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Por David Cufré La última valla de contención de un ataque especulativo contra el peso se derrumbó ayer con la devaluación brasileña. Consciente de que el próximo objetivo de los especuladores puede ser la moneda argentina, Carlos Menem lanzó una idea provocativa: dolarizar la economía. La propuesta constituye un mensaje contundente a los inversores extranjeros, puesto que reafirma que antes de devaluar, el gobierno prefiere la desaparición lisa y llana del peso. Mientras nosotros estemos en el gobierno, no va a haber ningún tipo de variación en la paridad cambiaria, enfatizó el Presidente, quien para dar una prueba de que está dispuesto a respetar esa decisión hasta las últimas consecuencias propuso, incluso, que toda América adopte al dólar como su moneda. Menem consideró que esa salida es la carta más fuerte que podía jugar para desalentar una eventual corrida contra el peso. El jefe de Estado prefirió lanzar la propuesta aunque el equipo económico recién haya comenzado a analizarla. Sus definiciones tampoco fueron del todo claras. En primer lugar, señaló que el Mercosur debe unificar su sistema monetario, más allá del nombre que tenga la nueva moneda. Luego, elevó la apuesta y dijo que todos los países de América que negocian la conformación del Area de Libre Comercio para la región el único que por ahora no participa del proyecto Alca es Cuba deberían dolarizarse. Son muy pocos los que pueden estar en contra de esta idea, arriesgó Menem, y agregó que un régimen monetario único beneficiará a la gente. Lo que quiso demostrar es que está dispuesto a todo con tal de mantener a flote su más preciado capital político: la convertibilidad. Carlos Corach y Alberto Kohan se encolumnaron inmediatamente detrás de aquella propuesta. Si, históricamente, cuando tuvimos algún temor fuimos al dólar, o actualmente cuando alguien saca un crédito paga menos si es en dólares que en pesos, por qué no dolarizar la economía, lo que también da una posibilidad para que bajen las tasas y tengamos una moneda más tranquila, argumentó Kohan. Roque Fernández, por su parte, se mostró más cauto en relación a la idea de suprimir al peso como moneda nacional. Dijo que eso no ocurrirá en lo inmediato, sino que es una alternativa que recién comienza a estudiarse (ver aparte). Por la tarde, el ministro estuvo en Olivos analizando el panorama económico con Menem luego de la devaluación brasileña. El gobierno intentó mantener un discurso unificado con respecto a las repercusiones que el nuevo escenario tendrá en la economía argentina. Desde Menem hacia abajo, todos reconocieron que caerá la actividad y el consumo, pero dijeron que esos efectos serán transitorios. Roque admitió que se frenará la creación de puestos de trabajo e, implícitamente, que aumentará la tasa de desocupación. Lo mismo dijo el titular de la cartera laboral, Antonio Erman González, quien señaló que la previsión lógica es que vamos a disminuir los ritmos de producción y crecimiento, seguramente la creación de puestos de trabajo no va a compensar la demanda anual por la incorporación de las nuevas generaciones. Yo no voy a decir que la Argentina va a transitar un lecho de rosas porque siempre hay espinas que habrá que apartar, pero la economía está bien, sostuvo Menem, quien reconoció que aumentarán las tasas de interés y se restringirá el crédito. En cambio, se mostró más optimista que sus ministros con respecto a la situación del empleo. Dijo que se continuarán creando puestos de trabajo. También consideró que los efectos de la crisis brasileña serán similares a los que produjo el crac del sudeste asiático, ocurrido en la última parte de 1997, pero nunca tan graves como los del efecto Tequila, porque ahora tenemos una economía mucho más fuerte. Desde la oposición, Graciela Fernández Meijide criticó la ligereza e ignorancia con que el gobierno lanzó la idea de dolarizar la economía. Se manifestó azorada por las fundamentaciones de Kohan, y alertó que cuandoel funcionario se preguntó si acaso Europa no se unificó con el euro, no tomó en cuenta el trabajo de años que hicieron, equilibrando las economías de los distintos países para concretar esa medida. Luego apuntó que en economías tan dependientes como la nuestra, (el crac financiero) implica el riesgo de que haya recesión, con la consecuente pérdida de empleos. Finalmente, opinó que Menem lo que busca con la propuesta de la dolarización es llamar la atención de la gente.
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