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LOS PARAMILITARES MATARON A 47 CAMPESINOS
La paz de los cementerios

Hoy comienzan las negociaciones entre el  gobierno y la guerrilla. Los colombianos  son pesimistas sobre el proceso de paz.

Opiniones: Un sondeo del Centro Nacional de Consultoría reveló que un 59% no cree en la voluntad de paz de las FARC y que la mitad cree que el diálogo será indefinido.

El líder guerrillero Manuel “Tirofijo” Marulanda (der.).
Se hizo ver luego de haber plantado al presidente Pastrana.

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t.gif (67 bytes)  Mientras la prensa colombiana, los políticos locales y los invitados internacionales al inicio del proceso de paz seguían discutiendo sobre si la ausencia del líder guerrillero Manuel “Tirofijo” Marulanda es un mal augurio o sólo una anécdota respecto del futuro de Colombia, los grupos paramilitares de derecha se encargaron ayer de recordarles el presente del país: en las últimas 24 horas, mataron a 47 personas en distintos poblados del norte del país. Muy lejos del municipio de San Vicente del Caguán, donde hoy comenzarán las conversaciones entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el presidente Andrés Pastrana se declaró “muy optimista porque logramos la instalación de la mesa del diálogo”. Pero, un sondeo del Centro Nacional de Consultoría reveló que un 59 por ciento de los encuestados no cree en la voluntad de paz de los rebeldes y que la mitad cree que el diálogo será indefinido.
El estudio, publicado en la edición de ayer del diario El Espectador de Bogotá, indica que el 27 por ciento de los consultados estiman que las conversaciones no van a conducir a ninguna parte. El 42 por ciento cree que la guerrilla va a salir ganando en las negociaciones y un 78 por ciento piensa que el gobierno ha hecho demasiadas concesiones. El pesimismo que connota esta encuesta también se notó en algunas autoridades. “Hoy estamos más cerca de la guerra total que de la paz tantas veces anhelada. Perdió el proceso de paz, porque amanecimos todos los colombianos y los observadores internacionales convencidos de que arrancó mal, que no es serio y que no hay que tener esperanzas”, dijo el gobernador del Departamento de Valle, Gustavo Alvarez.
Hoy a las nueve de la mañana comienza la primera reunión formal del proceso en el caserío de La Machaca, a dos horas y media de San Vicente del Caguán. Los negociadores designados por las FARC son “Raúl Reyes”, “Fabián Ramírez” y “Joaquín Gómez”, que fue quien leyó el mensaje de “Tirofijo” en el acto inaugural realizado anteayer. Por el lado del gobierno, estarán el presidente del Congreso, el conservador Fabio Valencia; la ex canciller liberal María Emma Mejía, el empresario Nicanor Restrepo y el gobernador del departamento del Atlántico, Rodolfo Espinosa.
El ministro del Interior, Humberto Martínez, anunció que para las autoridades el primer punto será acordar el respeto del Derecho Internacional Humanitario. Los voceros de las FARC confirmaron que sus primeras reivindicaciones serán la desactivación de los grupos paramilitares y un canje de 300 militares y policías que tienen en su poder por 500 guerrilleros que están en la cárcel. Sin embargo, falta bastante tiempo para que se planteen directamente estos y otros temas. El encuentro de hoy buscará simplemente llegar a un acuerdo sobre el temario, las fechas, los sitios y las horas de las deliberaciones.
Ayer por la tarde, “Tirofijo” se dejó fotografiar cerca de la localidad donde anteayer había dejado plantado al presidente Andrés Pastrana para desmentir que su ausencia haya sido intencional. El viceministro de Trabajo, Fabio Olmedo Palacio, señaló que “a las seis horas locales acudimos a cumplir una cita para recoger algunos equipos que teníamos coordinados con las FARC, y casualmente cuando estábamos en ello llegó el comandante Marulanda”. El funcionario dijo que el líder guerrillero “estaba muy cerca del casco urbano de San Vicente y me confirmó que diez minutos antes de salir a reunirse con los gobernantes colombianos en la plaza del pueblo le avisaron que no debería ir por seguridad”. Palacio Olmedo consideró la explicación como “muy respetable”.
El ex presidente de Nicaragua Daniel Ortega, invitado especialmente por las FARC, destacó ayer que “fueron encontradas pruebas de que se estaba armando un atentado y por ello ‘Tirofijo’ decidió no asistir”. Además, en los principales diarios colombianos, algunos periodistas y analistas sostuvieron que la ausencia de “Tirofijo” era una demostración de poder, al hacer llegar al presidente a una zona controlada por la guerrilla para después dejarlo plantado. La hipótesis más original fue lanzada por el ex comandante del Ejército general (R) Alvaro Valencia. “Para un campesinoseptuagenario con poca expresión, que siempre ha vivido en el monte, era muy difícil pronunciar un discurso frente a un estadista y a tantos invitados nacionales y extranjeros”, dijo el militar.
Al margen de todas estas discusiones y del inicio mismo de las conversaciones entre el gobierno y las FARC, es difícil hablar de que en Colombia se inicia un amplio proceso de paz cuando las partes que combaten ni siquiera están en tregua. Las FARC se niegan terminantemente a abandonar las armas. La otra guerrilla, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), apenas está en vías de consolidar negociaciones con organizaciones no gubernamentales. Y los grupos paramilitares, con los 47 muertos que dejaron en sólo 24 horas, no dejaron dudas sobre el fin de la tregua por las fiestas prevista para el 7 de enero. En un país que lleva medio siglo de guerra civil, con una guerrilla que alcanza a controlar el 40 por ciento de su territorio, parece lógico que la perspectiva de paz todavía sea recibida con una buena dosis de pesimismo.

 

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