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Por Pablo Ferreira
Las concesionarias, en tanto, viven --según fuentes gremiales-- una ola de cierre y fusiones que ya se empezó a manifestar antes de la retracción de las ventas, evidenciada a partir de agosto pasado. Las ventas habrían descendido respecto de su mejor momento cerca de un 60 por ciento. El director de Relaciones Institucionales de Ford, Rodolfo Ceretti, destacó que en 1999, de mantenerse el actual nivel de ventas, las colocaciones en el mercado local caerán de los 455 mil vehículos que sumaron el año pasado a unos 350 mil. Además, en su opinión, el mercado regional, particularmente Brasil --hacia donde se dirige el grueso de los embarques de la industria--, no promete una mejora en su performance. "Brasil está comprando mucho menos y otro tanto ocurre con Chile, Paraguay y Uruguay", aseguró el ejecutivo. En la misma línea se manifestó un alto ejecutivo de Fiat. El vocero reconoció a este diario que la utilización de la capacidad instalada de la planta de los italianos se ubica un 55 por ciento debajo de su máximo. "Producimos 250 autos por día cuando podríamos fabricar 550", se lamentó. La terminal suspendió en diciembre a todo el personal que suma unos 3000 trabajadores, un número mitigado este mes por el período vacacional. En tanto, a contramano de la posición asumida por ADEFA ante el gobierno, las terminales apuntaron sus cañones contra el impuesto aprobado para aumentar el salario de los docentes. Como se sabe, el fondo implica la aplicación al parque automotor --entre otros vehículos-- de una alícuota del 1,5 y del 1 por ciento según el precio del vehículo supere o no los 20 mil pesos. Por caso, Ceretti señaló que "nosotros hemos expresado en varias oportunidades en ADEFA (Asociación de Fábricas de Automotores) que un impuesto como éste quita fondos a la clase media y así va a ser más difícil todavía que la industria se recupere". El ejecutivo previno, además, que "tendrá repercusiones en las fuentes de trabajo de esta industria". En Fiat, por su parte, estimaron que el impuesto es "perjudicial" y es una muestra de "que estamos retrocediendo". Y aseguraron que "el impacto va a ser mayor en los segmentos bajos de consumo que en los altos". Para Alberto García Carmona, de General Motors, "la medida, independiente de su finalidad, va en contra de los esfuerzos de las terminales por ser más competitivas". Destacó, por otra parte, que "en un momento recesivo en donde no hay plata, habría que, por el contrario, bajar la carga tributaria para reactivar la demanda." García Carmona avizora un primer semestre no muy bueno. De hecho, la empresa adelantó las vacaciones para paliar los efectos de la tormenta que la sacude. Un solo dato: sus exportaciones en 1998 cayeron a la mitad y GM destina a los mercados externos el 60 por ciento de su producción. No obstante este directivo, esperanzado en una lenta recuperación del mercado brasileño, augura un segundo semestre más positivo. Las ventas de autos cayeron en Brasil nada menos que el 27 por ciento desde septiembre pasado. El mercado interno, en su opinión, va a continuar hasta junio con el bajo nivel de los últimos meses. Respecto de la situación de los concesionarios, Rogelio Ianella, subsecretario Gremial del Sindicato de Mecánicos (SMATA) dijo que desde septiembre último se suceden los cierres de concesionarias en el área metropolitana. Y el "promedio de ventas por agencia --agregó-- cayó de 90 unidades mensuales a 30 en este momento".
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