Por Cecilia Bembibre
A partir de
este mes, el precio del abono a la televisión por cable es un 10,5 por ciento más caro.
El aumento obedece a la resolución de la Ley de Reforma Tributaria de aplicar el IVA a la
televisión paga, en un caso similar al de las empresas de medicina prepaga. Y, en la
misma línea que la adoptada por las compañías en ese sector, los cableoperadores
trasladarán el impuesto directamente a sus clientes, sumando alrededor de cuatro pesos a
la cuota mensual. Una cifra que volvería a subir durante 1999, cuando el 10,5 por ciento
se transforme en el 21 por ciento de IVA que se aplica en otros sectores de la economía.
Como el cable es un servicio que se paga por adelantado, enero ya vino con aumento.
Decir que hace un tiempo la situación argentina en relación a la televisión por cable
era excepcional se asociaba de inmediato con el florecimiento de la industria, con el
tercer lugar en penetración de cable a nivel mundial, con la existencia de un servicio
básico que incluía los canales de cine que en otros países se compran por separado.
Hoy, el Guinness argentino en materia de televisión paga parece ser principalmente de
malas noticias. Al aumento de la cuota a mediados de 1998 justo antes de la
disolución de VCC se sumó el éxodo de HBO y Cinemax, y, sin dar respiro, una
nueva suba del abono.
Al trasladar el IVA a los usuarios, las empresas de cable no sólo recuperan los gastos
impositivos, sino que además amplían su margen de ganancias. Cuando el área estaba
exenta del impuesto al valor agregado, los cableoperadores hacían una serie de pagos
(teléfonos, luz, honorarios profesionales, entre otros) que incluían un IVA que luego no
podían recuperar. Al aplicarse el impuesto al sector de televisión paga, todos esos
gastos son deducibles en la declaración mensual que hacen las empresas de ese ramo a la
DGI, o sea que las compañías ahora sí recuperan ese porcentaje, y, por consiguiente,
han bajado sus costos. Sin embargo, esa baja no se tradujo en un descenso de la cuota
mensual del abonado, que sigue pagando lo mismo, más el IVA. En resumen, el aumento no
sólo cubre el IVA, sino que incluye una ganancia mayor para los cableoperadores, que son
quienes determinan el precio de su cuota. La reforma tributaria es extensiva a la
televisión satelital, que también cobra IVA.
Varias entidades de defensa del consumidor consultadas por Página/12 aseguran que los
clientes del cable no están nada contentos. Hace rato que el cable nos viene
sorprendiendo con la unilateralidad de sus decisiones. Primero fueron las publicidades en
cadena, después la ida de HBO Ole, y ahora el aumento. Al final todo recae, como siempre,
sobre el consumidor final, explicó Dora Barrozo, conductora del ciclo radial
Nosotros los consumidores, quien diariamente recibe las inquietudes de
abonados insatisfechos. La gente podría ampararse en la Ley de Defensa del
consumidor, o en las cláusulas de abuso de contratos, sugirió. De todas
formas, en un caso como éste, el mayor poder del consumidor consiste en no ver
televisión por cable: hay que presionar para que las cosas cambien.
Y, en la carrera hacia el récord, el primer semestre de este año se perfila movido para
el sector: la ida de HBO aceleró la llegada del Premium, que se concretaría en la
segunda mitad del año. Los primeros seis meses están destinados a incrementar el número
de usuarios con decodificadores, que son necesarios para acceder a las señales que se
pagan por separado. Si las quejas por el maltrato y las decisiones unilaterales bastan
para evidenciar el descontento de los clientes argentinos, el aumento en las consultas
para instalar el servicio de televisión satelital no parece ser un dato aislado,
aunque restringido a un sector con alto poder adquisitivo. No hay mucho que pueda
hacerse sobre este tema, explicó Leda Dietrich, presidenta de la Asociación de
Consumidores y Usuarios organizados de la República Argentina (ADECUO). Por
supuesto, estoy completamente en desacuerdo con el aumento. Y éste se agrava por el hecho
de que no hay competencia en la industria del cable. Personalmente, creo que el Estado
debería encargarse de instalar la competencia. Pero como eso no sucede, yo aconsejo a los
consumidores que se borren del abono, porque nadie les consultó a la hora de tomar
decisiones, afirmó. Hasta ahora, los usuarios elevan las quejas a la Secretaría de
Comercio, a través de las organizaciones de defensa del consumidor. O, tras hacer
cuentas, sumergen el control remoto en agua helada.
