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LA DEFENSA DE CLINTON RECHAZO LOS CARGOS DEL SENADO

No perjuré, tampoco obstruí

Los abogados del presidente Bill Clinton alegaron ayer que los cargos que presentó el Senado son "demasiado vagos" para la destitución, pero aceptó el juicio. El jueves alega la fiscalía.

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Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York

Página/12

en Estados Unidos

t.gif (67 bytes)  En respuesta a los cargos de perjurio y obstrucción de Justicia con los que Bill Clinton fue acusado por los fiscales en el juicio de impeachment, la Casa Blanca dijo ayer que éstos no alcanzan "la categoría de crímenes graves y ofensas", que justificarían la destitución presidencial. Pero se abstuvo de solicitar un voto de revocación del proceso. Los abogados prefirieron no hacer ninguna moción antes de que se inicie concretamente el juicio, a fin de no antagonizar con los senadores demócratas que desean comenzar el procedimiento legal de manera bipartidaria.

Según la defensa, los cargos son "demasiado vagos para permitir la sentencia y la remoción" del mandatario. Clinton niega todas las acusaciones estipuladas en los artículos de impeachment, indicaron los abogados en la respuesta escrita de 13 páginas enviada al Congreso. Funcionarios de la Casa Blanca indicaron también que Clinton no tenía programado posponer el discurso del Estado de la Unión, pese a que deberá pronunciarlo el mismo día 19 de enero, en que la defensa iniciará su argumentación en el juicio. Existe confianza en el Ejecutivo de que las encuestas en favor de Clinton, que han seguido siempre a cada uno de estos discursos anuales, serán un llamado a la realidad para los senadores y un antídoto en contra de la destitución.

Mientras la defensa hacía conocer sus argumentos, el vicepresidente Al Gore, reemplazante inmediato de Clinton si el presidente es destituido, predijo que el Senado no sacará al demócrata de Arkansas de su puesto actual. "Lo que el presidente hizo estuvo mal. Lo ha reconocido y ha pedido perdón. Pero lo que hizo no es una inconducta tal que merezca la remoción del cargo. Tengo confianza de que el Senado opinará lo mismo que yo." Los fiscales de la Cámara de Representantes, que ciertamente no opinan lo mismo que Gore, se reunieron también ayer en pequeños grupos para pulir la presentación que harán el jueves en la declaración de apertura del juicio. Henry Hyde, presidente de la Comisión de Justicia de la cámara y principal fiscal, dijo que los republicanos estaban revisando la declaración meticulosamente para que la presentación sea "coherente y comprensible".

El sector ultraconservador que espera destituir a Clinton continuó con su tarea de lobby para conseguir que algunos testigos claves, como Monica Lewinsky, el confidente de Clinton Vernon Jordan, y la secretaria privada del presidente Betty Currie sean llamados a declarar. En los lineamientos votados la semana pasada, el Senado puso algunos límites a la posibilidad de que se convoque a cualquier testigo --en la lista de los fiscales presuntamente figuraban algunas mujeres con las que Clinton habría estado sexualmente vinculado--, reservándose la selección última de los testimoniantes.

En su documento, los abogados de la Casa Blanca puntualizaron que querían erradicar "el mito" de que Clinton estaba siendo juzgado por negar que había tenido una relación de tipo sexual con Lewinsky. De acuerdo con los abogados, el mito fue "perpetuado" en el artículo de impeachment que aprobó la Cámara. A pesar del tono agresivo del documento, la defensa decidió no llevar a cabo ninguna moción antes de que comience el juicio, ni siquiera la del pedido de rechazo de los cargos. "Respetamos la prerrogativa del Senado de establecer las reglas", dijo el vocero Joe Lockhart. La Casa Blanca necesita desesperadamente que la votación de los senadores demócratas sea unánimemente a favor de su causa. Por ello, evitó incluir una moción que hubiese apuntado a una agudización de la pelea interpartidaria.

Los fiscales tienen hasta el miércoles a mediodía para responder al documento de la Casa Blanca y presentar al Senado el material para el interrogatorio para el impeachment, incluyendo la transcripción de las audiencias y otras pruebas en poder de la Comisión de Justicia de la Cámara baja.

 

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