Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


MENEM QUIERE DOLARIZAR LA ECONOMIA PARA ESQUIVAR LA CORRIDA
Si vienen por el peso,
digan que se fue


Antes de devaluar, el gobierno está dispuesto a hacer desaparecer la moneda. El Presidente propuso adoptar el dólar como divisa única en todo el continente. Un mensaje a los   especuladores.

na05fo01.jpg (9070 bytes)
Argentina puede ser el próximo punto de ataque de los especuladores.
La desaparición lisa y llana del peso es la respuesta.
Por David Cufré

t.gif (67 bytes)  La última valla de contención de un ataque especulativo contra el peso se derrumbó ayer con la devaluación brasileña. Consciente de que el próximo objetivo de los especuladores puede ser la moneda argentina, Carlos Menem lanzó una idea provocativa: dolarizar la economía. La propuesta constituye un mensaje contundente a los inversores extranjeros, puesto que reafirma que antes de devaluar, el gobierno prefiere la desaparición lisa y llana del peso. “Mientras nosotros estemos en el gobierno, no va a haber ningún tipo de variación” en la paridad cambiaria, enfatizó el Presidente, quien para dar una prueba de que está dispuesto a respetar esa decisión hasta las últimas consecuencias propuso, incluso, que toda América adopte al dólar como su moneda.
Menem consideró que esa salida es la carta más fuerte que podía jugar para desalentar una eventual corrida contra el peso. El jefe de Estado prefirió lanzar la propuesta aunque el equipo económico recién haya comenzado a analizarla. Sus definiciones tampoco fueron del todo claras. En primer lugar, señaló que el Mercosur debe unificar su sistema monetario, más allá del “nombre que tenga” la nueva moneda. Luego, elevó la apuesta y dijo que todos los países de América que negocian la conformación del Area de Libre Comercio para la región –el único que por ahora no participa del proyecto Alca es Cuba– deberían dolarizarse.
“Son muy pocos los que pueden estar en contra de esta idea”, arriesgó Menem, y agregó que un régimen monetario único “beneficiará a la gente”. Lo que quiso demostrar es que está dispuesto a todo con tal de mantener a flote su más preciado capital político: la convertibilidad. Carlos Corach y Alberto Kohan se encolumnaron inmediatamente detrás de aquella propuesta. “Si, históricamente, cuando tuvimos algún temor fuimos al dólar, o actualmente cuando alguien saca un crédito paga menos si es en dólares que en pesos, por qué no dolarizar la economía, lo que también da una posibilidad para que bajen las tasas y tengamos una moneda más tranquila”, argumentó Kohan.
Roque Fernández, por su parte, se mostró más cauto en relación a la idea de suprimir al peso como moneda nacional. Dijo que eso no ocurrirá “en lo inmediato”, sino que es una alternativa que recién comienza a estudiarse (ver aparte). Por la tarde, el ministro estuvo en Olivos analizando el panorama económico con Menem luego de la devaluación brasileña.
El gobierno intentó mantener un discurso unificado con respecto a las repercusiones que el nuevo escenario tendrá en la economía argentina. Desde Menem hacia abajo, todos reconocieron que caerá la actividad y el consumo, pero dijeron que esos efectos serán transitorios. Roque admitió que se frenará la creación de puestos de trabajo e, implícitamente, que aumentará la tasa de desocupación. Lo mismo dijo el titular de la cartera laboral, Antonio Erman González, quien señaló que “la previsión lógica es que vamos a disminuir los ritmos de producción y crecimiento, seguramente la creación de puestos de trabajo no va a compensar la demanda anual por la incorporación de las nuevas generaciones”.
“Yo no voy a decir que la Argentina va a transitar un lecho de rosas porque siempre hay espinas que habrá que apartar, pero la economía está bien”, sostuvo Menem, quien reconoció que aumentarán las tasas de interés y se restringirá el crédito. En cambio, se mostró más optimista que sus ministros con respecto a la situación del empleo. Dijo que “se continuarán creando puestos de trabajo”. También consideró que los efectos de la crisis brasileña serán “similares” a los que produjo el crac del sudeste asiático, ocurrido en la última parte de 1997, pero “nunca tan graves como los del efecto Tequila, porque ahora tenemos una economía mucho más fuerte”.
Desde la oposición, Graciela Fernández Meijide criticó “la ligereza e ignorancia” con que el gobierno lanzó la idea de dolarizar la economía. Se manifestó “azorada por las fundamentaciones de Kohan”, y alertó que cuandoel funcionario se preguntó si “acaso Europa no se unificó con el euro”, no tomó en cuenta “el trabajo de años que hicieron, equilibrando las economías de los distintos países” para concretar esa medida. Luego apuntó que “en economías tan dependientes como la nuestra, (el crac financiero) implica el riesgo de que haya recesión, con la consecuente pérdida de empleos”. Finalmente, opinó que Menem lo que busca con la propuesta de la dolarización es “llamar la atención de la gente”.

