Entre 1969 y los estertores de los 70, la Nouvelle Vague encontró un inesperado y entusiasta hermano menor en América: un grupo de jóvenes cineastas convencidos de que hacer películas era el undécimo mandamiento. Mientras intentaban convertir a Hollywood, filmaron muchas de las películas que renovaron el cine. Y terminaron pagando el precio. La generación del 70 cumple treinta años, y Peter Biskind decidió contar cómo nació, creció y explotó el último sueño americano en su libro Easy Riders, Raging Bulls, de reciente aparición en los Estados Unidos.
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