandes compañías,y todo se volverá otro negocio de las grandes corporaciones y habrá que empezar de nuevo.
¿Que pasó con IRS, su primer sello?
-Fue un sello independiente que tuvo algunos grandes grupos, como REM, The Beat, Fine Young Cannibals. Terminé vendiéndoselo a EMI, pero ya no existe, porque en los últimos dos años hubo grandes cambios en el negocio discográfico. EMI cerró los sellos IRS y Priceless, y en los próximos meses veremos el cierre de tres o cuatro sellos muy conocidos, como consecuencia de la compra de Polygram por parte de Seagram (la compañía canadiense que adquirió también el sello Universal). Pienso que finalmente habrá a lo sumo cuatro grandes sellos, multiconglomerados.
IRS fue el sello que descubrió a REM...
-Sí, mi hermano Ian era su agente, y me los trajo cuando nadie los conocía. Nosotros los sacamos de gira como acto soporte de The Police, al principio. También teníamos a las Go Gos, con Belinda Carlisle. Mi primer álbum N-o 1 fue en realidad uno de las Go Gos, y enseguida tuve un N-o 2 con The Police. Fue un gran momento.
Supongo que hay que tener una visión para escuchar un grupo como era REM en sus comienzos y apostar por ellos.
-Es muy difícil para cualquiera decir: He visto un grupo desconocido y supe de inmediato que serán grandes. Muy de vez en cuando ocurre, y aun así uno nunca está del todo seguro. Cuando escuché a The Police hacer Roxanne por primera vez, supe que era algo especial. Pero no tenía idea que en unos pocos años iba a ser el manager del grupo más grande del mundo. Cuando escuché a REM, comprendí que era un grupo interesante, pero ¿quién podía decir que diez años más tarde serían unas superestrellas? Con que un grupo me guste, ya es suficiente para que me decida. Lo primero es tratar de editarles un disco. Si tiene éxito, bien; y si no, por lo menos fue algo que me gustó hacer. Me considero más un visionario que un hombre de negocios. Si fuera más negociante, hubiera hecho mucho más dinero. A menudo he publicado discos que me gustaban, pero si lo hubiera pensado realmente, habría comprendido que eran difíciles para el mercado. Así que perdí plata con muchos discos.
¿Se refiere a No Speak Records?
-No Speak era un sello dedicado a la música instrumental. Allí pude darme el lujo de revivir la carrera de varios iconos de los 60 y 70, como Wishbone Ash, Robbie Krieger (el guitarrista de los Doors), Alvin Lee (el mago de Ten Years After), Leslie West (Mountain) y muchos otros. Fue divertido ese proyecto. Me gustan los guitarristas, así que siempre estoy interesado en los grandes trabajos de guitarra. Ahora acabo de hacer para Ark 21 un álbum instrumental con Steve Stevens, que es uno de los grandes guitarristas, al menos para mí. Ha trabajado con Billy Idol, con Michael Jackson y con muchos más. El disco que sacamos es un álbum de rock flamenco-acústico, sorprendente. También acabo de sacar el primer disco de Eric Johnson, que nunca había sido editado. Y he contratado a Eric Gales, un guitarrista negro de Memphis que es fantástico. Inclusive estoy hablando con Ted Nugent, un personaje muy interesante, que pienso que nunca ha hecho un disco que le haga justicia; su personalidad es mucho más grande que sus discos. Y también acabo de terminar un gran disco con Waylon Jennings, uno de los grandes hombres de la música americana, donde participan Sting, Mark Knopfler y Sheryl Crow.
BAJO LA SOMBRA DE LA CIA Miles Copeland nació en Londres, pero es ciudadano norteamericano. Si bien pasó gran parte de su adolescencia y juventud en Medio Oriente, su primera experiencia en el negocio de la música fue en Londres, en 1969, como manager de un grupo que había conocido precisamente en El Líbano.
-Todo empezó cuando vivía en Beirut, conocí a un grupo, al que ayudé a solucionar algunos problemas. Cuando dejé El Líbano y me instalé en Londres ellos vinieron a verme y me pidieron que fuera su manager. Supongo que se imaginaron que tenía dinero porque era norteamericano: así pensaban en Inglaterra en esa época. Igual les dije que sí, y sin darme cuenta me vi metido en el negocio de la música. No tenía idea ni de lo que estaba haciendo; pero eso era bueno porque tampoco sabía lo que no se podía hacer, y terminé haciendo cosas que nadie más experimentado que yo se hubiera atrevido a hacer.
Es curiosa la química que hay entre los tres hermanos.
-Es divertido, porque probablemente somos las únicas personas que crecieron de la manera que lo hicimos. Así que estamos muy cerca, pero a la vez somos muy diferentes. Todos nos metimos en el negocio de la música de una forma u otra. Ha sido algo, digamos, simbiótico. Y de hecho, recientemente decidimos hacer nuestro propio programa de radio en los Estados Unidos, llamado Sibling Rivalry (Rivalidad entre hermanos). Es un talk-show sobre música: discutimos, nos gritamos mutuamente, reímos, pasamos música y hablamos sobre el negocio. Es muy gracioso: Stewart simula ser es el músico estúpido, yo hago el manager ávido y cínico y nuestro hermano Ian trata de interceder entre ambos.
¿Es cierto que su padre era un agente de la CIA?
-Fue uno de los fundadores de la CIA, donde estuvo desde 1948 hasta que renunció en 1958, porque comprendió que la Agencia ya no era lo que se había propuesto originalmente. En el comienzo, era una organización intelectual, de profesores expertos en distintos campos. Pero las cosas empezaron a cambiar con Vietnam, cuando empezaron a entrar los militares. Ya no era más una agencia intelectual; de hecho, si eras un intelectual, estabas en desventaja. Mi padre se desencantó mucho con la evolución de la CIA. Por eso se fue. Pero, mientras tanto, mis hermanos y yo crecimos en diversos lugares del planeta: Washington, Siria, Egipto y El Líbano. Haber pasado tantos años fuera de mi país me significó estar expuesto a otras culturas, algo que incidió mucho en mis gustos musicales después. Musicales y extramusicales, en realidad. La mayoría de los norteamericanos que crecen en Estados Unidos no tienen la menor idea acerca de culturas extranjeras.
He leído que ustedes no sabían cuál era el trabajo de su padre.
-No supimos que él era agente de la CIA hasta bastante después que renunció. Probablemente nos enteramos alrededor de 1967, una época no muy buena para descubrir que tu padre había estado en la CIA. Hasta entonces pensábamos que era consultor de negocios.
Supongo que habrá sido un shock cuando se enteraron.
-Para mí, no realmente. Más bien me pareció interesante. Yo estaba muy copado con James Bond por esa época, así que pensé: ¡Hey, cool!.
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