Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Plantar árboles de apuro puede provocar más de una distracción

Entre agosto y noviembre se plantaron miles de árboles. Pero hubo errores en cuanto a distancia entre uno y otro, época de plantación y ubicación. Pronto habrá que trasplantar algunos.

na14fo01.jpg (10123 bytes)
Por Alejandra Dandan


t.gif (67 bytes)  Como imágenes multiplicadas por reproducción espontánea, la silueta de miles de árboles flacos y menudos atragantan la mirada en la autopista 9 de Julio. Es una de las cinco áreas sobre las que el gobierno porteño desarrolla desde agosto y en forma acelerada el programa Cien Mil Arboles. Los de la autopista son parte de los 32 mil árboles plantados en el '98. El trabajo se hizo de agosto a noviembre --justo antes de las elecciones internas en la Alianza-- aunque tres de estos meses no son recomendables para plantaciones. El apresuramiento originó fallas que tienen que ver con la distancia entre árboles, la tierra escogida para las distintas especies y la zona. El ingeniero Carlos Rezzano, uno de los encargados de los controles, reconoce que se cometieron "excesos". Y el director de Espacios Verdes del gobierno porteño, Claudio García Mansilla, admitió en diálogo con este medio una de esas faltas: "Cometimos un error con los álamos que quedaron en una de las bajadas de la Autopista del Sur". Para remediar tanto apuro deberán aguardar hasta mayo, primer mes apto para trasplantes.

Para el programa se trazó una estrategia de plantaciones. La Capital quedó dividida en cinco zonas que coinciden con las áreas de recolección de residuos. El lanzamiento se hizo "tarde, porque se atrasaron las licitaciones", explica García Mansilla. Esto fue a principios de agosto y los árboles fueron colocándose en la tierra hasta noviembre. Primer error: el período de plantaciones. Para marcarlo el ingeniero agrónomo Juan José Valla, docente de la facultad de Agronomía, opta por una humorada: "La plantación debe hacerse en los meses que no tienen la r, esto es de mayo a agosto". El desajuste temporal puede limitar el crecimiento o incluso abortarlo. De todos modos los árboles ya están calzados en el suelo. El apresuramiento por plantar este 30 por ciento del total previsto en meses no adecuados para hacerlo obligará, en el próximo tiempo y para evitar futuras extracciones de raíces secas, a realizar un mayor seguimiento técnico.

Las 32 mil especies erguidas hasta el momento en la urbe porteña fueron plantadas en la zona sur. Unas 17 mil en Lugano, Mataderos y autopista Dellepiane y las restantes en la Boca, Barracas y Autopista del Sur. Para asegurar el resultado final y desde hace tres meses, 16 estudiantes de la cátedra de Dasonomía de Agronomía de la UBA hacen inspecciones de control. El ingeniero Carlos Rezzano, de la cátedra, advierte que "no puede decirse que las plantaciones sean una payasada pero se cometieron algunos excesos". Entre los errores enumera "distancia entre las plantas, en ocasiones no se respeta el tamaño de crecimiento que pueden llegar a tener las distintas especies y la tierra que debe ser usada". Rezzano hizo inspecciones en Dellepiane y allí sitúa algunas de estas fallas. El especialista advierte que una vez detectados los errores se comunican a Espacios Verdes, desde donde envían una orden a la empresa para las modificaciones necesarias. Este trabajo extra, las compañías deben hacerlo sin cargo. "Claro está que --agrega Rezzano-- si a vos se te pasa en la inspección los árboles quedan así".

El jefe de Espacios Verdes habla de la lógica estudiada para el diseño: "por un lado, buscaremos crear cortinas de absorción de emisiones sonoras en laterales de autopistas y, por otro, se tomarán en cuenta las demandas de cada centro de gestión a los que han llegado pedidos de los vecinos". Por esta razón fueron plantados álamos en pendientes de autopistas, sólo que al inicio no fue el único sitio donde se los colocó: "Hubo un error --reconoce García Mansilla-- en la interpretación de servicios, al comienzo y para que se vea rápidamente el cambio, la empresa colocó álamos de los tradicionales sobre una de las bajadas de la autopista 9 de Julio". De continuar con el crecimiento, estos árboles ubicados a la altura de la Casa Cuna, obstaculizarán la visualización de los automovilistas. "Ya lo hemos detectado --sigue García Mansilla-- pero decidimos esperar a mayo para trasplantarlos porque, de lo contrario, los árboles se lastimarían".

La puesta de árboles sobre pendientes superiores a los 45 grados, como en el caso de las autopistas, complejiza además el trabajo de riego. "Si la pendiente es de 30 grados --explica el ingeniero Valla-- existe una esperanza para que el agua infiltre, pero con más de 45 grados el agua de lluvia puede escurrir sin penetrar sobre todo porque muchos de estos taludes están hechos con tierra arcillosa."

 

Problemas de distancia

t.gif (862 bytes) Alamos, jacarandáes y tipas son algunas de las especies plantadas en el marco del programa "Cien Mil Arboles" del Gobierno de la Ciudad. Hay también fresnos, crespones y palos borrachos que terminarán de componer el diseño. Para el buen crecimiento de los árboles deben tenerse en cuenta las condiciones del suelo y la distancia entre cada uno. En algunos casos, esta segunda variable muestra errores. A la vera de la calle Herrera en Constitución, los palos borrachos se plantaron a seis metros de distancia. El ingeniero agrónomo Juan Carlos Valla explica que "estos árboles suelen tener ramas superiores a los cinco metros de largo. Y no estoy hablando de los más grandes sino de los árboles medianos". El nivel de crecimiento obligaría a plantar como mínimo a diez metros de distancia entre uno y otro. "Si no las plantas quedan hechas unas galletas y obligarían a podarse", ironiza Valla.

Los álamos piramidales, en cambio, puestos sobre la tierra en hileras mantienen dos metros entre cada árbol. La distancia recomendada por expertos es entre dos y cinco metros. Valla habla sobre la muralla verde que formarán estos árboles después de unos años: "Generalmente se usan para evitar ruidos. Sólo por esto tienen sentido porque para la descontaminación son un parche muy pequeño". Para el veterano de la Facultad de Agronomía, la reproducción verde en la ciudad tiene "un efecto psicológico importante para la gente, que suele ser ignorado en una ciudad de tanta contaminación visual".

 

PRINCIPAL