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Por Claudio Zlotnik Empezó la guerra de los combustibles. A partir de hoy, los importadores de naftas y gasoil gozan de condiciones fiscales similares a las que ya tenían las petroleras y refinadoras locales. Impulsada por el Gobierno, la medida presionará a una baja de precios en el sector a mediano y largo plazo. Según el último informe del Instituto General Mosconi, el precio mayorista de la nafta súper en la Argentina duplica al que rige en los mercados internacionales. Por el derrumbe en el precio del petróleo, que en la actualidad se encuentra en mínimos históricos, los valores de los combustibles cedieron en los mercados internacionales. Menos en la Argentina. La nafta súper, por caso, tiene un precio de salida de la refinería de 20,8 centavos por litro; un 94 por ciento por encima del promedio vigente internacionalmente y casi el doble de los 10,7 centavos que se pagan en el mercado mayorista de Nueva York, según consigna el instituto presidido por el ex secretario de Energía Jorge Lapeña. En tanto, los precios de la nafta común y del gasoil son en la Argentina un 52 y 53 por ciento más caros, respectivamente, que la media internacional. Distinto a lo que ocurre en otras partes del mundo, donde los precios de los combustibles acompañan la caída en picada del barril de crudo, en el mercado local no se registraron variaciones en los valores por lo menos en los últimos seis meses, reseña el trabajo del Instituto General Mosconi. En Estados Unidos, por ejemplo, el precio FOB (puesto en puerto) de la nafta súper fue en noviembre de 10,7 centavos, un 14,3 por ciento menor al valor que mostraba en octubre, empujado por la baja del 11 por ciento que registró entre un mes y el otro el precio del crudo tipo WTI. Con estos datos en la mano, Carlos Menem destrabó, a través del decreto 1035, la importación de combustibles. Si bien la posibilidad de ingresar naftas y gasoil existía desde principios de la década, recién ahora el Gobierno equiparó las condiciones de los importadores con las de las petroleras locales: desde hoy, quienes compren combustibles en el exterior podrán liquidar los impuestos locales en forma escalonada en lugar de hacerlo de una sola vez no bien el producto llegaba al puerto. El dato es relevante si se toma en cuenta que el 60 por ciento del valor final de los combustibles está formado por tributos. Esta igualdad ante el fisco les permitirá a los importadores colocar combustibles más baratos en las denominadas estaciones de servicio de bandera blanca; es decir, aquellas que no tienen contratos con las petroleras locales. Sin embargo, los precios más bajos tardarán algún tiempo en llegar al consumidor minorista. Esto es así porque, en la actualidad, existen apenas 600 estaciones blancas en el país, un diez por ciento del total, que concentran ventas por sólo el seis por ciento del total. Analistas del sector creen que las estaciones blancas se multiplicarán dentro de uno o dos años. Mientras tanto, la cámara que agrupa a los estacioneros sin marca tradicional acaba de importar gasoil desde Rumania y promete colocarlo en estos días en el mercado a un precio sensiblemente más barato que el ofrecido por YPF, Shell, Esso o EG3. A su vez, hacia mediados de mes, los blancos recibirán un cargamento con nafta de Italia que rápidamente pondrán a la venta a un valor diez por ciento más bajo que el que habitualmente se paga en las estaciones tradicionales.
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