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EL JEFE GUERRILLERO “TIROFIJO” NO ACUDIO A LA CITA
La paz comenzó con un plantón

Las conversaciones entre el gobierno colombiano y la guerrilla  se iniciaron oficialmente ayer con 400 invitados y un gran  ausente: el líder de las FARC, Manuel Marulanda Vélez.

Los representantes de las FARC y el presidente Andrés Pastrana (en el centro) saludan y sonríen.

t.gif (67 bytes)  En San Vicente del Caguán, a las diez de la mañana, frente a 400 invitados y periodistas de todo el mundo –incluyendo a Gabriel García Márquez–, los representantes del gobierno colombiano iban a iniciar con bombos y platillos las conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Les extrañó que el líder guerrillero Manuel “Tirofijo” Marulanda no llegara junto con el resto de los miembros de las FARC, pero lo esperaron durante una hora. Tirofijo no sólo no llegó –su emisario Milton de Jesús Toncel, alias Joaquín Gómez, aclaró que no fue por “razones de seguridad”–, sino que envió un mensaje muy poco conciliador en el que acusó al gobierno colombiano de seguir apoyando a los grupos paramilitares. Pero el presidente Andrés Pastrana respondió que “la hora de la paz ha llegado y nadie podrá detenerla”.
“La historia nos juzgará y su veredicto será implacable”, dijo Pastrana con tono triunfante luego de que los presentes entonaran el Himno nacional colombiano. “Vengo a San Vicente del Caguán, como jefe de Estado, a cumplir mi palabra –señaló el presidente–, investido de la legitimidad que me otorgó la democracia con la más alta participación electoral de nuestra historia republicana.” Sostuvo que su gobierno “llega a la mesa de diálogo con una agenda abierta, sin intención de vetar ni de imponer temas”, aunque aclaró que el asunto del narcotráfico no se puede eludir, ya que “sólo la paz, entendida como el derecho a la libertad y al desarrollo, ofrecerá la oportunidad de entregar a los campesinos posibilidades ciertas para sustituir sus cultivos vinculados al tráfico de drogas”. Sobre la silla blanca que permanecía vacía a la espera de Tirofijo, Pastrana estimó que “no puede ser razón para no seguir adelante con la instalación de la mesa de conversaciones”.
“Es como si la novia no hubiera asistido a la boda”, resumió el gobernador del departamento del Valle de Cauca, Gustavo Alvarez. Pero el resto de los consultados sobre la ausencia de Tirofijo minimizó su impacto. “El acto no se montó para que el presidente se tomara la fotografía con Marulanda”, aclaró enojado el Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo. El canciller colombiano, Guillermo Fernández, dijo que fue el líder de las FARC el que “perdió por no haber acudido a esta cita histórica”. Hasta los propios representantes de la guerrilla le restaron importancia a la ausencia de su líder. “La paz no se hace con fotos en la primera página de los diarios”, dijo “Raúl Reyes”, uno de los tres líderes guerrilleros presentes en San Vicente del Caguán.
Según “Joaquín Gómez”, Tirofijo no asistió a la ceremonia porque temía un ataque en su contra “por parte de los enemigos de la paz”. La referencia era para los grupos paramilitares, que levantaron su tregua de Navidad y anunciaron que continuarán con los ataques. Más allá de esta excusa, la no asistencia de Tirofijo sí es remarcable a la luz del duro mensaje que envió. “El presidente Pastrana, a sólo tres meses de asumir el cargo, ha creado dos nuevos batallones de contraguerrilla móviles, uno asesorado y financiado por Estados Unidos, para ubicarlo en Guaviare (selvas del sur del país) y mantener un anillo alrededor del ‘secretariado’ (mando rebelde).” El líder guerrillero advirtió a sus adversarios para que “terminen con el lenguaje calumnioso: narcoguerrilleros, bandidos, terroristas, etc., porque la paz no se obtiene con sandeces sino con una sociedad más justa”, y aclaró que sus exigencias son “paz sin hambre, sin leyes represivas, sin mordaza a la prensa, con tierras, salud, vivienda, empleo, crecimiento económico con desarrollo social, derecho a la vida y soberanía”.
A pesar de esta postura áspera, el embajador de Estados Unidos en Colombia, Curtis Kamman, dijo que es probable que funcionarios del Departamento de Estado se reúnan con las FARC por el destino de las plantaciones de coca y amapola que están en el territorio que controlan, el punto de la agenda de negociaciones que atrajo a los norteamericanos a seguir de cerca el proceso de paz y a ofrecerles ayuda técnica a las Fuerzas Armadas de Colombia. Cuando terminaron los discursos, las mesas fueron desmontadas para que se organizara un festejo con música y baile incluido. La ex canciller Emma Mejía dijo que el comienzo concreto de las negociaciones será mañana. Recién allí se sabrá si había motivos para descorchar botellas.

 

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