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Por Julio Nudler Para Guillermo Mondino, director del Ieral, el instituto de estudios económicos de la Fundación Mediterránea, la devaluación brasileña fue un furcio, una mala decisión que sólo logrará agravar el cuadro fiscal y reducir aún más la credibilidad del gobierno de Cardoso. En cuanto al impacto que sufrirá la Argentina, Mondino lo calibra como medio Tequila, en comparación con la profunda recesión del segundo trimestre de 1995. El mediterráneo comenzó explicando que la depreciación del real fue el producto de una modificación del régimen cambiario que permitió un salto abrupto del dólar. ¿Qué diferencia se introdujo en el régimen cambiario? Brasil fijaba casi diariamente una minibanda cambiaria de intervención, establecida en base a pautas de mediano plazo. Cuando llegaban al techo de esa pauta, reconsideraban el esquema, deslizando la banda. Anteayer el dólar había llegado a un punto en que se volvía forzoso redefinir el nivel de la banda. E hicieron lo que nunca habían hecho hasta ahora: producir un salto de la banda, en lugar de deslizarla. ¿A qué recurso apelaron ahora? Ampliaron la banda, permitiendo fluctuaciones de 4,6 por ciento, lo cual implica casi 10 por ciento de amplitud, que va de 1,22 a 1,32. Anteanoche el tipo de cambio no llegaba a 1,22. Ayer, por el contrario, 1,22 pasó a ser el piso. ¿Y la estrategia de intervención del Banco Central en el mercado? Cambió totalmente. Ya no intervendrá dentro de la banda. Por tanto, el tipo de cambio podrá flotar libremente dentro de ella. Antes no era así, porque la minibanda de flotación era muy estrecha. ¿Por qué hacen esto? Porque el nuevo presidente del Banco Central, Francisco Lopes, quiere usar la política monetaria, no para defender el tipo de cambio, que se irá adonde se tenga que ir, sino para bajar la tasa de interés. Pero esto parece inconsistente, porque cuando hay mucha incertidumbre cambiaria es ilógico esperar que baje la tasa... Eso es lo que decimos todos. No se entiende cómo puede pensar que bajará la tasa aumentando la volatilidad cambiaria, después de la hemorragia que sufrieron y siguen sufriendo las reservas. Tal vez confiaba en que mejorarían las expectativas por la aprobación parlamentaria de un paquete de medidas provisorias por cinco mil millones (efectivamente sancionadas ayer). Pero las expectativas no mejoraron en ningún país emergente que devaluó. Vale decir que las expectativas son elásticas: los mercados siempre esperan una devaluación mayor. Sobre todo cuando el tipo de cambio se movió sólo un 9 por ciento. Lo que todo el mundo presumía es que el día que cayera Brasil, caería de golpe. Por tanto, los inversores prefieren escapar del real. Si el dólar se pega al techo de la banda, el Central tendrá que seguir vendiendo reservas... Aunque no quieran emplear las reservas para defender el tipo de cambio, en el techo de la banda no hay política monetaria posible. En esa situación la política la maneja el mercado. ¿Y entonces? Lo de Brasil ha sido un furcio. Lo que lograron fue estimular la fuga del real al dólar. Mucho más sensato hubiese sido reestructurar y dolarizar la deuda. Esto exigiría también un Plan Bonex, pisando los depósitos... Algo parecido pero no igual. De algún modo habría que resolver el problema de los bancos, que son fuertes tenedores de deuda. ¿Brasil está ahora más cerca de implantar la convertibilidad? No. Lo que hicieron les complica aún más la situación fiscal y les hace perder credibilidad, de modo que si hoy implantaran laconvertibilidad, ésta sería menos creíble que si la hubiesen impuesto anteanoche. ¿Ve posible que Brasil imponga el control de cambios? Sí. No me extrañaría que Lopes tome por ese camino. ¿Y el impacto para la Argentina? Basta mirar lo que pasó ayer con la Bolsa y los Brady. Esto se va a poner difícil. Las tasas van a subir, y la recesión del cuarto trimestre del 98 se va a prolongar, aunque aún resta mucho por ver. No creo que vayamos a sufrir un serio ataque especulativo, ni que la recesión alcance la magnitud de la de hace cuatro años. Durante algunas semanas la situación va a estar gobernada por las expectativas desfavorables, pero luego se impondrán los datos y la situación quedará controlada. Si debiera cuantificar el impacto negativo, ¿cuál sería su pronóstico? Esto será la mitad de malo que el Tequila. LOS INVERSORES BRASILEÑOS REVISAN SUS PLANES
ACA Por Cledis Candelaresi
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