 

CONSULTAS AL TESORO DE EE.UU.
Qué pensará Mr. Rubin

t.gif (862 bytes) Roque Fernández admitió lo que todos pensaban: después de la devaluación brasileña, los especuladores pondrán a la Argentina en la mira de su próximo ataque. Y arriesgó que eso podría ocurrir “la próxima semana”. Sin embargo, subrayó que “es imposible que una especulación contra el peso tenga éxito”. Siguiendo instrucciones de Carlos Menem, el ministro informó que el gobierno inició conversaciones con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos para evaluar la posibilidad de dolarizar la economía.
Fernández aclaró que eso no ocurrirá “en lo inmediato”, aunque es una propuesta que “está en estudio desde hace un tiempo”. También reveló que su número dos, Pablo Guidotti, y el presidente del Banco Central, Pedro Pou, viajarán a Estados Unidos para estudiar la medida junto a las autoridades económicas de ese país. No obstante, no dio ningún tipo de precisión de cuándo se producirá el encuentro. Luego, voceros del Palacio de Hacienda le bajaron el tono al anuncio, al señalar que la propuesta de dolarizar la economía es “para más adelante y llevará mucho tiempo implementarla”.
El ministro consideró aún más lejana la posibilidad de que el Mercosur adopte una moneda única. “No hay ningún avance al respecto”, indicó, luego de que en las últimas dos cumbres de Presidentes del bloque regional se produjeran “conversaciones muy preliminares”. El tema “está dentro del contexto de la aparición del euro”, vinculado a la “generación de grandes áreas monetarias”.
En cuanto a la devaluación brasileña, Fernández opinó que el impacto sobre la Argentina será “transitorio”, por lo que no se tomarán “medidas apresuradas”. Desde la mañana, el ministro mantuvo contactos con su par brasileño, Pedro Malán; con el director gerente del FMI, Michel Camdessus, y con el subsecretario del Tesoro estadounidense, Lawrence Summers. “No creo que la crisis (en el país vecino) sea larga, porque ellos sancionaron muchas de las reformas pendientes”, se esperanzó.


EL REAL ARRASTRO A VARIOS VECINOS
Subcontinente devaluado

t.gif (862 bytes) El ministro de Hacienda de Colombia dio la voz de alerta. “La crisis del real puede desembocar en una cadena de devaluaciones bruscas en la región, como ocurrió en 1995 con México”, advirtió Juan Camilo Restrepo, luego de que su país superara ayer, penosamente, un nuevo ataque especulativo contra la moneda nacional.
La mayoría de los países de la región, con sistemas cambiarios basados en la flotación entre máximos y mínimos, soportaron minidevaluaciones esta semana que podrían ampliarse en la medida en que se mantenga la incertidumbre sobre el futuro de la región. Su producción exportable, en consecuencia, gana en productividad frente a la de otros países de la región que, como Argentina, tienen atada su moneda al dólar.
México viene soportando la presión del mercado sobre su moneda desde principios de esta semana. Para sostener al peso, el Banco Central azteca debió entregar un promedio de 200 millones de dólares diarios de sus reservas a través de intervenciones en el mercado. El peso chileno y el guaraní paraguayo también sufrieron oscilaciones, aunque cerraron la semana con mínimas depreciaciones.
Ecuador está en la cornisa. Los analistas de Quito expresaron sus dudas de que el gobierno pueda contener la presión que empuja al sucre a ser devaluado. Para defenderlo, el Banco Central llevó ayer las tasas de interés al 171 por ciento anual para préstamos interbancarios de un día, luego de haber arrancado la semana en el 57 por ciento.

 

PRINCIPAL