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Desde ayer, Haití no tiene Congreso y su presidente gobierna por decreto. La casi totalidad de la oposición haitiana reaccionó condenando el Fujimorazo del presidente del país, René Preval. Pero aduciendo que Haití no puede estar sin gobierno, Preval también anunció que el primer ministro Jacques Edouard Alexis, que fue ratificado en su puesto, formará un nuevo gabinete en las próximas horas. Ni el gobierno municipal se salvó de la decisión autoritaria del mandatario haitiano: los alcaldes que el gobierno considere inoperantes serán remplazados, dando por terminadas sus respectivos períodos. La primera respuesta fue el atentado en la capital haitiana de PortauPrince contra la hermana del presidente, Marie Claude Carvin, en el que murió su chofer. En la medianoche de anteayer, Preval, en una alocución a todo el país, anunció la caducidad de la actual legislatura, amparándose en un decreto presidencial de 1995 que estipula el fin del mandato parlamentario el 11 de enero de 1999. Con el anuncio puso un brusco fin al férreo enfrentamiento entre ambos poderes. Con el mencionado decreto, el entonces presidente JeanBertrand Aristide había omitido el trámite de obtener su ratificación por el Parlamento de la época. El partido Lafanmi Lavalas (La familia Lavalas), liderado por Aristide, también apoya la medida de no prolongar el mandato de la presente legislatura. Golpe de Estado fue la calificación que la mayoría de los opositores haitianos eligieron para la decisión del presidente Preval de declarar concluido el mandato del Parlamento y de comenzar a gobernar por decreto. Ayer el senador estadounidense Mike DeWine y los diputados Benjamin Gilman y Porter Goss, desde Washington, habían hecho público su rechazo a la intención materializada anoche por Preval de disolver el Parlamento y gobernar por decreto. Esta escalada reprensible extinguirá cualquier esperanza de democracia en Haití, dijeron en una carta pública al mandatario haitiano. A raíz de sucesivas anulaciones, impugnaciones y postergaciones de elecciones parlamentarias que debían efectuarse en 1997 y 1998, la actual legislatura no pudo ser reemplazada. Tanto el gobierno como la oposición se acusan mutuamente de la crisis política que vive el país. Los senadores Paul Denis y Chery Irvelt, de la Organización Pueblo en Lucha (OPL), reiteraron por separado que Haití está ante un golpe de Estado y de regreso a una nueva dictadura. Denis estimó que todas las fuerzas opositoras deberán ahora unirse para darle un jaque mate a la dictadura del gobierno de Preval. Por su lado, el ex senador Serge Gilles, líder del extraparlamentario Partido Nacionalista Progresista Revolucionario (Panpra), denunció el cierre del Congreso haitiano como parte de la estrategia que busca perpetuar en el poder a Aristide a través de Preval. Haití atraviesa una fuerte crisis política que mantuvo al país sin primer ministro durante 18 meses, desde que Rosny Smarth, referente de la OPL, renunciara a su cargo por diferencias con el presidente Preval. El designado primer ministro Jacques Edouard Alexis, quien fue ratificado recientemente en el cargo por el Parlamento, después de arduas negociaciones, debía presentar su declaración de gobierno el fin de semana pasado, pero avisó al Senado que todavía necesitaba más tiempo. Con la decisión presidencial, ya no lo necesita.
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