En 1910, mientras en Buenos Aires aún se lo veía como un canallesco aire africano, el tango copó París desatando una fiebre erótica que hacía vender corsés y elixires de amor y llenaba salones donde tocaban orquestas de gauchos vestidos de lamé. Nardo Zalko realizó una monumental investigación que acaba de dar a conocer en Francia con el título Un siècle de tango: Paris-Buenos Aires, que demuestra, en palabras de José Gobello (presidente de la Academia del Lunfardo), que aunque parezca joda, París es el lugar desde donde el tango llegó a la Argentina.
Por Nardo Zalko, desde París
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