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Hasta 1600 hombres de la Guardia Republicana fueron muertos, varias veces ese número, heridos, y varios de los principales individuos de la dirigencia iraquí dejaron de estar disponibles. Estas fueron, en breve, las cifras del Pentágono sobre los ataques de la operación Zorro del Desierto, realizada en diciembre. Optimista, el general de los marines Anthony Zinni declaró que esta lista mortuoria sacudió severamente al régimen de Saddam Hussein. Aparentemente inconsciente del hecho, Saddam amenazó ayer a sus países árabes vecinos con represalias por su apoyo a la ofensiva aérea de Occidente. Todo viene en un mal momento para el gobierno de Bill Clinton, que se encuentra cada vez más aislado en su política activa hacia Irak por las devastadoras revelaciones de su espionaje durante las inspecciones de desarme de la ONU en suelo iraquí. El Pentágono no permitió que nada de esto le aguara su presentación, que se caracterizó por su optimismo. Vimos un número inusual de cosas afirmó Zinni que claramente demuestran que el régimen de Saddam Hussein está fuertemente sacudido. Las cosas fueron las siguientes. En el sur, bastión de la oposición chiita a Saddam, el comandante de una división del ejército regular habría sido ejecutado junto con varios de sus oficiales, presumiblemente por rebelión. Según Zinni, se registraron además varios movimientos de unidades de la Guardia Republicana hacia el área, y se nombraron a algunas personas muy crueles en varias regiones del país para sofocar cualquier iniciativa de revuelta. El Pentágono interpretó estos desarrollos como señal de que los ataques debilitaron significativamente la infraestructura de seguridad de Saddam, a quien estiman como debilitado y aislado. ¿Y las fuertes maniobras diplomáticas y militares de Bagdad en tiempos recientes? Sólo demuestran, según Zinni, el nivel de desesperación del gobierno iraquí. Alguien tendría que avisarles. Sus pilotos ya han violado 40 veces la zona de exclusión aérea (Zinni: pero sin gran entusiasmo), y se están montando varias agresiones contra los aviones occidentales que patrullan el área. El jueves, esto llevó a que una batería antiaérea iraquí sostuviera en su mira a un caza norteamericano, que respondió disparando un misil antirradar. El Pentágono concedió ayer que Saddam claramente busca llevarnos a una situación de confrontación. Hasta ahora no se han registrado bajas occidentales, pero puede ser sólo una cuestión de tiempo. La posición de Estados Unidos para hacer frente a las provocaciones está, asimismo, fuertemente debilitada por la reciente revelación de que aprovechó las inspecciones de desarme de la ONU en Irak para realizar actividades de espionaje. Estas versiones fueron reiteradas ayer por varios diarios norteamericanos, y sus fuentes parecen provenir de las mismas agencias oficiales de inteligencia. El efecto inmediato ha sido un severo desprestigio de Estados Unidos, cuyas medidas contra Saddam son vistas ahora con abierta desconfianza. Francia ya anunció que retiraba a sus aviones de las patrullas sobre Irak. Irak extrajo otra satisfacción de las revelaciones a los medios: la aparente existencia de un bloque moderado dentro del gobierno norteamericano que favorece un fin al embargo y las inspecciones. Aunque esto antes era considerado como otro concepto farsesco de los iraquíes, la persistencia y la profundidad de la información revelada por las fuentes anónimas hacen muy posible que en efecto tal bloque exista. Dadas las conexiones y cohesión que demostró en los últimos tiempos, podría ser que se trate de una de las agencias diplomáticas o de inteligencia. El éxito envalentonó a Saddam, que actualmente inició una campaña de intimidación a sus países fronterizos por su apoyo a Estados Unidos. Acusándolos de unirse en una conspiración contra Irak, el gobierno iraquí anunció que les haría ver por la fuerza la gravedad de su acción. Saddam, además, ya había llamado en diciembre a la revuelta de la nación árabe contra quienes apoyaron el ataque angloamericano. Este es el desarrollo más peligroso en la región a largo plazo, dada la debilidadcongénita de esos regímenes y la popularidad entre la mayor parte de los musulmanes de los desafíos iraquíes al Gran Satán.
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