La casa de un hombre que mató a un motociclista
en un accidente y que quedó libre fue atacada a balazos por presuntos allegados a la
víctima. Antes habían atacado una comisaría. |
En el mismo día, Miguel Angel Coletta pasó de ser victimario a víctima. El domingo atropelló con su auto a una pareja de motociclistas, uno de los cuales murió. Tras presentarse en la comisaría, quedó en libertad, aunque acusado de homicidio culposo, un delito excarcelable. Por la noche, el frente de su casa recibió 26 disparos y la policía sospecha que el ataque provino de integrantes del mismo grupo --vecinos y familiares de la pareja-- que por la tarde habían marchado hacia la comisaría de Boulogne y apedreado dos patrulleros hasta dejarlos fuera de combate. Ahora la familia Coletta abandonó su casa, porque teme un nuevo acto de "justicia por mano propia", y permanece oculta bajo custodia policial. El caso alimentó la polémica acerca de qué tipo de sanciones deben aplicarse a los conductores que cometen estos delitos y, según la ley, quedan en libertad. El domingo, el ministro de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, había cuestionado una vez más el sistema vigente: "Si no le damos respuesta legal, la sociedad va a buscar justicia por mano propia", dijo ratificando su posición a favor de la "mano dura". El fiscal Enrique Ferrari, quien liberó a Coletta horas después del accidente, explicó a Página/12 por qué adoptó esa decisión: "El homicidio culposo no es detenible, según establece el artículo 151 del Código de Procedimientos y, por otro lado, el automovilista nunca trató de eludir la acción de la Justicia". En el accidente falleció Sebastián Pita (20), mientras que su acompañante, Isabel Duarte, resultó con heridas. Sus familiares querían ver preso al conductor que los había atropellado en el cruce de las calles Pago Largo y Alcorta, en Boulogne. Por eso, ese mismo día cortaron una avenida y atacaron dos patrulleros de la comisaría 3º, adonde se había presentado espontáneamente Coletta. Hacia allí se dirigió el fiscal Ferrari después de recibir el llamado del subcomisario Mariano García. "Me están rodeando la comisaría y piden la presencia de un fiscal", reclamó el policía. Unas 60 personas se habían movilizado indignadas por la liberación de Coletta. "Al hermano y la mamá de Duarte y al papá de Pita les dije que era una sana expresión de la democracia que el pueblo manifestara, pero también les hice entender que se estaban equivocando y que si querían reclamar debían hacerlo ante la Legislatura para pedir un cambio en la legislación. Lo entendieron y se fueron tristemente resignados", contó Ferrari a este diario. Al parecer, no todos quedaron conformes con la explicación del fiscal. Ayer a la madrugada un grupo de desconocidos apuntó directamente a la casa de la familia Coletta, y la policía sospecha que la agresión provino de gente que integraba ese grupo. Dispararon 26 tiros contra el frente, las ventanas y las puertas, y una de las balas cruzó a pocos metros de la hija de Coletta. Mientras los peritos investigan las causas del accidente, la familia se fue de la casa y dejó un teléfono para ser localizada. Coletta, que luego del accidente bajó de su auto para auxiliar a los jóvenes atropellados, se convirtió en un imputado bajo protección. "Me siento responsable de la seguridad de este hombre. El está enfrentando su responsabilidad, aunque eso no lo exime de culpa", expresó el fiscal.
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