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Censura parlamentaria por euroñoquis y eurofraude

Acusada de corrupción por 4800 millones de dólares, el Ejecutivo de la Unión Europea enfrenta el jueves una moción de censura.

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Por Stephen Bates
Desde Bruselas

The Guardian

de Gran Bretaña

t.gif (67 bytes)  Mientras mira los campos que rodean su prolija casa cerca de Bruselas, Paul van Buitenen descubre lo terrible que es ser acusado de soplón. El tranquilo contador holandés de 41 años hizo extensas acusaciones sobre la corrupción y el amiguismo que existe en la Comisión Europea, donde él trabaja. Esto puede derrocar a los 20 comisionados que encabezan la institución cuando el Parlamento europeo vote el jueves una moción de censura por los 4800 millones de dólares del Presupuesto de la Unión Europea, cuyo gasto no se puede justificar. El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, propuso ayer un programa anticorrupción en ocho puntos, para contrarrestar los efectos de una moción que ya lo afectó en su prestigio, aunque es difícil que encuentre la mayoría necesaria de dos tercios.

Van Buitenen es un clásico ejemplo del empleado público que, después de años de trabajo, se vuelve contra su institución por disgusto ante lo que vio allí. Hace años que las quejas de corrupción y mal manejo revolotean alrededor de Unión Europea. Sólo una fracción de los 4800 millones en juego es fraude. Pero la mayor parte fue mal administrada. Por una mezcla de complacencia y despreocupación la Comisión no pudo atajar el problema, en la Unión Europea, y ahora está acusada de incompetencia.

"Dicen que soy de extrema derecha. No es cierto, soy un miembro del Partido Verde. Me cubren de estigmas", dice Van Buitenen. "La Comisión quiere terminar con mi carrera." Sus acusaciones incluyen 11 áreas de mala administración o fraude. En el presupuesto de turismo, los funcionarios tomaron fondos destinados a falsos proyectos para investigación. El dossier también afirma que el personal superior que trabajaba para Edith Cresson, la ex primera ministra francesa, ahora comisionada de educación, estaba comprometido en el fraude y en otorgarles contratos a amigos y parientes. Por cierto, el ex dentista y amigo íntimo de Madame Cresson, Rene Berthelot, registrado como viviendo en la misma dirección, es ahora un consultor de la comisión y su hijo obtuvo un contrato. Cresson niega cualquier hecho incorrecto.

 

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