Los efectos del aumento
Desde el Sindicato Argentino de Televisión (SAT), Mario Novak evaluó la incidencia del
aumento y de la centralización de la recaudación de recursos. Lo que rescato es
que el nuevo sistema aspira a una declaración real de los abonados a las empresas de
cable. Se sabe que son 5.200.000, pero los operadores declaran menos, y por lo tanto pagan
menos. Por ejemplo, el Comfer declaró el año pasado una recaudación de 196 millones de
pesos por todo concepto. Haciendo la cuenta de lo obtenido, si se declaran todos los
clientes del cable, las proyecciones indican que esa cifra sería mucho mayor, y esto es
bueno si sirve para financiar al cine y al teatro. Las empresas de cable pagan al
Comfer, en concepto de gravamen, entre el 6 y el 8 por ciento del total de las ganancias
derivadas de la explotación del servicio, según dispone la Ley de Radiodifusión. Esos
fondos son utilizados por el Comfer en realidad, por la Comisión Nacional de
Comunicaciones, entidad resultante de la fusión de varios organismos para financiar
el Servicio Oficial de Radiodifusión, y diferentes proyectos en teatro y cine. Lo
complicado, subrayó Novak, es que las empresas están haciendo pagar la
diferencia a la gente, porque el porcentaje que los cableoperadores pagan al Comfer es
deducible del IVA.
A la caza del desencantado
Desde la televisión satelital, la otra alternativa en la televisión paga, los
movimientos en la industria del cable son evaluados con cautela. Es muy probable que
los mejores clientes del cable pasen a DirecTv, comentó a Página/12 un trabajador
de esa empresa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la televisión satelital
tiene una barrera de ingreso importante. Por otra parte, tener DirecTv no es sólo la
posibilidad de ver HBO. Se trata de otra calidad de servicio, comentó. Diciembre
fue un muy buen mes para la compañía, que comenzó ofreciendo sus servicios en junio del
año pasado, y la tendencia de aumento de consultas se hizo extensiva a la primera semana
de enero, según señaló la misma fuente.
Acceder al menú de 105 canales vía satélite implica abonar $ 399 en concepto de
conexión satelital, un monto a partir de $ 120 + IVA por la instalación, y $ 39 + IVA
como cuota mensual. Los paquetes premium como HBO Olé o Playboy cuestan $ 9 + IVA, y cada
película elegida por pay-perview (estrenos recientes en cine no disponibles en cable) $ 3
+ IVA. Los canales deportivos incluyen los derechos del fútbol español, italiano,
americano; y la exclusividad del tour europeo de golf. La reserva con que DirecTv maneja
el número de sus clientes hace que las estimaciones sean muy distintas: mientras que una
fuente de la empresa mencionó la cifra de 30.000 abonados en todo el país, otras
mediciones indicarían que la mitad de ese número tiene efectivamente el servicio.
Hallmark, ¿para qué?
El alejamiento de HBO, el canal de cine más visto por los usuarios, es uno de los grandes
motivos de queja de los consumidores, de acuerdo con los consultados. El grupo de cine se
retiró de los cables de Capital y Gran Buenos Aires el primer día de este año. Tras
largas negociaciones en las que los responsables de las dos empresas de cable más
importantes, Cablevisión y Multicanal, coincidían en que las demandas de HBO eran
imposibles de satisfacer, el canal de estrenos resolvió abandonar la grilla. El motivo,
según su vocero, fue la pérdida que ocasionó a HBO la falta de honestidad en la
declaración de abonados de las compañías de cable, ya que el grupo cobra un porcentaje
por usuario. En su reemplazo, los dos grandes cableoperadores incluyeron Hallmark en su
oferta. Por lo visto hasta ahora, la señal estadounidense no alcanza la calidad de HBO ni
Cinemax. La programación se compone de películas y miniseries para la pantalla chica, y
uno que otro film estrenado hace años en cine. A todas luces, se trata de un canal
para toda la familia, de naturaleza muy diferente a los que reemplaza.
|
|