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Por Martín Granovsky Desde Washington El economista que en 1994 pronosticó la primera gran crisis de los 90 -el efecto Tequila dijo ayer a Página/12 que ante la devaluación brasileña la Argentina sólo debe mirar y aguantar el chubasco. Guillermo Calvo, profesor de la Universidad de Maryland, también recomendó un Plan Bonex a la argentina para Brasil. ¿Qué debe hacer Roque Fernández ahora? Es muy simple lo que tiene que hacer la Argentina: nada. Por otra parte, en momentos de crisis, lo peor que se puede hacer es cambiar las reglas. ¿Brasil las cambió? La devaluación brasileña implica la ruptura de una promesa, lo cual siempre es muy grave y obligará al gobierno de Fernando Henrique Cardoso a explicar muy claramente por qué tomó esta medida. Es cierto que la devaluación es sólo del ocho por ciento, pero la ruptura de promesas nunca terminó bien, si uno mira los ejemplos históricos de la devaluación argentina de 1980 o la mexicana de 1994, con el efecto Tequila. Son malas experiencias que están siempre en el recuerdo. ¿Qué efecto negativo tendrá esta crisis en la Argentina? La Argentina ha hecho mucho para diferenciarse y tiene un riesgo-país inferior al de Brasil. En el corto plazo, de todos modos, es inevitable que sufrirá consecuencias. Las pequeñas y medianas empresas pagarán tasas más altas, el crecimiento se desacelerará y aumentará el desempleo. Pero todo depende de cuán rápido se aclare el panorama. ¿Cardoso perdió poder? Los mercados leen la moratoria interna de Itamar Franco en la gobernación de Minas Gerais de una sola manera: el Plan Real es ahora menos creíble que antes. Antes, Cardoso ya remaba contra la corriente. Sigue haciéndolo, pero la corriente en contra es más fuerte. ¿Qué menú tiene a mano? Si la crisis no se resuelve, una de las medidas posibles es la licuación de la deuda interna a través de un paquete como el Plan Bonex entre nosotros. Brasil no tiene un problema de solvencia, sino de pagos de deuda interna en el corto plazo. La deuda interna no supera el 40 por ciento del producto bruto interno, o sea que es pagable. Pero el Estado debe pagar ahora. Para cambiar esa situación, el gobierno podría reprogramar los vencimientos y salir del ahogo. Eso haría caer las altas tasas de interés, arreglaría el problema de liquidez y restauraría la confianza de los mercados. ¿Qué contras tiene un Plan Bonex? Bueno, es una medida contra los mercados. Y además tiene consecuencias legales porque supone la ruptura de los contratos. ¿Después vendría algún tipo de convertibilidad? Sería bueno hacerlo, pero primero habría que terminar con la bomba de tiempo de la incertidumbre monetaria: cuando bajen las tasas de interés se acabó el problema de Brasil. La baja de las tasas es el ajuste más barato que puede hacer Cardoso. ¿Conoce a Chico Lopes, el reemplazante de Gustavo Franco en el Banco Central de Brasil? Es un académico de los mejores, que trabajó en la Universidad Católica, pero no es un peso pesado, no es un Domingo Cavallo. Tampoco Brasil, con el reemplazo del presidente del Banco Central, realizó una transición como la que llevó de Cavallo a Roque Fernández. La Argentina cambió ministros sin crisis. Brasil cambia la conducción del Banco Central en medio de una crisis. JORGE MARISCAL, ANALISTA JEFE DE GOLDMAN SACHS Por Mónica Flores Correa
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