|
Carlos Gats es el mejor velocista argentino. Durante varios años vivió en conflicto constante con la Federación Argentina de Atletismo porque la entidad no reconocía sus logros ni sus méritos además de imponer represalias cuando sus quejas llegaron a los medios. En 1998 batió los records argentinos de 100 y 400 metros llanos y dos veces el de los 200 metros en pista, además registró las nuevas marcas nacionales en 60 y 200 metros bajo techo, a partir de los triunfos y las marcas consiguió el apoyo de la federación. En una charla con Página/12 explicó por qué decidió, en 1999, tomar distancia y abandonar su discurso combativo. --Vivió muchos años quejándose del trato de la Federación Argentina de Atletismo para con usted. ¿Logró que lo trataran mejor? --Sí, la verdad que en 1998 todo fue mucho mejor, me otorgaron las giras que necesité para la preparación de la temporada indoor (bajo techo) y para el Iberoamericano de Portugal, además me consultaron sobre mis necesidades y preferencias. --¿Cuáles eran específicamente los conflictos que los enfrentaban? --Lo pasado pisado, ya no quiero hablar del tema. Ahora tengo una buena relación y por sobre todo, respeto, y eso es lo básico para mí, por lo menos con lo que puedo encarar cualquier proyecto. A mí me cae mal la gente que es como la "Gata Flora", yo ahora estoy viviendo otra etapa que me llevó a un cambio de actitud y por eso dejé los problemas internos para resolver en casa, no los voy a sacar a relucir, no tiene sentido y no es la forma de resolverlos. Por eso ahora nuestro trato es civilizado, es el justo y necesario, no es que andamos todos a los besos. --¿Le costó mucho ganarse ese respeto del que habla? --Sí, pero lo conseguí. Ellos mismos me lo dicen, además quedó demostrado con el hecho de darme una beca. Me gané el respeto por los resultados que tuve, y ahora cada vez que se dirigen a mí el trato es muy cuidadoso. Ya no me imponen nada, ahora se tiene en cuenta la performance y la opinión. --¿A qué se debe este cambio de actitud de la federación? --No sé, habría que preguntarle al presidente (Hugo) La Nasa. De mi inclusión seguro te van a decir que es por mis buenos resultados, creo que eso tiene mucho que ver. La semifinal en el campeonato del mundo de Atenas, por ejemplo, o los nuevos records nacionales. Creo que es por eso, por los resultados de los últimos años. --Usted cambió de actitud, consiguió el apoyo de las autoridades y ya no ventila los maltratos, ¿tiene miedo a algún tipo de represalia si vuelve a hablar de manera desfavorable? --¿Miedo? No, yo no soy un tipo miedoso. Acá no hay represalias, simplemente soy consciente de las cosas. Creo que no tiene sentido empantanarse en ese tipo de cuestiones, ahora me concentro en mí y nada más. --El año pasado recibió un reconocimiento internacional importante, ¿esa distinción le concede seguridad? --La Federación Internacional de Atletismo (IAF) me convocó como uno de los mejores velocistas de América, sin incluir a los estadounidenses claro, eso me quedó grabado en la piel, así es como se vive plenamente el atletismo, es por eso que tiene sentido trabajar. A mí la seguridad me la dan los resultados, eso es lo que me mantiene firme, a medida que yo obtenga los resultados me voy a sentir seguro, no tengo nada que envidiar ni reprochar, decidí entender. Me considero un tipo sano porque no tengo rencores, ni odios, ni celos. --Los atletas no poseen ningún tipo de beneficio jubilatorio, ¿de qué va a vivir cuando deje de correr? --Muchas mujeres me preguntaron lo mismo, ¿de qué vas a vivir? Yo estudio comercio internacional en la Universidad de La Matanza, este año me recibo de despachante de Aduana, ése es mi futuro. --Eso es porque tiene la posibilidad de estudiar, pero el resto de los atletas... --Que se preocupen por hacerlo. Hoy en día tienen muchas más posibilidades. El atletismo te da la oportunidad de bancarte una carrera. --¿Cuánto tiempo podrá vivir del atletismo? --Toda la vida. Acá falta mucho por hacer. Lo que más da es el espectáculo. El atletismo es muy generoso, lo que pasa es que hay que saber verlo así. --¿Llegará a ser un negocio? --Cuando vivía en España era un negocio. Es más, todos los años viajo a torneos internacionales en donde el atletismo es un negocio y acá todo eso está verde. Esto puede ser una mina de oro. Los grandes torneos te pagan para que vayas a competir. --¿Piensa explotarlo usted? --Yo soy muy generoso y no creo que lo haga solo. En una mina de oro no cava una sola persona. Tal vez, más adelante, participe en la organización de grandes eventos, porque es el atletismo espectáculo el que llega al mundo y el que da el verdadero dinero, además les abre a los deportistas miles de oportunidades con nuevos sponsors.
|