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Resistió a un asalto y sobrevivió para contarlo

Una chica de 23 años logró poner en fuga a dos menores que quisieron robarle el auto, en Floresta. Los ladrones le dispararon, pero la bala no salió. La policía logró detenerlos.

 

Por Carolina Bilder


t.gif (67 bytes)  "Los que quisieron asaltarme son pendejos, la villa en donde viven queda cerca y van a salir enseguida. Por el solo hecho de vengarse por ahí me como otro garrón." K.D., de 23 años, pide resguardar su identidad. Al mediodía de ayer, en el barrio de Floresta, dos menores intentaron robarle el auto cuando abría la puerta para subirse. Pero ella reaccionó con rapidez. Trabó las puertas, gritó, se pegó a la bocina y una vecina la ayudó llamando a la policía. Antes de escapar, uno de los ladrones disparó su arma y la bala, inexplicablemente, no salió. La policía detuvo a los menores, de 16 y 17 años, a las pocas cuadras. Y la chica se salvó por milagro, pero ahora el miedo la sigue de cerca.

La modalidad de asalto no es novedosa. Tampoco la actitud de los ladrones, que disparan a matar. Ocurrió hace una semana en Beccar, cuando Irma Vedia de Cassino paró frente a un semáforo y fue atacada por dos chicos que quisieron robarle. Aunque ella ni siquiera intentó resistirse, la mataron de un tiro en la cabeza. A la joven asaltada ayer en Floresta, en cambio, la acompañó la suerte.

La sorprendieron después de salir de un almacén ubicado en el cruce de Mariano Acosta y Remedios, en Floresta. Eran las 13. "Los vi caminando detrás mío. Todo fue muy rápido: uno sacó un revólver de entre la remera y se le cayó al piso, mientras yo abría la puerta del coche", cuenta la joven a Página/12, todavía asustada. Alcanzó a subirse a su Renault 11, aunque no pudo arrancarlo, mientras uno de los agresores manoteaba la puerta. "Abrí... abrí", gritaba enfurecido. "Yo trabé el coche y atiné a tocar bocina. Enseguida salió una mujer de un negocio que me salvó la vida porque llamó a la policía", dice ella.

En el mismo momento, uno de los ladrones disparó el revólver, pero el arma se trabó, según explicó luego la policía. Mientras los ladrones escapaban y la mujer gritaba, llegaron dos patrulleros de la comisaría 40º de Floresta, ubicada a tres cuadras. La joven y la vecina se subieron al móvil y siguieron el rastro de los asaltantes que, según relató ella, se fueron caminando. Los detuvieron a las pocas cuadras. Fuentes policiales precisaron que tienen entre 15 y 17 años, antecedentes por robo a mano armada y viven en los barrios Lugano I y II de la Capital.

Además del revólver, "se les secuestraron llaves de distintas marcas de autos y una yuga para forzar cerraduras". La causa por "tentativa de robo" y "tenencia de armas de fuego" quedó a cargo de la jueza de Menores Silvia Sassano.

"La chica estaba nerviosa, es inexperta porque nunca le habían robado de este modo y jamás había estado frente a frente con delincuentes, con la posibilidad de perder la vida", contó a este diario el subcomisario Alejandro Molinari. Desde el juzgado que lleva la causa y en la comisaría que intervino en el hecho insistieron en no revelar su nombre por temor a represalias. "No queremos darle de comer a los delincuentes", explicó el subcomisario Molinari. Y opinó: "No es cuestión de heroísmo, para mí tuvo suerte. En mi carrera he conocido otros hechos similares y casi siempre terminan mal".

 

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